La tristeza de la derecha macartista en América Latina y el Caribe es tan profunda como la rabia de los cenáculos "latinos" de Washington y Miami, adoradores de la american way of life. Claro, Gabriel Boric obtuvo un triunfo contundente afincado en los mejores anhelos del pueblo chileno sobre una histórica alianza sociopolítica sin precedentes: "Apruebo Dignidad" más formaciones políticas históricas como el Partido Socialista y el Partido Comunista junto con movimientos sociales de vanguardia que condujeron las duras jornadas hacia la Convención Constituyente. Eso explica el 55,8% obtenido por el presidente electo.
Ese es el principal dato de la elección presidencial chilena del domingo 19 de diciembre de 2021: La he llamado "izquierda contemporánea", una virtuosa mezcla de afirmación de las históricas luchas políticas y sociales de las mayorías segregadas y explotadas, con dinámica visión del presente apuntando al futuro cargado de conocimiento y determinado por los catalizadores de la ciencia y la tecnología, que impactan a la humanidad en forma global. Y no hay quien pueda morigerar ese impacto, y mucho menos quien lo pueda revertir mundialmente.
En Centroamérica, El Salvador explora una ruptura muy singular, que todavía es una enorme interrogante, con Najib Bukele tratando de innovar rompiendo dogmas de dominación y explotación; y Honduras acaba de elegir presidenta a Xiomara Castro de Zelaya, abiertamente cortejada por un inquieto Departamento de Estado de EEUU, país que sufre la abulia de Joe Biden ante el desconcertante empuje global de la República Popular China.
Suramérica asiste a procesos nacionales de primera importancia como los desarrollados en Bolivia y Perú, países en los que indídenas, campesinos, trabajadores urbanos y fuerzas sociales y políticas progresistas se han afirmado como opción frente al dominio oligárquico y racista.
2022 será un año de históricas decisiones en Brasil y Colombia, en torno a los liderazgos presidenciales de Ignacio Lula Da Silva y Gustavo Petro, respectivamente, respaldados por fuerzas sociales profundas y diversas, agrupadas en singulares alianzas nacionales.
Argentina y México -tercera y segunda economías de la región después de la brasileña- juegan roles políticos continentales, especialmente frente al cepo dominante de EEUU y Canadá, las dos potencias del eje anglo americano Washington-Londres que controla el sistema capitalista mundial, su hegemonía militar sobre el planeta y el espionaje de todo orden propio de la era telemática.
La OEA (1948) va quedando como circo abandonado. Su eficacia es nula, en el ámbito continental y simplemente insignificante en el plano mundial. Igual ocurre con el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, 1947), enterrado por EEUU en 1982 durante la Guerra de las Malvinas, cuando Washington se alineó con Gran Bretaña en su confrontación con Argentina.
Cuba, Nicaragua y Venezuela son casos extemporáneos, regresivos en el orden político por sus esquemas monopartidistas y autoritarios. Y el caso venezolano, resalta asquerosamente asociado al enriquecimiento ilícito de burócratas civiles y militares, por lo que carece de estatura moral y ética en el plano progresista continental: la inmoralidad, el abuso de poder y el autoritarismo son sus desprestigiadas cartas de presentación.
El triunfo electoral del pueblo chileno con Boric proclamado -y universalmente reconocido- presidente de la cuna de Gabriela Mistral, Salvador Allende, Victor Jara y Pablo Neruda, es un hecho trascendente. Principalmente, porque significa un nuevo y definitivo paso en el proceso de extinción histórica del sanguinario sátrapa Augusto Pinochet, pero también por el impulso que aporta a las deliberaciones de la Convención Constituyente que suplantará pronto la carta política impuesta por la dictadura militar y oligárquica que sentó bases sobre el genocidio impulsado por EEUU a partir de aquel terrible golpe del 11 de septiembre de 1973.
Desde Venezuela, saludamos este triunfo popular chileno. Nuestra lucha por la justicia social, la democracia, la libertad y la independencia nacional con ejercicio pleno de soberanía, sigue siendo compromiso firme. Acá, sabremos abrir caminos en paz, con inteligencia y dignidad, rompiendo simultáneamente con los cómplices de la destrucción nacional.
*Manuel Isidro Molina*
https://bit.ly/3p7YIWr
* Especialista en Ciencia Política
* Ex presidente del Colegio Nacional de Periodistas
de Venezuela
manuelisidro21@gmail.com
https://manuelisidroxxi.blogspot.com/?m=1
Facebook e Instagram:
@manuelisidroxxi
Twitter:
@manuelisidroxx1
No hay comentarios:
Publicar un comentario