jueves, 26 de diciembre de 2013

Eje chino-ruso podría llevar a EEUU a la bancarrota



Este año se considera fructífero para las relaciones entre China y Rusia, mientras que los vínculos de ambos países con Occidente se han deteriorado. El creciente poder chino-ruso obliga a EE.UU. a reconsiderar sus gastos militares pese a la crisis.
Según publicó la revista japonesa 'The Diplomat', en los últimos años muchos expertos indicaron que las dos guerras de EE.UU., en Irak y en Afganistán, y el debilitamiento de su economía, han dado a China la oportunidad de aumentar su importancia en la arena mundial. Al mismo tiempo, el crecimiento de la economía china y la situación relativamente estable en términos de seguridad han ayudado a Pekín a consolidarse como una potencia hegemónica de Asia. 

El interés recientemente intensificado de Washington en la región obviamente no implica que exista la posibilidad de gastar dinero y recursos para equilibrar realmente la influencia que tiene allí China. Por ello, Pekín no tuvo que dar explicaciones por la amenaza que supuso cambiar el statu quo en la región estableciendo una nueva zona de defensa aérea en el mar de China Oriental el pasado mes de noviembre.

Asimismo, China y Rusia conjuntamente son capaces de obligar a Washington a dividir sus fuerzas y, por lo tanto, a actuar sin eficacia. Para conseguirlo, los dos países necesitan solamente ampliar el número de desafíos que plantean a EE.UU. en materia de seguridad, algo que aumentará aún más la presión sobre los recursos de las Fuerzas Armadas del país norteamericano, que ya están al límite. Moscú y Pekín, publica 'The Diplomat', parecen haber resuelto, al menos temporalmente, sus disputas territoriales y ahora están colaborando a nivel estratégico en un intento de forzar a EE.UU. a retirarse completamente de Asia. 

Actualmente se presta mucha atención a la estrategia china para impedir el acceso a determinadas áreas en Asia, cuyos componentes clave son misiles balísticos antibuque DF-21D  y también la nueva zona de defensa aérea. Por su parte, Rusia está aumentando su presencia en el Ártico y ahora está desplegando en su territorio del extremo norte un amplio sistema de radar de detección temprana y unidades de guerra radioelectrónica. 

Evidentemente, EE.UU. buscará equilibrar la creciente presencia rusa en el Ártico, pero esta búsqueda de "un equilibrio de poderes" en esta región solo dificultará el reparto del presupuesto de Defensa del país y desviará parte de sus recursos del asunto asiático. 

Algunos expertos dudan que Washington pueda evitar la quiebra después de aumentar seriamente el gasto en Defensa. Es poco probable que EE.UU. pueda reaccionar simultáneamente al ascenso de China en Asia y al crecimiento de la presencia rusa en el Ártico y en las fronteras de los países bálticos, donde según algunas informaciones, Rusia está desplegando sistemas tácticos de misiles Iskander, considerado un elemento estratégico en las tensiones ruso-estadounidenses por el escudo antimisiles de la OTAN en Europa.

Para hacer frente efectivamente a los desafíos a largo plazo provenientes del eje China-Rusia, es posible que EE.UU. tenga que hacer importantes cambios en su estrategia.





ANÁLISIS / Fracasos estratégicos de EEUU

en 2013


El 2013 ha sido crucial para la política exterior de EE.UU., asegura el analista Vardán Bagdasaryán. Los cambios en el tablero geopolítico hicieron obvia la "oposición civilizada" entre Washington y el resto del mundo.

Se ha formado la base para la quiebra del modelo estadounidense de un orden mundial unipolar, asegura Bagdasaryán, según recoge el diario ruso 'Vzglyad'. Los puntos cruciales han sido la influencia creciente de China, el caso Snowden, las elecciones en Venezuela y la primavera árabe, entre otros factores.

Caso venezolano: Es posible resistir a EE.UU.

"El año 2013 desmoronó el mito sobre la invencibilidad de EE.UU.", destaca el analista. A pesar de todo el apoyo financiero e informativo por parte de Washington, la oposición venezolana perdió las elecciones. La victoria de Nicolás Maduro supone el triunfo continuo de la ideología antiestadounidense, insiste.

China vs. EE.UU.

En 2013, Pekín se consolidó como la segunda economía más grande del mundo por su PIB total, tanto por precios nominales, como por valores de paridad de poder adquisitivo, y también como mayor exportador e importador de mercancías en el mundo. Hace meses los miembros del Comité Central del Partido Comunista chino recibieron una circular que planteaba que la difusión de valores occidentales socava la sociedad. Con el crecimiento de las tensiones chino-japonesas por las islas Diaoyu (Senkaku) en disputa, el antagonismo entre Pekín y Washington también se reforzó. En la mayoría de los asuntos de la agenda internacional planteados a lo largo del año, Pekín tomó una postura opuesta a la de EE.UU., incluido el conflicto sirio.

EE.UU. se creó la imagen de "expansionista"

China y Rusia en varias ocasiones bloquearon en el Consejo de Seguridad de la ONU varias resoluciones sobre el conflicto sirio impulsadas desde Washington con apoyo de sus aliados europeos. EE.UU. también falló en su intento de recibir el soporte de la OTAN para la intervención en Siria. El caso sirio posicionó a EE.UU. como el mayor Estado expansionista del mundo, insiste Bagdasaryán.

EE.UU. no tiene aliados, solo intereses

Washington, que siempre se postuló como un aliado fiel de Egipto y de su gobierno legítimo, detuvo su soporte a la primavera árabe en cuanto vio divergencias geopolíticas con los Hermanos Musulmanes. Tras el derrocamiento de Morsi, un mandatario elegido en unos comicios democráticos, EE.UU. anunció la suspensión de la ayuda militar al país, aunque sigue considerando sus relaciones con El Cairo como "vitales" y se muestra dispuesto a ayudarle con su "tremenda transformación".

El hecho de que EE.UU. sea también un aliado de Turquía no le frenó a la hora apoyar las protestas antigubernamentales en el país.  Según el analista, todo esto hizo a los demás aliados de Washington, entre ellos Arabia Saudita, empezar a reconsiderar su postura tradicional.

Espionaje global

Las filtraciones por parte del exempleado de la NSA Edward Snowden revelaron que EE.UU. no es solo un expansionista global, sino también un espía global. El caso no solo llevó a todo el mundo a condenar las actividades de Washington, sino que dañó sus alianzas estratégicas en América Latina (con Brasil, en primer lugar) y en Europa (sobre todo con Alemania).


http://actualidad.rt.com/actualidad/view/115249-fracasos-estrategicos-politica-eeuu

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