Aunque todavía
quedan focos muy minoritarios quemando basura y colocando obstáculos en las
vías, los guarimberos han sido derrotados por la mayoría civilista y pacífica
de Venezuela, más allá de fronteras partidistas o de la polarización
chavismo-antichavismo, el mejor negocio de los extremistas de ambos bandos.
Ese tipo de
protesta, articulado con esquemas insurreccionales dentro de un plan mayor para
derrocar al presidente Nicolás Maduro, es rechazado por venezolanos y
venezolanas. Esa pretensión política de Leopoldo López y María Corina Machado,
junto a proclamados “subversivos” desde el exterior, vía twitter, correo
electrónico o telefonía celular, pulverizó la existencia real de la Mesa de
Unidad Democrática (MUD), hoy en grave estado.
Comparada con las
experiencias del violento lapso 2002-2004, las guarimbas López-Machado son una
caricatura de “golpe de estado”. Han quemado muchos cartuchos, algunos con
sangre y muerte, saboreando la derrota, otra vez. Mientras el “guarimbeo”
sucumbe ante la mayoría del país, la dirigencia opositora cede al chantaje de
la derecha extremista, y se retuerce entre la condena diáfana de los violentos
y la protesta social democrática, legítima constitucionalmente. Pretenden
pescar en río revuelto, perdiendo liderazgo social, político e institucional,
lo que también favorece al gobierno.
La dupla
López-Machado se convirtió en el mejor aliado político del gobierno
Maduro-Cabello. Catalizó el colapso de la MUD y subalternizó el liderazgo
electoral de Henrique Capriles Radonski, claro objetivo de Leopoldo López,
desde Voluntad Popular contra Primero Justicia. Hablando crudamente, el
gobierno lo disfruta porque ve desarticularse a la creciente oposición
existente, insatisfacción que alcanza a vastos sectores “chavistas” que ya no
se quieren calar más a sus corruptos boliburgueses asociados a corruptos
opositores, integrantes de mafias financieras y comerciales tanto en Venezuela
como en el exterior.
Ese ajuste de
cuentas en la derecha política, entre los golpistas liderados por López,
Machado y Voluntad Popular, de un lado, y Capriles y Primero Justicia, por el otro,
está al margen de la oposición puntofijista AD-Copei-Un Nuevo Tiempo-ABP-Bandera
Roja y sus similares que hacen vida en la MUD, tratando de diferenciarse de la
ultra derecha, que en las filas neoliberales integran los primeros en disputa.
Y aunque parezca
confuso, en este tablero político complejo, el gobierno vuelve a salvar su
pellejo institucional, pero no gana en prestigio. El de Nicolás Maduro, es un
gobierno transicional hacia 2015, año de la elección de la próxima Asamblea
Nacional (2016-2021). Entre 2006 y 2013, el chavismo bajó trece puntos
porcentuales en las respectivas elecciones presidenciales, de 63% a 50%,
tendencia que se afianza, independientemente de que estemos en un lapso
político-social sin elecciones, en el corto plazo.
Elecciones sectoriales
(sindicales, gremiales, universitarias, empresariales, etc.) mostrarán la
aceleración de esa caída del chavismo, en el plano social.
Los problemas
existentes son irresolubles dentro del esquema chavista de gobierno, que ha
colapsado por sus altos grados de corrupción, ineficiencia, arbitrariedades y
autoritarismo estatista-militarista. No importa cuánto avance o trate de
avanzar el gobierno con los diálogos por la paz, si continúa el torniquete
político liderado por la brutalidad de Diosdado Cabello y sus subalternos y
subalternas en la Asamblea Nacional, quienes destrozan toda posibilidad de
entendimiento racional y respetuoso entre las fuerzas políticas representadas
en el parlamento nacional. Es un grave problema político, ético y estratégico,
que el presidente Maduro y el Psuv tendrán que asumir, para seguir salvando el
pellejo, contra la corriente, esa tendencia a la baja que no pudo detener el
liderazgo del presidente Hugo Chávez y se le cuela entre los dedos a su
heredero político.
Conspira contra el
gobierno, la corrupta relación partido-gobierno. El Psuv no es nada sin el
peculado de uso y el obsceno manejo de todo tipo de recursos públicos,
incluyendo las redes de testaferros financistas contratistas de los entes
públicos nacionales, regionales y municipales. No hay movilización o
concentración del Psuv y sus aliados políticos, que no sea financiada
grotescamente con recursos públicos, comenzando por la sectaria vulgaridad de
los medios de comunicación social públicos y paraestatales, que deberían ser
canales de expresión de la pluralidad nacional.
Si las obturaciones
sociales que sufrimos continúan, como es previsible, el chavismo que va
quedando en esta segunda etapa de la era poschávez, se topará con una derrota
significativa en 2015, frente a opciones diversas que incluirán sus propios
desprendimientos. Si ello ocurriera, el referendo presidencial revocatorio se
hará tormentoso como posibilidad hacia 2016, en paz; y, en todo caso, abriría
opciones inéditas para las elecciones presidenciales de 2018, hacia el período
2019-2025.
Más confuso para
algunos, todavía, es la supuesta contradicción constatable de decrecimiento del
chavismo y la simultánea desarticulación de la oposición conocida, que rompe la
lógica de la polarización cultivada cuidadosa y persistentemente por la
dirigencia del cepo chavismo-antichavismo. Una nueva corriente política
nacional está por nacer, abiertamente desmarcada de las corruptelas e
irresponsabilidades políticas y administrativas de lo que hasta hoy conocemos
como “chavismo” y “antichavismo”.
Así, cada día más,
mayores porciones de venezolanos y venezolanas perciben que las soluciones a
los graves problemas nacionales -desde la corrupción insultante y la
delincuencia asesina hasta las obturaciones económicas y la injusticia social-
no están en los bandos del chavismo (estatismo) y el antichavismo
(neoliberalismo). Ello permite repensar a Venezuela, que es lo que merecemos
quienes aspiramos mayoritariamente a impulsar y disfrutar este maravilloso
país, en paz, concordia y solidaridad.
En medio de tantas
dificultades, no debemos desesperar ni apostar al mal menor, gran trampa de la polarización
creada por el cepo chavismo-antichavismo. Lo responsable y útil es contribuir a
encontrar opciones virtuosas para el desarrollo armónico de la nación, camino
que comienza por el rescate moral de la República, lo que chavismo y
antichavismo están imposibilitados de asumir. En fin, lo que asoma es un nuevo
estadio histórico, cualitativamente hablando, que reta nuestra imaginación.
·
21 ASESINATOS PREMEDITADOS o muertes por trampas de los guarimberos en diversas
regiones del país, es un saldo insultante para la dignidad humana. Sea a manos
de militares y policías, de bandas armadas por el gobierno Chávez-Maduro o de
ultraderechistas que ya dejaron huella sangrienta el 15 de abril de 2013, son
una insensatez intolerable para la inmensa mayoría de venezolanos y
venezolanas. Los más violentos del cepo chavismo-antichavismo, quieren sangre,
asesinar a sus contrarios, someterlos por la fuerza, negarles el derecho a
disentir y a existir política y socialmente. Frente a ellos, defender la paz de
la República es la principal tarea, hoy.
·
LOS “TECHOS DUROS” DE LA VEGA, como lo denuncié insistentemente, devino en una mega
estafa a centenares de humildes familias que fueron engañadas y robadas por un
mafioso, que ahora se niega a dar la cara en los tribunales penales. El dinero
que le robó a los pobres sin vivienda, lo acusa y desnuda en sus miserias
humanas.
·
CURIOSO: La corrupción existente en casi todas las áreas de la vida venezolana,
al punto de constituir una especie de
para-economía, no ha formado parte de la agenda pública de los Diálogos
por la Paz. Vivimos en una pasmosa sociedad de cómplices, peor que la que
existió a finales de la “IV República” y provocó el hundimiento del llamado
“puntofijismo”. Es una pesadilla estructural en la sociedad venezolana actual,
con efectos más que perniciosos en la economía y el funcionamiento de las
instituciones públicas y privadas, reproductora de violencia criminal y
desajustes de todo tipo. ¿Por qué un dato tan real y dañino no está sobre la
mesa?
·
EL PRESIDENTE NICOLÁS MADURO sigue en deuda con el país, en materia de corrupción. Los chavistas pudrimillonarios de las
mafias financieras siguen libres y pendencieros, arropados con el manto de
impunidad que los protege. La primera motivación de la vigente ley habilitante
fue la “lucha a fondo contra la corrupción… caiga quien caiga”, pero Maduro
permanece cuadrapléjico en la materia. Esa inacción cómplice le acarreará la
pulverización de su auctóritas, como Jefe de Estado, porque esos impunes choros
“chavistas” son el asco de su gobierno, y lo van a seguir hundiendo.
·
MUY IMPORTANTE: Mi cuenta en twitter @manuelisidro21 fue
pirateada por las mafias financieras chavistas que he denunciado. A mis
seguidores, les ruego denunciarla como spam, y retirarse de ella. Mi nueva
cuenta es @manuelisidroXXI, a la cual pueden conectarse, desde ya.
@manuelisidroXXI
* Licenciado en Comunicación Social - Universidad Central de Venezuela
* Especialista en Ciencia Política - Universidad Simón Bolívar
* Columnista del semanario LA RAZÓN
* Asesor en análisis de entorno político y social
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