sábado, 14 de marzo de 2015

COMPROMISO ALTERNATIVO POR VENEZUELA / Nueva hoja de ruta

Afirmar que en Venezuela sufrimos una crisis profunda, no es novedad. Lo sabemos y lo vivimos cotidianamente, entre la nefasta corrupción, la inflación-especulación, baja producción, impacto sangriento de la delincuencia, las guarimbas golpistas de la extrema derecha, y el ciego autoritarismo del gobierno, cuyo equipo económico hace agua sobre el hambre y la irritación del pueblo llano, cada vez más desencantado del oficialismo y del oposicionismo. Hoy -con toda razón-, la mayoría de nuestra población expresa inconfrormidad y rechazo a las irresponsables tendencias polarizantes del cepo chavismo-antichavismo.

Fuera de control
Cinco elementos clave están “fuera de control” en la economía venezolana: inflación, pulverización del bolívar, la producción, consumismo y corrupción, que de mil maneras golpean a venezolanos y venezolanas, cotidianamente, parte del legado del “Comandante eterno”. Maduro, “el hijo de Chávez”, no tiene idea de cómo revertir el desastre generado por la irresponsabilidad de su predecesor y el pillaje de sus subalternos incursos en manejos financieros mafiosos, anclados en el abuso de poder y la impunidad que les garantizó el finado.
Ciertamente, estamos agobiados por el descalabro económico, la galopante corrupción chavista y la diatriba politiquera del cepo chavismo-antichavismo. Crece la incredulidad y el desencanto, socialmente hablando. ¿Qué hacer? 
Nueva hoja de ruta
Lo importante es construir una nueva hoja de ruta para la Venezuela que queremos mayoritariamente: un país decente y armónico, justo y equilibrado, en constante transformación futurista, afincado en el desarrollo de una poderosa economía mixta integradora de los factores públicos, privados y sociales, mediante entendimiento nacional y desarrollos científicos y tecnológicos hacia la independencia nacional sostenible, en el marco de la integración latinocaribeña, para enfrentar los retos de la economía mundial y las mutaciones contemporáneas de la globalización. 
Aliento estratégico civilista
Esa nueva hoja de ruta tiene que estar por encima de las miserias del cepo chavismo-antichavismo, asumiendo un compromiso alternativo que preserve la paz en nuestro país, y presione por los cambios indispensables para adecentar la vida republicana y rescatar los equilibrios del pluralismo constitucional, que ha sido hecho trizas por el envolvente dispositivo polarizante de los factores de poder en pugna irresponsable.
Constatamos que la mayoría del pueblo ya no comulga con el gobierno ni con la “oposición” (MUD-La Salida-Transición). Sus dirigentes están sufriendo el rechazo popular, de forma inocultable. Lo pertinente es alimentar, organizar y desplegar esa nueva hoja de ruta, desde ya, con aliento estratégico, democrático y civilista, que nos lleve a un gran encuentro nacional para superar la crisis histórica a la que nos han arrastrado los errores, corruptelas e iniquidades de los principales actores de las llamadas “cuarta” y “quinta” repúblicas.
Reconstrucción moral de la República
No se trata de una “oferta” de servicios ni de un “plan” preconcebido, sino de un enorme esfuerzo para decantar diagnósticos y formas de asumir la emergencia nacional, a partir de la reconstrucción moral de la República para comenzar a solventar los más acuciantes problemas de inseguridad, corrupción, productividad, responsabilidad social y personal, confrontación irracional, sin lo cual es impensable, en paralelo, reorientar la economía, el sistema de justicia, la constitucionalidad y el ejercicio peno de los derechos ciudadanos bajo el exigente cumplimiento del deber, la ley y la constitución.
Diálogo y representación proporcional
Por ello, el término “ruta” o camino, a mediano y largo plazo, que exige actuar decididamente con la mira puesta en el futuro, incidiendo progresivamente en su construcción. Pasa por un verdadero diálogo nacional, más allá de la morisqueta manipuladora de la fracasada diatriba Gobierno-MUD; la democratización ética del sistema político-electoral venezolano, con verdadera representación proporcional  de las diversas tendencias que emanan del seno del pueblo venezolano; y la elevación a máximo nivel del debate público hacia las elecciones parlamentarias de 2015, única oportunidad de cambiar pacíficamente las cosas en Venezuela, dando suficiente fuerza a un compromiso alternativo que supere, como dijimos, las miserias del cepo chavismo-antichavismo.
Venezuela merece paz
El inmediatismo violentista de la ultraderecha no hace sino alimentar la inercia del abuso de poder y la corrupción chavista.  Es el espejismo que más conviene al gobierno, para justificar su fracaso ético, económico y social. Venezuela merece paz, y debemos defenderla. Suficientes problemas confrontamos, como para permitir la vertiente de la violencia criminal que alienta la intolerancia fascistoide de quienes sueñan con una intervención militar extranjera.
Honestidad y eficacia
Hay que trabajar duro, con honestidad y eficacia, darlo todo con generosidad por nuestra patria y nuestro pueblo. Debemos, juntos, encontrar métodos decentes y solidarios de interacción para la solución de conflictos y la superación de tantos cuellos de botella. Podemos aportar soluciones, catalizar procesos pacíficos de transformación y liderar un vasto compromiso alternativo nacional, si nos disponemos a cambiar, visto el fracaso acumulado en el cepo chavismo-antichavismo.

Urgente y posible
Articular a los sectores sociales, factores políticos y liderazgos emergentes tras estos nobles propósitos, es urgente y posible. Tenemos que escucharnos, proponer, discutir y aportar nuestro esfuerzo para la construcción dinámica de una plataforma política plural e integradora, con el compromiso alternativo de superar el actual estado de cosas que acusa al cepo chavismo-antichavismo. Lo lograremos con lo mejor de la Venezuela actual, la inconforme y luchadora, que es mayoría.


MANUEL ISIDRO MOLINA
@manuelisidro21
@manuelisidroXXI
manuelisidro21@gmail.com

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