domingo, 7 de diciembre de 2025

AQUÍ, AHORA / ¿Cómo superar la crisis venezolana? (l)


Manuel Isidro Molina

Nada más necio que imaginar una vía rápida para superar la tragedia histórica venezolana. Es una aspiración irreal: el 'fast track' -para decirlo en el lenguaje preferido por los admiradores del delincuente Trump- no ocurrirá en Venezuela. Ni por la vía política ni por los 'otros medios' previstos por Clausewitz. Las cañoneras estadounidenses merman en el Caribe, rodeadas de obstáculos geopolíticos latinocaribeños y mundiales; así como refrenadas por la evidente crisis interna que sufre Estados Unidos en tiempos locos de aranceles dislocados, decadencia imperial y extraño renacimiento de la llamada 'Doctrina Monroe', que los más sumisos derechones adoptan en su versión «2.0».

El baño de realidad viene después del sueño frustrado:

1. El Comando Sur de EEUU parece haber descartado la posibilidad de una invasión de Venezuela: sus estrategas, y los de Washington, saben que nuestro país no es el Panamá de Noriega con una policía medio militarizada; y que no han logrado aquí, conflictos internos como los de Dominicana (1964/65) y Granada (1983). La realidad es muy distinta.

2. La OEA no cuenta en esta oportunidad por su desprestigio, y los 'aliados' menores del Caribe no le dan para contrarrestar el rechazo continental y mundial a una agresión militar brutal sobre territorio venezolano. Los anclajes proveídos servilmente por los gobiernos de Dominicana, Panamá y Trinidad y Tobago no le dan para mucho, por el desprestigio de sus lacayos.

3. La firme oposición de Brasil, Colombia y México inclinan la balanza a favor de la paz, soberanía e integridad territorial de Venezuela.

4. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) cuenta con recursos apropiados para resistir eficazmente una agresión limitada, aunada a la organización de resistencia implementada por el PSUV y la coordinación policial y de inteligencia desplegada por Maduro y su Estado Mayor en todo el país y especialmente en las zonas críticas previstas.

Ante esta situación, son previsibles desarrollos posteriores a una agresión militar estadounidense, que tendrían efectos significativos:

1. Declaración inmediata del «estado de conmoción exterior» (equivale a 'estado de guerra'), que pondría todos los recursos (públicos y privados) al servicio de la defensa nacional.

2. Inicio de una potencial guerra civil, cuyas consecuencias serían desastrosas. Huelga argumentar daños humanos y materiales. Solo los estúpidos se encogen de hombros ante la posibilidad de tal tragedia.

3. La sociedad estadounidense se radicalizaría contra Trump y sus halcones 'neomonroístas', partiendo del 70% de rechazo a la guerra contra Venezuela, que hoy registran los estudios de opinión en EEUU.

4. Washington se jugaría su ya tenue prestigio internacional en tiempos de decadencia imperial, acelerada por el trumpismo.

5. El «asesinato» de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Vladímir Padrino López u otros altos cargos del Estado, provocaría una catástrofe nacional (lo digo con crudeza utilizando el lenguaje criminal del 'Estado profundo' estadounidense).

Por donde se le vea, las consecuencias de una agresión militar estadounidense a Venezuela, serían terribles, además de sus efectos en América Latina y el Caribe. ¿Está dispuesto EEUU a soportar una larga guerra de resistencia en Venezuela, con apoyo de gobiernos y pueblos latinocaribeños? ¿Qué quedará, inmediatamente, de la oposición macartista activada por María Corina Machado? Imagino las respuestas, complejas, pero es preferible motivar reflexiones serias, aquí y allá.

¿Cómo superar la crisis venezolana? Es la pregunta del día. Muchos 

compatriotas han sido condicionados por el discurso irresponsable de los promotores de la agresión militar 

gringa, muestra de frustración e impotencia ante el aferramiento a la 

usurpación del poder protagonizada por Maduro y el PSUV, después de robarse la elección presidencial del 28 de julio de 2024 y la írrita juramentación del 10 de enero de2025. «Que pase lo que tenga que pasar», «que vengan los marines... y se los lleven», «esto cae en cualquier momento» u otras frases inmediatistas sin sentido. También fluye la pregunta de la incredulidad o desorientación absolutas: «¿qué va a pasar, aquí?»

Lo que vaya a ocurrir es de nuestra exclusiva competencia: no le compete a Trump. Se equivocan los «trumpistas», en Venezuela y el exterior. No habrá 'fast track'.

La opción racional está en la mesa: acuerdo de interés nacional; nombramiento de un vicepresidente ejecutivo de consenso (o vicepresidenta); designación parlamentaria de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) confiable, digno y diligente; renuncia o abandono del cargo por parte de Nicolás Maduro ('falta absoluta'); juramentación del Presidente Encargado; convocatoria a una elección presidencial en plazo no mayor de 30 días, como está establecido en la Constitución. Es obvio que una condición indispensable es la desactivación de la avanzada naval y aérea del Comando Sur de EEUU, que acecha desde el Caribe.

La próxima semana, analizaremos esta opción, responsablemente.

manuelisidro21@gmail.com

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