“La
tinta más pobre de color vale más que la mejor memoria”
En el marco de la celebración de los 231 años del natalicio del
Libertador Simón Bolívar, desde la caraqueña ciudad de la patria grande,
redacto estas líneas, a quien vivió para la inmortalidad.
En el mes de noviembre de 2005, el Magistrado Alejandro Angulo
Fontiveros, logró que la Fundación Lecuna donara al Tribunal Supremo de
Justicia, los derechos para publicar la obra completa de Bolívar, compilada por
el insigne historiador venezolano, Vicente Lecuna. A propuesta del distinguido
hombre de leyes, se estableció una cláusula, según la cual, si en el lapso de
dos años no se publicaban las correspondencias del Padre de la Patria, le
devolvieran la obra a la fundación. En ese momento, el Dr. Omar Mora, presidía
el T.S.J.; luego, la Dra. Luisa Estela Morales. Ninguno de los dos, en sus
respectivos mandatos, mucho más largo el de ésta, cumplió con el encargo
estipulado.
El acuerdo fue objeto de un acto protocolar en el T.S.J., con la
junta directiva y el presidente de la Fundación, Antonio Lecuna.
El propósito para lograr la publicación no ha sido posible. No
obstante la perseverancia del Magistrado Angulo Fontiveros.
Algunos magistrados, al menos teóricamente, tienen una presunta
afinidad bolivariana, pero sólo en el discurso, no en los hechos. Hasta hoy, el
tribunal se mantiene firme en su negativa de difundir las misivas del caraqueño
universal, a pesar de decir que “sí” por “cortesía” institucional. “El General
Bolívar no tiene sino una sola palabra”. (Dijo Bolívar)
Seguro estoy, conociendo las cualidades ético-morales, que tanto
la magistrada Gladis Gutiérrez, Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia,
como los Magistrados Fernando Vegas Torrealba y Deyanira Nieves, actual junta
directiva, lograrán influir en el cuerpo colegiado para dar a conocer tan noble
doctrina. Sería extraordinario que la obra de Bolívar, una vez publicada, fuese
entregada a las escuelas, colegios, bibliotecas públicas y privadas, sendas
colecciones, para difundir las ideas del Genio de América. Esto haría realidad
el acuerdo originario.
La publicación de tan
importante y fundada documentación, constituye una herramienta para el
aprendizaje, es un medio indispensable para promover el conocimiento de la
historia y de los escritos fundamentales de la gesta libertadora.
Adicionalmente, permite construir espacios de diálogos para la tolerancia, la
solidaridad, la justicia, la igualdad y el reconocimiento del otro. Una
verdadera tarea pedagógica y educativa.
Bolívar no puede seguir reposando en estatuas ecuestres, ritual
sin destino, pronunciándose en discursos sin contenidos ni sentir, con frases
altisonantes y fuera de contextos, debe hacerse pensamiento vivo, reflexión
crítica, práctica ciudadana: “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”.
Es obligante el reclamo de los tiempos.
Las nuevas generaciones no pueden ser privadas de este hermoso
privilegio intelectual. En este sentido, el Quijote de América es premonitorio:
«Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la
ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres
ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como
realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad, la
traición por el patriotismo, la venganza por la justicia».
En todo caso, las palabras del Dr. Omar Mora, con ocasión de la
entrega de la obra completa del Libertador a la Casa de las Leyes, no fueron
más que un juego retórico sin consecuencias, y, hoy, no sabemos siquiera si un
tal Diógenes, anda todavía, por ahí, con una lámpara colgada del cuello,
buscando los libros olvidados, arrumados en algún lugar del recinto
tribunalicio. Queda patente que el Magistrado Alejandro Angulo Fontiveros, la
Fundación Lecuna y quien suscribe, queremos escuchar, de la junta directiva, la
exclamación: “lo haremos”, “publicaremos” las cartas del hombre de las
dificultades. No es mucho pedir. “La imprenta es tan útil como los pertrechos
en la guerra y ella es la artillería del pensamiento”. (Simón Bolívar)
No hay comentarios:
Publicar un comentario