lunes, 30 de septiembre de 2013

JESÚS FARÍA / “No es posible construir el socialismo con procesos de descomposición moral”


ENTREVISTA / Vicepresidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional


MANUEL ISIDRO MOLINA
@manuelisidroXXI
manuelisidro21@gmail.com


Firme en sus apreciaciones, Jesús Faría aborda los más espinosos temas de la vida venezolana, con tranquilidad, desde la situación económica –entre la crisis inflacionaria y la corrupción mafiosa- hasta las exigencias éticas y estratégicas del PSUV. “No hay un solo problema estratégico de la revolución, que se pueda resolver sin un partido revolucionario. Lamentablemente,  hay gente que no entiende eso, todavía; pero la inmensa mayoría del pueblo chavista intuye, al menos, que  esa es la única posibilidad de avanzar en estas tareas estratégicas”.

-En entrevista anterior, Alí Rodríguez Araque, que está saliendo de la Unasur, confesó que escribirá un libro sobre el “partido de la revolución venezolana”, de lo que venía conversando con el presidente Chávez. ¿Qué está por hacerse en el PSUV en cuanto a su transformación, recuperación ética, reafirmación ideológica y programática?

-Comparto cada uno de sus planteamientos. Un partido revolucionario exige, al menos, tres condiciones: La conciencia, una ideología muy sólida, ahí estamos trabajando, me dieron la responsabilidad de dirigir la Escuela de Cuadros, y ahí hay déficit, obviamente; el tema organizativo interno, establecer una estructura organizativa es sumamente difícil, aunque hemos avanzado; y el vínculo con el pueblo, no se puede estar alejado de las masas, ahí también hay progresos significativos, sin embargo, todavía no podemos estar satisfechos. Estamos en trabajo sistemático de construcción de este proyecto, porque tenemos claro que sin partido revolucionario y de masas no habrá revolución. En este momento, ese partido revolucionario lo estamos construyendo.

-¿El PSUV está más cerca de las estructuras de gobierno, que de las organizaciones de masas?

-Hay debilidades, como partido de gobierno y como partido de  masas, y eso es parte solo de un proceso de construcción de un partido sino de la reconstrucción de la sociedad. Un estado omnipresente, omnipotente, que lo absorbe todo, por supuesto que tiende a absorber las estructuras partidistas. Pero si caemos en eso y permitimos que el partido se convierta en un apéndice del estado, será el final de este partido revolucionario, porque si alguna misión tiene el partido revolucionario, según las tesis de Lenin, es abolir el estado burgués y construir un nuevo estado.

-¿Se queda como reproductor del estado burgués?

-Nos quedamos como reproductores de toda la lógica capitalista, incluyendo el estado burgués. El gran esfuerzo que estamos haciendo nosotros es tratar de que el partido sea la expresión de un gran movimiento popular.

-¿Las elecciones recurrentes no conspiran contra esa búsqueda?

-Las elecciones han absorbido todos los esfuerzos partidistas, impidiendo avanzar en los temas estratégicos; pero en este momento, estamos realizando procesos de formación ideológica en plena pre-campaña, lo que antes era impensable. En estos momentos el PSUV tiene trabajo directo con la clase obrera, que se había descuidado, por lo que existe una serie de elementos que la apartan de su misión, con serios problemas organizativos, de conciencia ética y moral, y todo lo que significa el lastre de arrastrar toda la hegemonía adeca que durante décadas repercutió negativamente en su actuación.

-¿Y la coyuntura económica?

-Estamos viviendo la coyuntura más compleja de la revolución en catorce años, además de lo que ocurrió en el año 2002-2003, obviamente. Hay que identificar las causas de lo que estamos viviendo: rebrote inflacionario, muy peligroso; una situación de escasez que obedece tanto al acaparamiento como al desabastecimiento; y un problema muy complejo de especulación cambiaria. Hay problemas estructurales en nuestra economía, que es subdesarrollada, dependiente, netamente especulativa y con comportamientos parasitarios innegables.

-¿Cuánto le pone la corrupción a todo eso?

-La corrupción es un flagelo, un ejercicio absolutamente despreciable, que atenta contra las bases morales y éticas de la República. Esta revolución nace sobre la base de la lucha contra la corrupción. ¿Se ha avanzado? Obviamente, no se ha avanzado lo que nosotros aspirábamos, es un sistema muy poderoso, y tenemos ese enorme reto, ese desafío. Lo decía Chávez, y lo reafirma el presidente Nicolás Maduro: “O derrotamos a la corrupción o la corrupción hunde a esta revolución”.

-No se puede cuantificar en términos numéricos cuál es el impacto que tiene, pero cualitativamente juega un papel fundamental en cada uno de estos problemas, y esa estructura hace vulnerable a nuestra economía a ataques que tienen un fin económico pero también, un fin político. Los grandes grupos económicos que gobernaron, que se hicieron de privilegios, que amasaron fabulosas fortunas, quisieran restaurar ese sistema de poder que disfrutaron a lo largo del siglo veinte y harán todo lo posible, como lo hicieron en 2002, utilizando su poder económico con fines políticos para derrocar el gobierno y recuperar su enorme absorción de la renta.

-¿Por qué el gobierno, con mayoría parlamentaria, no ha podido dominar un fenómeno que golpea tanto a la población como la inflación?

-Será muy difícil que la inflación baje del cuarenta por ciento (40 %), este año. La inflación obedece a razones estructurales, en el caso venezolano: Tenemos casi treinta años con inflación importante. Si tomamos los últimos doce años del puntofijismo (1986-1998) la inflación interanual fue del 54 %, con picos de ochenta y cien.

-103 % fue el pico más alto durante el gobierno del presidente Caldera…

-Sí. Y en el caso nuestro, en revolución, ha tenido un promedio de 24/25 por ciento, con un pico que se registrará este año, de algo más de 40 %.

-¿En cuánto lo tiene estimado?

-Cuarenta y tres por ciento (43 %).

-¿No es muy duro, eso?

-Es duro, y es una situación compleja, porque la inflación, por naturaleza, golpea el presupuesto familiar. Pero, nosotros hemos podido acumular un músculo social muy importante con las políticas sociales, y eso ha logrado amortiguar el impacto que, sin lugar a dudas, genera la inflación. Tenemos las políticas salariales y las políticas de inversión social, que aminoran y absorben el impacto inflacionario. Sin esas políticas, sin un gobierno revolucionario, con todo lo que se está viviendo en el país, se hubiera producido un sacudón, un verdadero sacudón social. Ahora, la inflación, por sí sola, no mide la calidad del gobierno, y no mide el avance de la gestión pública.

-¿Por qué, las fallas productivas?

-Algunas fallas productivas obedecen a lo mismo.

-Algunos sectores empresariales dice que obedecen a razones restrictivas de las políticas públicas, amenazas, expropiaciones, lo que se llama en el mundo neoliberal “excesivos controles”…

-Sí, ellos recurren a esa tesis; pero, nosotros podemos observar que en los últimos treinta años, no estaba Chávez en el poder, ya se hablaba de “empresarios prósperos y empresas quebradas”, una clase empresarial voraz, que no invierte pero aspira las máximas ganancias, que no compite pero por la vía de la especulación establece las mayores tasas de ganancias que hay en el planeta. Es decir, que no es porque exista un gobierno que establece reglas claras, no en función de los intereses del capitalismo, sino en función de los intereses del desarrollo nacional, que ellos no invierten.

-Ellos han tenido esa actitud de abstinencia crónica de inversión, y por eso es que tenemos un rezago tecnológico de décadas, una economía muy atrasada, dependiente de las importaciones, que no es nuevo, con una dependencia del petróleo muy profunda, que tampoco es un fenómeno nuevo. De lo que se nos puede acusar a nosotros es de no haber avanzado lo suficiente en la transformación económica, pero no de ser responsables de una estructura económica que nosotros heredamos.

-¿Y por qué no lograron revertir la exportación de capitales o la descapitalización económica de la nación?

-Sí se ha logrado. Si nosotros no hubiésemos tenido el control de cambio, no tuviésemos reservas internacionales por más de veinte mil millones de dólares; no hubiésemos tenido los recursos para invertirlos en el área social.

-Hay quienes dicen que las reservas operativas están en el orden de los tres mil millones de dólares…

-Las operativas no son las únicas que establecen las reservas internacionales. Para nosotros fue una estrategia la repatriación del oro, en medio de una crisis terrible que experimentó el capitalismo mundial (2008-2009), que todavía se mantiene en términos sistémicos. Es muy difícil avanzar en el tema económico, cuando los agentes que hacen vida en el área económica, fundamentalmente los grandes grupos económicos, no solamente están en lo que acabo de describir, sino que también tienen una posición política contraria, sus decisiones económicas obedecen a criterios políticos, que son tumbar a un gobierno como ya lo hicieron en 2002.

-¿Se puede producir nuevamente, como en 1989 y 1996, un proceso de “desregulación laboral” que afecte los intereses de los trabajadores?

-Toda revolución confronta desafíos, y en sus avances hay un abanico de opciones. Opciones que no se definen solo a partir de la voluntad ni de la determinación de la dirección política, sino de las correlaciones de fuerzas nacionales e internacionales. La revolución puede ser derrotada y restituirse el viejo régimen; una revolución puede naufragar en el mar de las reformas, al abandonar las grandes transformaciones; una revolución puede fracasar también, por la vía de los extremismos, propuestas totalmente alejadas de la realidad; y nosotros estamos tratando de llevar esta revolución por la vía de la visión dialéctica de la realidad, y creo que hemos tenido éxito. Lenin decía que el marxismo es el análisis concreto de la situación concreta, y a partir de ahí se plantean las decisiones de una revolución para avanzar.

-¿De ahí, la inamovilidad laboral?

-La clase empresarial viene con un ataque, una guerra de diferente naturaleza, y dice ahora que el problema son las leyes laborales. La inamovilidad laboral tiene una década, para proteger a los trabajadores ante los despidos masivos que se desataron para tumbar al presidente Chávez en 2002. Pero, durante esa inamovilidad laboral, aquí se han creado más de cuatro millones de puestos de trabajo, la mayoría de ellos en el sector privado. ¿Qué buscan? Reconquistar el poder para preservar sus intereses y someter a la clase obrera a una súper explotación, porque de ahí provienen sus ganancias. Es decir, reducir al trabajador a una simple mercancía, por cierto, muy barata, para ellos obtener enormes ganancias. Nosotros le estanos ofreciendo a los trabajadores, donde se dignifiquen no solo desde de el punto de vista material, sino donde ellos pasen a conducir esta sociedad.

-¿Cuáles son los puntos prioritarios para reorientar la economía nacional?

-Hay dos niveles, el coyuntural y el estructural. De manera muy resumida, en lo primero, atacar rigurosamente la especulación, pero eso no va a resolver el problema, va a arreglar el efecto del problema. En el acaparamiento, la escasez, el desabastecimiento, tenemos trámites burocráticos muy pesados que realmente impiden el desarrollo de las actividades económicas, y eso es una tentación también para la corrupción.

-¿Será que no se comprende realmente, la necesidad de impulsar una economía mixta?

-No creo. Ahí está en el Programa de la Patria (2013-2019), claramente definido, en la vía al socialismo convergen la empresa estatal que se debe dedicar a las áreas estratégicas, no a las pequeñas y medianas empresas que no tienen ningún peso específico; después viene el sector privado que tiene un espacio amplísimo para desarrollar sus actividades con ganancias, eso sí, razonables; el sector privado extranjero, como están decenas de compañías en la zona petrolífera del Orinoco, por ejemplo; y tenemos las empresas de carácter socialista, en cada una de sus modalidades. Ahora, el estado debe desarrollar mecanismos altamente eficientes, poco complejos, para que con una visión clara de seguimiento y control, se estimule la inversión  y el desarrollo.

-¿Por qué el estado venezolano tiene políticas de coinversión con empresas privadas extranjeras y transnacionales, pero no con empresas venezolanas, en petróleo, gas o electricidad?

-Se abrió, recientemente, la posibilidad para que la empresa privada nacional también participe en este tipo de esfuerzos. Esto es muy importante.

-¿Quedaron “pica’os de culebra” con los acontecimientos de 2002-2003-2004?

-No, todo lo contrario. Nosotros, a pesar de eso, que la cúpula empresarial arrastró a una tremenda aventura al resto del empresariado, mantuvimos financiamiento para los empresarios privados, como nunca se había visto en el país. ¿Quiénes se benefician de los esquemas de integración? Eso está abierto, nuevos mercados, para los productores nacionales. Hay un problema: Aquellos que siempre hablaron de la política neoliberal, de “apertura”, y pensaron en los Estados Unidos, ahora pegan el grito al cielo; sólo les gusta la política de sumisión. Nosotros entendemos, y los hemos invitado, que esos sectores son indispensables para la solución de fondo, para los avances estructurales, con el desarrollo industrial, la industrialización. No será posible la transición al socialismo, sobre una base material enclenque, débil; necesitamos capacidad productiva para satisfacer crecientemente las necesidades del pueblo, garantizar la defensa del país, para consolidar una soberanía plena.

-¿Eso es lo estratégico?

-Sí, y solo lo haremos con todos los sectores generando riqueza, a partir de la inversión, fundando miles de empresas que estén en capacidad de sustituir importaciones, promover exportaciones distintas al petróleo, impulsar el procesamiento de la materia prima en nuestro país. En pocas palabras, enterrar los lastres de un modelo rentista, un modelo capitalista dependiente que nos hundió en el atraso y en el subdesarrollo.

-¿Cómo “repatriar” los capitales exportados? Los empresarios que han sacado miles de millones de dólares, dicen que no los traen porque no hay sinceridad en la paridad del bolívar ni garantías para el desarrollo de la empresa privada...

-Las cifras son escandalosas. Son trescientos mil millones de dólares, que se han fugado durante las últimas décadas, fundamentalmente en los años ochenta y noventa. Eso es el PIB (Producto Interno Bruto) de un año, en Venezuela. ¿Cómo salieron esos capitales? Por la visión parasitaria, especulativa, de una clase empresarial que en lugar de invertir en Venezuela sacó esos capitales. Ellos pueden alegar, en estos momentos, que “no hay confianza”, “el gobierno no genera credibilidad”, “no hay garantías”, pero eso ocurrió en el pasado también.

-¿Desde el “viernes negro” de 1983?

-Por supuesto. Eso generó un envión tremendo, una conducta cultural del empresario venezolano. Por otra parte, hay que decir, nosotros estamos interesados en que esos recursos vuelvan, estamos creando espacios, tratando de generar expectativas positivas, porque esta guerra económica tiene un componente sicológico innegable. Quienes generan expectativas negativas, son los mismos que en el año 2002, crearon el mayor descalabro económico en nuestra historia venezolana; en 2002-2003, nuestra economía se contrajo veinte por ciento (20 %), como si un cuerpo humano perdiera un brazo, y cuando se hace un análisis de las desindustrialización en Venezuela, se habla de que hay dos períodos: Los años noventa, neoliberales, y el gobierno de Chávez; pero es una verdad a medias, porque cuando tú analizas los períodos del comandante Chávez, vas a observar que el único período de desindustrialización no fue en el total del gobierno del presidente Hugo Chávez, sino en ese proceso traumático en el que la economía se subordinó a una política insurreccional y se perdieron miles de empresas y puestos de trabajo.

-Es una tremenda mentira decir que este gobierno ha generado un proceso de quiebra masiva de empresas, pero eso alimenta la tesis de que no hay confianza y está en peligro su dinero. Nosotros, para bajar ese dólar paralelo, que se encuentra en niveles insospechados y habla mucho también del carácter especulativo de nuestros empresarios, aspiramos que esos recursos vuelvan a un mercado paralelo transparente, en el cual todos los que demanden dólares puedan conseguirlos.

-¿Está de acuerdo con legalizar el mercado paralelo?

-Las leyes se tienen que ajustar a la realidad. La economía es un organismo sumamente dinámico, frágil. Si mantenemos una visión rígida y no la vamos adecuando, ese es el camino a la quiebra, el comienzo del camino al fracaso. Tenemos que ir ajustándonos a esas situaciones, sin perder de vista cuál es el objetivo: No vamos a entregar el poder a los grupos económicos que reclaman de nosotros eliminar las leyes laborales que tantos beneficios le generan a los trabajadores; sencillamente, ellos quieren “el botín”, es decir, sin mayor inversión, maximizar sus ganancias. Tampoco vamos a renunciar a la política petrolera, que ellos quisieran entregársela a las compañías transnacionales, supuestamente para “generar confianza”.

-Eso no lo vamos a perder de vista, pero los mecanismos, los instrumentos y las regulaciones se tienen que ir ajustando a las condiciones actuales. Pero, nuestro principio fundamental en materia económica es tratar de elevar al máximo la riqueza generada para invertirla en función de los grandes propósitos: La soberanía del país, muy vinculada al desarrollo; y la distribución de la riqueza de forma cada vez más equitativa. Nadie nos puede decir que no hemos tenido éxito en la disminución de la pobreza y la miseria, y en la construcción de la sociedad más equitativa de todo el continente.

-¿Observa por buena camino, las relaciones con China, Bielorrusia, Irán, Alba y Mercosur, que fue lo que diseñó esencialmente el gobierno del presidente Chávez, y el de Maduro le da continuidad?

-Uno de los mayores méritos del comandante Chávez, ha sido precisamente sus políticas internacionales. Y cuando hablamos de que con Chávez y sin Chávez ahora, con el gobierno del presidente Nicolás Maduro, en estos momentos, hay un peligro real para nuestra revolución, eso aplica también para el campo internacional. Con Chávez al frente, la región latinoamericana rompió el esquema de dependencia y subordinación, generó una nueva geopolítica en la que el imperialismo perdió muchos espacios de dominación, y los gobiernos de izquierda, democráticos y progresistas de América Latina se cohesionaron en función de un propósito compartido: El desarrollo sobre la base de la autodeterminación y la soberanía, y ahí hemos tenido un éxito extraordinario; y el mismo gobierno de Estados Unidos se resiente de esa situación, un verdadero cambio geopolítico, y con China tenemos  una alianza estratégica fundamental.

-Gente opositora dice que es una venta a futuro de petróleo a precios viles, que China es un neo imperialismo y que las tecnologías y los desarrollos industriales de China están muy por debajo estándares de Europa y Estados Unidos…

-Curiosamente, los que entregaron el país al Fondo Monetario Internacional y a las compañías transnacionales, y derrumbaron los precios del petróleo a siete dólares, querían privatizar PDVSA, ahora critican la política de cooperación internacional y la política petrolera de Venezuela. Todo sobre la base de mentiras. ¿Qué está planteado, ahí? Que vendamos a precios internacionales el petróleo, y a cambio de esa venta a futuro, un negocio comercial, ahora –como decía Keynes, “quizás, en el futuro estemos muertos”-, ahora podemos aprovechar recursos para impulsar proyectos de naturaleza industrial, agroindustrial, energética, eléctrica y tecnológica.

-Ahí, tenemos enormes desafíos que solos no los podemos afrontar, pero con la diferencia entre los acuerdos internacionales de sumisión, de distracción de nuestros recursos, de explotación inescrupulosa de nuestras riquezas por parte de las compañías imperialistas y de parte del gobierno de Estados Unidos, y lo que hay ahora con transferencia tecnológica, respeto a nuestras decisiones, se toman en cuenta nuestras condiciones y vienen acá dispuestos a cooperar cómo se hacen empresas, vehículos, computadoras, satélites, ferrocarriles, viviendas, etcétera. ¿Cuándo se había visto eso, que las relaciones internacionales tuvieran un saldo positivo para el bienestar y el desarrollo del país? ¡Nunca! Y sobre esa base, vamos a desarrollar el país, y con ese desarrollo vamos a pagar deuda que estamos adquiriendo con una gran diferencia: En el pasado el endeudamiento se tradujo en despilfarro y fuga masiva de capitales. ¿Qué ocurrió? Que como resultado de esa deuda se le entregó la economía al Fondo Monetario Internacional, que nos imponía las políticas económicas y sociales. Aquí, hoy, no ocurre eso; ocurre un endeudamiento que, por lo demás, es un endeudamiento responsable, que no ha llegado a los niveles que ellos están diciendo. Ellos sí colocaron al país en una situación de ruina.

-Pero dicen que “PDVSA está quebrada”, que “no tiene flujo de caja”…

-PDVSA es la principal empresa del país, administra la mayor reserva petrolera de todo el planeta, de manera que tiene un patrimonio incalculable. PDVSA es una plataforma que sirve para la integración nacional. No hay ni un solo indicio de que una compañía tan grande como PDVSA esté “quebrada”; ellos acostumbran a decir eso, pero no han dado una sola muestra o cifra sensata que evidencie lo que afirman. Eso es parte de toda una campaña que es parte de la guerra económica, en la que el componente sicológico es muy importante porque genera expectativas. Imagínate, un país donde la principal industria “está quebrada”, ¿qué vamos a pensar nosotros o qué se puede pensar en el exterior? ¿Qué pueden pensar socios internacionales, vendrían aquí, a vincularse con PDVSA? ¿Alguien vendría a vincularse con PDVSA si nuestra gran empresa estuviera “quebrada”, como ellos plantean? Si eso fuera cierto, estuvieran esperando que este gobierno cayera como cae un mango maduro.

-¿Ha cuantificado el aporte al PIB de estas alianzas estratégicas?

-No lo tengo cuantificado, pero se puede hacer. Ahora, es una ayuda muy importante por la dimensión de los desarrollos, obras y empresas que se están recuperando, Alcasa, por ejemplo, que estaba en la ruina. Allí está el “Fondo Chino” aportando recursos para reactivar líneas de producción. Pero desde el punto de vista cualitativo, esas alianzas estratégicas son fundamentales, porque nosotros durante todo este período hemos hablado de crecimiento de la economía, sólo hemos logrado crecimiento. Chávez planteó muchas veces, la necesidad del desarrollo, pero es muy difícil pasar al desarrollo, a la transformación, que ese organismo enfermo creciera, que es una hipertrofia, un crecimiento enfermizo, sino que logre impulsar grandes transformaciones para que ese desarrollo sea sustentable. Ese es el gran reto nuestro, a largo plazo.

-Chávez lo planteó en el Programa de la Patria. Ahora, tú sabes lo difícil que es ocuparse de un tema tan complejo como la economía, en medio de una situación política de profundas contradicciones, conflictividad, que no sólo están impulsadas por factores internos, que son de menor peso, sino que son impulsados por factores internacionales. ¿Tú sabes lo que significa Venezuela, para Estados Unidos? ¡La mayor reserva petrolera del mundo! Estados Unidos, un país que en veinte años volverá a entrar en una situación de insuficiencia energética. Y significa (Venezuela) el bastión fundamental de toda una corriente que se está desatando en América Latina, que ya se ha revelado al dictado y al tutelaje del imperialismo. Ellos mismos lo han reconocido, somos un estorbo para sus propósitos.

-¿Qué le diría, desde el punto de vista de la confianza, a esa amplia porción, nada desdeñable, de la población venezolana que siente irritación, malestar por el impacto de la inflación, la escasez y por algunos entuertos estructurales como la delincuencia, la corrupción?

-No lo percibo así, pero nosotros debemos procurar una base social, popular, mucho más sólida. En un proceso de transformación socialista, es inconcebible que una derecha que tiene posiciones neoliberales pero hábilmente no se atreve a manifestarlas -más bien tienden a mimetizarse hacia el chavismo, no dicen lo que en verdad pretenden-, tenga una base electoral tan amplia como la que registró en la últimas elecciones (14 de abril 2013).

-¿Qué le diría yo, a esos compatriotas, sobre todo a sectores populares que votan por la propuesta de la derecha, una derecha de corte fascistoide? Le diría que la única posibilidad que tiene esa población de superar la pobreza definitivamente y construir futuro, es que este proceso revolucionario se mantenga vivo y se profundice a favor del pueblo. Y quienes tenemos responsabilidades de gobierno, tenemos una enorme responsabilidad en eso, porque esa reflexión no va a llegar sola a través de los medios o por inercia, sino a partir del ejemplo que le demos a nuestros compatriotas para convencerlos de que ese pueblo sea el protagonista del proceso de transformación hacia el socialismo. Debemos desarrollar una ofensiva política, ideológica y popular para conquistar a la mayoría determinante.

-¿Y desde el punto de vista ético?

-Para nosotros, el tema ético es trascendental, fundamental para la revolución, en estos momentos. No es posible hacer una revolución sin revolucionarios; y ser revolucionario significa no solamente ser un militante y activista en los diferentes sectores populares, o tener un grado de claridad política a través de la lectura y la observación de la realidad, sino que requiere también un altísimo grado de moral y de ética, honestidad irreductible.

-Si no tenemos esos componentes, va a ser imposible formar revolucionarios y, por tanto, va a ser imposible desarrollar una revolución. En estos momentos, hay deficiencias muy importantes en el tema ético. Esta revolución nace con banderas de lucha contra la corrupción y las hemos mantenido, pero nos hemos encontrado un sistema muy poderoso que alimenta esto y se compone de las riquezas que han acumulado y permiten corromper a los funcionarios públicos, un estado diseñado para las corruptelas y que nosotros no hemos podido sustituir por un  estado revolucionario. Es todo un problema, como tú lo dices, ético, de conciencia, en el ámbito espiritual, en el ámbito cultural, que tenemos que superar. Es el tema más complejo y el tema más importante. Yo lo veo generacionalmente, con objetividad. No lo vamos a resolver en lo inmediato, pero sin lugar a dudas, que podemos avanzar, estamos obligados a avanzar.

-En esto se plantea más que nunca, una guerra a muerte contra la corrupción. Es inconcebible que en las filas de la revolución militen personas que estén altamente comprometidas con prácticas asquerosas de corrupción, despreciadas por nosotros. Eso desmoraliza al pueblo revolucionario.

-¿El planteamiento contra la corrupción del presidente Maduro, ha calado en el PSUV?

-Sin lugar a dudas. Lo que dice Maduro es consecuencia de lo que venía aportando el comandante Chávez. Nosotros, todos, estamos comprometidos con eso. Hay una resistencia sistémica, estructuras que reportan fabulosas ganancias.

-¿Tienen vida propia?

-Sí, tienen vida propia y, además, individualidades que hacen vida en la revolución y hacen mal uso de su poder.

-¿Se han aprovechado?

 -Sí, se han  aprovechado y hacen uso del poder de sus posiciones y de la riqueza que han acumulado, para resistirse.  Es, en definitiva, el planteamiento de la revolución dentro de la revolución, que tiene un componente ético fundamental, la lucha contra la corrupción, un proceso de adecentamiento de esta sociedad, que se inició en 1998 y tiene como objetivo rescatar las bases morales y éticas de la República. No es posible construir el socialismo con procesos de descomposición moral, como los que se viven en Venezuela.



”Trato de seguir 
los pasos de mi padre”


-¿Qué es lo que más le marcó del viejo Jesús Faría, su padre homónimo, líder sindical petrolero y secretario general del Partido Comunista de Venezuela durante varias décadas?

-Una gran admiración y respeto por una vida y lucha dedicada con pasión y enteramente, a la causa del socialismo, de la clase obrera, de la independencia nacional. Sintió amor por el ser humano e indignación contra las injusticias. Mantuvo una vida ejemplar en lo moral, en lo ético, firmeza absoluta en sus ideas comunistas. Emergió de lo más profundo de la pobreza que azotaba a nuestro pueblo a comienzos del siglo XX, convirtiéndose en un ejemplo para sus hermanos de clase. Fue de una línea inquebrantable, siempre leal, siempre honesto, austero, amoroso con su familia y su revolución. Fue un hombre de una pieza; y a mí, por supuesto, me compromete muchísimo todo eso, porque no solamente llevo su nombre sino que trato de seguir sus pasos.

-¿Y por qué ese salto sorpresivo de Jesús Faría hijo, del PCV al PSUV, atendiendo el llamado del presidente Hugo Chávez en 2007?

-Nosotros entramos a la Dirección Nacional del PCV, y dimos un debate. Y la tesis nuestra era precisamente, que el comunismo es la fusión de las ideas comunistas con el movimiento obrero, y no había otro espacio más adecuado para concretar ese planteamientos sino en un gran partido revolucionario de masas en gestación. Entonces, decidimos irnos al PSUV a sembrar la conciencia revolucionaria, a organizar al pueblo trabajador y a preparar un gran partido de vanguardia, pero como decía Lenin, de masas con un carácter revolucionario.

-¿Cómo les ha ido, ahí?

-El balance es complejo, porque formar, construir un partido así, es sumamente difícil. El PSUV es u n proyecto en construcción: Está pasando de ser un gran movimiento electoral a constituirse en un partido revolucionario.


PERFIL
Nacimiento: 12 de abril de 1966, Caracas
Economista (Berlín) con estudios de postgrado en economía internacional (UCV), relaciones internacionales y ciencias políticas (Universidad de Constanza-Alemania)
Profesor en la Universidad Central de Venezuela y Universidad Bolivariana de Venezuela
Fue militante del Partido Comunista de Venezuela y miembro de su Dirección Nacional hasta 2007, cuando se incorpora como delegado al Congreso fundacional del PSUV.
Diputado por el Distrito Capital a la Asamblea Nacional, vicepresidente de la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico

Coordinador de la Escuela Nacional de Cuadros del PSUV y miembro de su Dirección Nacional

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