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El acuerdo alcanzado en diciembre de 2015 en la 21 Conferencia de las
Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático, celebrada en París, es un importante avance en la
forma de lidiar con el desafío del cambio climático.
El hecho de que casi todos los países del planeta hayan firmado el acuerdo de París es un logro importante, cuyo crédito corresponde en gran medida al gobierno de Francia.
Los
compromisos asumidos... no alcanzan para limitar el aumento de la
temperatura a dos grados Celsius para finales de este siglo con respecto
a los niveles preindustriales.
No obstante, en términos científicos, aunque el acuerdo reúne a todas
las partes, en sí los compromisos asumidos en las contribuciones
previstas y determinadas a nivel nacional (INDC, en inglés) no alcanzan
para limitar el aumento de la temperatura a dos grados Celsius para
finales de este siglo con respecto a los niveles preindustriales.
Todo acuerdo sobre el cambio climático ha de tener en cuenta la
evaluación científica de los impactos que el mundo enfrentará y los
riesgos que deberá soportar si no se hacen los esfuerzos suficientes
para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
También hace falta evaluación científica en el nivel de mitigación
que limite los riesgos de los impactos consiguientes a niveles
aceptables. El Quinto Informe de Evaluación (AR5) del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) aporta una evaluación clara sobre el rumbo que seguirá el planeta si no modifica sus prácticas habituales.
El AR5 establece claramente que si no se adoptan esfuerzos de
mitigación adicionales a los existentes hoy en día, e incluso con la
adaptación, el calentamiento a finales del siglo XXI generará riesgos
muy altos de consecuencias graves, generalizadas e irreversibles a nivel
mundial.
La adaptación y la mitigación son estrategias complementarias para
reducir y gestionar los riesgos del cambio climático. En consecuencia,
una reducción considerable de las emisiones en las próximas décadas
podrá reducir los riesgos climáticos en el siglo XXI y con
posterioridad, aumentará las posibilidades de una adaptación eficaz,
bajará los costos y los desafíos de la mitigación a largo plazo y
contribuirá con el desarrollo sostenible mediante vías resistentes al
clima.
El AR5 incluye cinco motivos de preocupación (MDP) sobre el cambio
climático e ilustra las consecuencias que tienen el calentamiento y los
límites a la adaptación para los seres humanos, las economías y los
ecosistemas en todos los sectores y regiones.
Los cinco MDP refieren a sistemas únicos y amenazados, fenómenos
meteorológicos extremos, la distribución de los impactos, los impactos
acumulados mundialmente y eventos singulares a gran escala. Estos MDP
crecen en proporción directa al grado de calentamiento proyectado para
los distintos escenarios.
Un recorte importante a las emisiones de GEI en las próximas décadas
puede reducir considerablemente los riesgos del cambio climático
mediante la limitación del calentamiento a partir de la segunda mitad
del siglo XXI.
Las emisiones acumuladas de dióxido de carbono (CO2) determinarán en
gran medida el calentamiento medio de la superficie del planeta a
finales del siglo XXI y posteriormente.
Reducir los riesgos de los MDP implicaría limitar las emisiones
acumuladas de CO2. Ese límite requeriría que las emisiones netas
disminuyan gradualmente hasta llegar a cero y que las emisiones anuales
se reduzcan en los próximos decenios.
Sin embargo, algunos riesgos de daño climático son inevitables,
incluso con la mitigación y la adaptación. Esto se debe a la inercia del
sistema por el cual el aumento de la concentración de GEI en la
atmósfera terrestre tendrá consecuencias que ya son inevitables.
El acuerdo de París es un paso sumamente importante que dio la
comunidad mundial, pero hace falta un nivel mucho más alto de ambición,
en comparación con el actual que representan los INDC, que obligue a
todos los países a actuar.
El examen de los INDC está previsto recién para 2018 y 2023. Esto
puede ser demasiado tarde ya que es urgente la necesidad de demostrar un
nivel mayor de ambición si el mundo ha de reducir las emisiones de
manera significativa antes de 2030.
Demorar la mitigación adicional hasta 2030 aumentará
considerablemente los retos asociados con la limitación del
calentamiento a lo largo del siglo XXI por debajo de los dos grados
Celsius respecto a los niveles preindustriales.
Y si la comunidad mundial es seria acerca de evaluar los impactos del
cambio climático dentro del límite de 1,5 grados Celsius por encima de
los niveles preindustriales, entonces habrá que tomar rigurosas medidas
de mitigación mucho antes de 2030.
Si no se toman medidas pronto, entonces hará falta una aceleración
mucho mayor de la energía baja en carbono en el período de 2030-2050,
con una mayor dependencia en la eliminación de dióxido de carbono a
largo plazo e impactos económicos de transición y a largo plazo más
fuertes.
En esencia, París debe verse como el comienzo de un viaje.
Si el mundo ha de reducir al mínimo los riesgos derivados de las
consecuencias del cambio climático de manera adecuada, entonces la
población de cada país debe exigir un conjunto mucho más ambicioso de
medidas de mitigación que las que se encuentran en el acuerdo de París.
Claramente, ese es el desafío que enfrenta el mundo, y la comunidad
mundial debe asumir con urgencia la tarea de informar al público sobre
los datos científicos relacionados con el cambio climático como un
seguimiento a París. Solo entonces conseguiríamos las medidas adecuadas
para limitar los riesgos a niveles aceptables.
*
Traducido por Álvaro Queiruga
http://www.ipsnoticias.net/2016/01/el-acuerdo-de-paris-el-punto-de-partida-de-un-largo-viaje/
http://www.ipsnoticias.net/2016/01/el-acuerdo-de-paris-el-punto-de-partida-de-un-largo-viaje/
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