jueves, 17 de julio de 2025

CORTO Y PICANTE / A seis meses de la detención de Enrique Márquez

José Luis Farías 

La detención injusta de Enrique Márquez el pasado 7 de enero, ex candidato presidencial y líder del partido “Centrados en la Gente”, hace ya seis meses, se erige como un símbolo de la opresión que ha marcado a fuego la historia reciente de un país desgarrado. Junto a él, cerca de mil dirigentes languidecen en las oscuras mazmorras de un sistema político que se aferra a la idea de doblegar por la fuerza la noble lucha por la Constitución y la ley. 

La opresión ha sido tan prolongada —más de un cuarto de siglo— que ha desgastado incluso a aquellos que parecían inmunes a su corrosión. Muchos han vivido en la espera desesperada del fin de esta pesadilla, anhelando un respiro que parece cada vez más lejano.
Pero la resistencia humana tiene sus límites, y el sufrimiento ha dejado cicatrices profundas. Jóvenes que no han podido disfrutar de su juventud, que han visto cómo el tiempo se les escapa entre las manos mientras encanecen en el destierro; hombres maduros que han sembrado sus huesos en tierras ajenas, lejos del calor de su hogar; y millares de hijos de venezolanos nacidos en solares extraños, que solo conocen la patria a través de los relatos amargos de sus padres. 

Todo esto pesa como una losa sobre el espíritu humano, capaz de hacer tambalear incluso a los más fuertes.

Sin embargo, por cada uno que cae o se rinde ante las tentaciones de la barbarie, surgen cien que se levantan con renovada determinación. Hombres y mujeres dispuestos a cargar con la pesadilla, a mantener en alto la bandera de la libertad, honrando el grito ancestral de su raza libertaria. 

No están dispuestos a transigir con la ignominia, más resueltos que nunca a seguir luchando por un futuro mejor, por una lucha pacífica, constitucional y democrática.

Libertad para Enrique Márquez, detenido injustamente, totalmente incomunicado, y de todos los presos políticos. Que su lucha no sea en vano, que su sacrificio despierte la conciencia dormida de un pueblo que aún sueña con la esperanza. 

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