martes, 14 de mayo de 2019

La carta de la ignominia Guaidó-Vecchio

Todo cuanto argumenten, será ineficaz ante el grado de ignominia de la carta de Carlos Vecchio al comandante del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos. 

Supuesto "Embajador" de un gobierno inexistente y cipayo, el remitente hace gala de un grado demencial de rastrerismo vendepatria con su pretensión de dar soporte a la invasión militar delineada en el plan "Freedom Venezuela 2", que de materializarse ocasionaría un holocausto en la patria del Libertador Simón Bolívar, quien lideró en el siglo XIX el descalabro del imperio colonial español en América, asegurando la independencia en los vastos territorios que hoy ocupan Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela, incluido el territorio en reclamación en la margen occidental del río Esequibo, arrebatado formalmente por el imperio colonial de Gran Bretaña a partir de 1841 cuando fue decretada la creación de la Guayana Inglesa, a pesar de las protestas que desde 1822 formalizó el gobierno de la República de Colombia ("Gran Colombia").

Nunca en Venezuela hubo una dirigencia política tan irresponsable y abyecta como la encabezada hoy por la cúpula del partido minoritario Voluntad Popular de Leopoldo López, Lilian Tintori, Juan Guaidó y Carlos Vecchio. ¡Vergüenza nacional!

Con lenguaje sibilino, el emisario de Guaidó en Washington le escribe al jefe militar estadounidense: "Acogemos con beneplácito la planificación estratégica y operativa" (del Comando Sur de EEUU, por supuesto), muestra de entrega y sometimiento a los dictados imperiales de la administración Trump. 

Este documento ilegal y sin valor jurídico internacional alguno, muestra la talla moral de esta (de)generación de políticos atrabiliarios y sin sentido patriótico, dispuestos a convertir a Venezuela en un protectorado de Estados Unidos, la mayor potencia militar y económica del mundo, hoy en serios problemas a nivel global por sus signos de decadencia y la conducción aventurera y extorsiva de su Presidente.

Ha sido -esa cartucha- un golpe político indignante, después del fallido golpe político y militar del pasado 30 de abril, que ofreció al gobierno del presidente Nicolás Maduro la oportunidad para atornillarse más ante un Juan Guaidó desguarnecido, desnudo sobre un puente de autopista que sirvió como punto de partida de una huída tragicómica hacia varias embajadas y el exterior, de los más encumbrados involucrados en el abortado nuevo intento de generar un alzamiento militar con revuelta popular para usurpar la anhelada silla presidencial de Miraflores.

Ese camino errático de golpismo y cipayismo, los está llevando al descrédito nacional e internacional. "Siguen poniendo la torta", como decimos en criollo, pero su alienación es tan profunda que creen que "se la están comiendo". En realidad, dan tristeza y pena ajena.

Quien da un golpe, tiene 5 opciones: la única buena es que tomes el poder; las otras cuatro son la muerte, la clandestinidad, la prisión o el exilio. Esa es la realidad política y lo serio. No se puede jugar con la opinión pública. No vale la actitud "yo no fui" después del 30-A, ni la apelación revanchista prosternados ante el Comando Sur de Estados Unidos, cuyos comandantes también le están viendo la cara con asco a esos cipayos que hoy les adulan serviles.

Ese no es el camino, es la ruta al "basurero de la historia", la de la traición a la patria, su soberanía e integridad territorial. Se siguen anulando como opción política, sin credibilidad ni respeto entre las mayorías nacionales, plurales y diversas, que no representan ni han representado. Eso lo saben Trump y sus halcones, igual que los jefes militares del Comando Sur, y por eso los tratan como lo que son: escoria política, similar a las encontradas y financiadas en Libia, Siria, Irak y tantos otros países de Medio Oriente, África y América Latina y el Caribe, siempre dispuestas a venderse y arrastrarse.

Lo que no saben en Washington -o dicen no saberlo- es que esencialmente, los venezolanos no somos así, esa escoria vendepatria es minoritaria, hoy ciertamente con eco limitado cultivado, gracias al latrocinio histórico cometido por quienes se corrompieron bajo la presidencia de Hugo Chávez y la continuidad que les ha dado Nicolás Maduro, una gestión fracasada que junto con los graves errores cortoplacistas y golpistas de las dirigencias opositoras de turno, han arrinconado a Venezuela en la actual tragedia histórica.

Guaidó y Vecchio no representan a Venezuela, que lo sepa el mundo; tampoco, a la inmensa mayoría inconforme con el caos promovido por ambos bandos irresponsables, ni a quienes mayoritariamente nos oponemos al gobierno de Nicolás Maduro.

La ignorancia supina de la historia nacional que afecta a esa dirigencia de Voluntad Popular, los incapacita para algún desempeño relevante en la patria de Bolívar. El pueblo profundo de los Libertadores se lo reclaman y los condena por irresponsables y vendepatrias. Así quedan Guaidó, Vecchio y sus similares para la historia de Venezuela y América Latina y el Caribe.

Con la misma fuerza que nos oponemos a quienes han fraguado esta tragedia histórica, defendemos la paz y rechazamos la guerra, ese holocausto disfrazado de "Operación Libertad" y "ayuda humanitaria" ("Freedom Venezuela 2") para convertir a nuestra patria en un protectorado de Estados Unidos sobre un baño de muerte y destrucción.

MANUEL ISIDRO MOLINA
@manuelisidro21

Versión original en inglés de la carta de la ignominia.

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