Fuentes financieras informan confidencialmente que el gobierno analiza decretar una segunda devaluación oficial pasando de la actual paridad de 6,30 a 9,60 bolívares por dólar, lo que significaría una caída del 52,38 por ciento de la moneda nacional frente a la divisa estadounidense.
Consultadas mis fuentes sobre la oportunidad de esa medida devaluacionista, respondieron: "En cualquier momento" porque la situación financiera "es horrible".
La devaluación inmediatamente anterior fue decretada el viernes 8 de febrero de 2013, pasando el dólar estadounidense de 4,30 a 6,30 bolívares en la paridad oficial, constituyendo 46,5 % de hundimiento de la moneda venezolana.
En el contexto, estaríamos ante una segunda brutal devaluación de la moneda en un semestre, pero en realidad estamos hablando de los cuatro meses del lapso febrero-junio.
De materializarse esta hipotética decisión a cargo del ministro de Finanzas, Nelson Merentes, arrastrando al Banco Central de Venezuela bajo la rectoría de su presidenta Edmee Betancourt, y al ministro de Planificación, Jorge Giordani, el golpe a la economía sería devastador con consecuencias sociales y políticas de envergadura, por lo que el presidente Nicolás Maduro tendría que asumir el costo político de tan drástica medida que vendría a incidir en el galopante costo de la vida. El encarecimiento de las importaciones de todo tipo, la escalada de precios y la escasez de productos de consumo masivo, junto a la inseguridad bajo impacto de las mafias de la corrupción, la impunidad y las bandas que asesinan y atracan, constituyen hoy los problemas que más golpean e indignan a venezolanos y venezolanas, especialmente de clases medias y sectores populares, la inmensa mayoría de la población. / MANUEL ISIDRO MOLINA
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