Manuel Isidro Molina
La segunda simulación electoral cierra un ciclo en la Venezuela madurista: hasta un terminal de pasajeros le acaban de inaugurar al líder robolucionario en Caracas, el colmo de la adulancia medradora. Efectivamente, el domingo 27 de julio de 2025, ha cerrado una era de devastación nacional iniciada en 1999, larga etapa que podemos enmarcar en los períodos presidenciales ejercidos por el fallecido Hugo Chávez Frías (1999/2013) y su delfín Nicolás Maduro Moros (2013...). De aquí en adelante, o cambiamos o empeoramos: no hay opción Intermedia, la pudrición nos asfixia a nivel de nariz, ojos y orejas, sufrimos un sistema pestilente de poder perverso, pendenciero y ampuloso.
La devastación comenzó siendo moral, ladrona de los recursos públicos y abusadora del poder, sin sentido ético en el ejercicio de la función pública, con un alto ritmo depredador impulsado directamente por personajes -ya fallecidos- como Hugo Chávez Frías, Luis Miguilena, José Vicente Rangel y Guillermo García Ponce, quienes en conjunto y por separado coincidieron en el propósito de controlarlo todo y comprarlo todo, enriqueciendo y formando como delincuentes activos a sus respectivos entornos familiares, políticos e institucionales. Jamás se fraguaron en Venezuela, riquezas sucias de esa magnitud y diversidad de espacios en tan poco tiempo: algún día, será investigado sistemáticamente, de acuerdo a la Constitución y las leyes, según lo establecido en el artículo 271 constitucional, como acaba de ocurrir en Chile con la podrida herencia del sanguinario, torturador, asesino y ladrón dictador Augusto Pinochet y sus hijos, a quienes el Estado les reclama la devolucion de US$16.000.000,00, una bagatela para lo que se han robado estos robolucionarios aquí, en la patria del Libertador Simón Bolívar.
Nunca habíamos sufrido un proceso depredador tan profundo y extendido en la sociedad venezolana. Los Monagas y Gómez fueron superados, históricamente hablando: una sobria comparación basta para concluir lo aventajados que han sido los robolucionarios de hoy, frente a aquellos endemoniados guerreros y codiciosos autócratas de los siglos XIX y XX. Otra diferencia es que aquellos ganaron innumerables batallas, y éstos cabalgaron sobre fracasos históricos sorteados a punta de timo y exhuberantes traiciones al pueblo venezolano que los votó mayoritariamente en 1999.
Son más ladrones que aquellos, tanto en modos delictivos como en cuantía de los sucesivos saqueos durante estos 26 años de dominio continuo del PSUV (MVR), cuyos principales dirigentes han sabido domesticar y corromper a buena parte de sus 'aliados' del 'Polo Patriótico' (PP, 1999) y del 'Gran Polo Patriotico' (GPP, 2012), que son dos experiencias totalmente distintas: el de hoy, es un escenario de sometimiento absoluto y corrupción, sin vigor ético ni compromiso real con el pueblo y los trabajadores activos, jubilados y pensionados; mientras que el PP fue una alianza histórica traicionada por Chávez, quien la desarticuló progresivamente desde diciembre de 1998, para reinar autocráticamente, sin control político ni sometimiento a las pautas constitucionales y legales. Chávez motorizó el desmadre moral, ético, político y constitucional que sufrimos hoy, bajo el control absoluto de Nicolás Maduro, Cilia Flores, Delcy Rodríguez, Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López, y sus respectivos entornos pudrimillonarios. Eso se respira en Miraflores como nunca antes, y en cada uno de los espacios dominados por las mafias civiles y militares, políticas y económicas que pastan sobre un territorio plagado de pobreza, traición e indignidad. Este embasuramiento moral extinguió el Sistema de Contraloria Nacional, corrompió al Sistema de Justicia y al mundo politiquero hasta convertir la Constitución en trapo de utilería para los poderes Legislativo, Judicial, Ciudadano y Electoral, vasta vergüenza histórica bajo control del corrompido y represivo Poder Ejecutivo, nominalmente en manos de Maduro.
Paralelamente, la corrupta 'partidocracia' que derrapó entre los años 1973 y 1998, se vino a menos entre conspiraciones fallidas y codiciosas 'mordidas' para disfrute personal, familiar y grupal, con sus respectivos entornos de testaferros, algunos de los cuales migraron a seguir robando a manos llenas con los robolucionarios del Movimiento V República (MVR), comenzando por Tibias Carrero Nácar y Pedro Torres Ciliberto, expertos corruptos de AD, casados desde 1998 con Luis Miquilena y José Vicente Rangel, quien -por cierto- dirigió en la era madurista la compra burda de 'opositores' prominentes del pasado corrupto como Bernabé Gutiérrez y Manuel Rosales.
Esa endiablada dinámica fue pudriéndolo todo. El mundo de los 'comacates' de 1992 no escapó a las tentaciones y derivas miserables del enriquecimiebto a manos llenas: salvo respetables excepciones, casi todos son hoy (o han sido, los que fallecieron) pudrimillonarios asquerosos, con caudales dinerarios, propiedades y negocios mamparas que dan para una saga cinematográfica de al menos «100 pillos de uniforme», activos y retirados.
Así de podrido es el país que sufrimos, hoy. No es con más de lo mismo que lo vamos a reorientar y reconstruir. La tarea es titánica; y no, para cobardes y codiciosos; tampoco, para incapaces medradores; y menos, para jalabolas de oficio y otros sinvergüenzas aprovechadores.
La desgracia que nos ha tocado vivir en el primer cuarto del siglo XXI, no puede continuar por este estadio de apartheid político impuesto. El 28 de julio de 2025, comienza el camino de la liberación moral de la Patria, precisamente a un año del gigantesco fraude electoral presidencial del 28 de julio de 2024, solo comparable con el fraude electoral constituyente del 30 de noviembre de 1952, ejecutado con idéntica frialdad por el entonces coronel (Ej) Marcos Pérez Jiménez y sus acólitos, quienes cinco años y dos meses después fueron expulsados del poder, el 23 de enero de 1958.
manuelisidro21@gmail.com
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