martes, 22 de julio de 2025

Médicos venezolanos plantean con urgencia investigar los cinco casos conocidos de muertes (4) y daños cerebrales severos (1) de niños venezolanos anestesiados en Chile


Médicos venezolanos plantean con urgencia una investigación de alto nivel médico-científico sobre los cinco casos conocidos de fallecimientos (4) y daños cerebrales severos (1) de niños venezolanos sometidos a anestesia general para intervenciones quirúrgicas en Chile, entre 2021 y 2025.


Luego de ser del conocimiento público a través de medios de comunicación chilenos y extranjeros por lo relevante del luctuoso fenómeno que enluta a cuatro migrantes familias venezolanas y afecta a otra, el doctor Ángel Enrique Martínez Henríquez, radicado en Puerto Rico, formuló un planteamiento crítico por redes sociales, por cuya importancia transcribimos a continuación:

Carta abierta a mis colegas médicos

Queridos compañeros de promoción, colegas y amigos:

Me dirijo a ustedes no solo como médico venezolano formado en la promoción 1988 junto a muchos de ustedes, sino también como ser humano conmovido, y como profesional comprometido con la ciencia, la ética y la verdad médica.

En días recientes, circuló entre nuestras redes una carta oficial emitida por la Sociedad de Anestesiología de Chile (SACH), en la cual se reportan cinco casos de niños venezolanos migrantes que, tras ser sometidos a procedimientos quirúrgicos electivos bajo anestesia general con sevofluorano, sufrieron daño neurológico severo, con desenlace fatal en cuatro de ellos.

La carta propone como hipótesis explicativa la existencia de una mutación mitocondrial heredada por vía materna, la cual —según ese documento— habría generado una reacción adversa grave ante el uso del sevofluorano. Además, el texto cita un supuesto “estudio realizado en España” en el que se habrían documentado “seis casos clínicos similares”, reforzando así la sospecha de una causa genética.

Como médico venezolano y como miembro de esta comunidad profesional que compartió aula, pasillos, guardias y compromisos con la salud pública desde hace casi cuatro décadas, me siento obligado —desde la responsabilidad y con el mayor respeto— a compartir algunas reflexiones científicas, clínicas y éticas sobre este caso.

1. Una afirmación genética basada en un solo caso confirmado

De los cinco niños reportados, solo uno fue sometido a estudio genético. Fue en ese único caso donde se identificó una mutación mitocondrial. Los otros cuatro pacientes no fueron confirmados ni descartados genéticamente, lo que deja un vacío de evidencia preocupante si lo que se pretende es asociar causalidad entre un genotipo y un desenlace clínico grave.

A la fecha, no se ha publicado un estudio de caso-control en una revista científica que respalde esta hipótesis genética como causa principal. Presentar una mutación no replicada como explicación unificadora de una tragedia múltiple, sin investigación genética completa ni análisis estadístico comparativo, viola los principios básicos del razonamiento clínico y científico.

2. La referencia al “estudio español” no ha sido verificada

La carta de la SACH cita un supuesto “estudio europeo” con seis casos clínicos similares. Tras una revisión exhaustiva en bases de datos médicas (PubMed, Scielo, Google Scholar), no se ha localizado ninguna publicación que documente seis niños venezolanos, migrantes, con esa misma mutación y con desenlace post-anestésico fatal.

Sí existe un artículo publicado por Bellusci et al., en Genes (2021), en el que se recopilan 2.761 pacientes con mutaciones mitocondriales en España. Sin embargo, este estudio no reporta asociación directa con sevofluorano, no se enfoca en pacientes venezolanos migrantes, ni menciona un patrón clínico comparable al informado por la sociedad chilena.

Esta falta de evidencia pone en entredicho el uso del citado estudio como soporte válido para sostener una hipótesis de predisposición genética masiva en niños venezolanos.

3. Un patrón que ocurre exclusivamente en Chile

Una pregunta ineludible: ¿Por qué estos casos se han presentado únicamente en Chile? Si esta mutación representa un riesgo clínico concreto para niños venezolanos migrantes, ¿por qué no hay reportes similares en Venezuela, Colombia, Perú, Argentina, Estados Unidos o Brasil, países donde también se atienden y operan niños de esa misma procedencia, bajo protocolos anestésicos similares?

El hecho de que los cinco casos hayan ocurrido en un mismo país, bajo un mismo sistema, con la misma sustancia, debe hacer que volvamos la mirada no solo al ADN del paciente, sino también a la posible responsabilidad del entorno clínico y farmacológico.

Históricamente, el sevofluorano ha estado involucrado en alertas sanitarias por lotes adulterados, mal almacenados o contaminados. En 2015 y 2017, la propia Agencia Nacional de Medicamentos de Chile (ISP) emitió comunicaciones sobre irregularidades en la distribución de anestésicos inhalatorios. ¿Se ha descartado esa posibilidad en estos casos?

Antes de asumir una causa endógena, debemos descartar con rigor toda posible causa exógena: calidad del fármaco, técnica anestésica, equipos, condiciones del quirófano, monitoreo intraoperatorio.

4. El peso del contexto migratorio y el sesgo estructural

Todos los niños involucrados eran migrantes venezolanos. Este dato no puede pasarse por alto. En un país donde, lamentablemente, se han registrado episodios de discriminación y trato desigual hacia la población migrante, es lícito y necesario preguntarse:
¿Tuvieron estas familias el mismo acceso a estudios preoperatorios adecuados que otros niños?
¿Recibieron información completa sobre los riesgos anestésicos? 
¿Fueron evaluados en instituciones con todos los recursos humanos y técnicos necesarios?
No se trata de acusar, sino de poner el foco también en el sistema receptor, porque la migración no solo implica desplazamiento físico, sino también exposición a desigualdades en salud .Los niños migrantes no pueden ser tratados como “pacientes atípicos” o “genéticamente sospechosos”. Son pacientes con derechos clínicos y humanos plenos
5. Responsabilidad médica: proteger la vida, pero también la verdad

Como médicos, nuestro deber no se limita a salvar vidas. También debemos defender la verdad científica, exigir transparencia y proteger a los más vulnerables de simplificaciones peligrosas.

El riesgo aquí no es solo clínico. También es narrativo: si la explicación oficial apunta al ADN de los pacientes, y no al entorno en que fueron atendidos, corremos el riesgo de naturalizar la muerte de estos niños como un destino inevitable, y de cerrar una investigación que apenas comienza.

No podemos permitir que la culpa se archive dentro del genoma, mientras se ignora lo que ocurrió afuera: en el quirófano, en el suministro farmacológico, en la cadena de decisiones clínicas.

6. Una última reflexión: la ética comienza en la duda

Antes de hablar de una mutación genética venezolana nunca antes descrita, debemos revisar qué se administró, cómo se administró y en qué condiciones.

La ciencia no debe usarse para exculpar sistemas, ni para culpar al ADN de los más vulnerables.

La medicina comienza por escuchar, investigar y reparar.”

Quiero agradecer a todos los compañeros que han discutido este tema con madurez y sentido ético, como Gustavo, Claret, Carlos,María Bertha , Adele, Tano, José y tantos otros que anoche, en reflexión espontánea, aportaron conocimientos análisis y respeto.

Hoy no les escribo desde la nostalgia. Les escribo desde la urgencia. Desde la necesidad de no quedarnos callados ante una explicación incompleta. Y desde la convicción de que, incluso cuando no hay certezas, la duda bien planteada es también una forma de cuidar.

Gracias por leerme. Gracias por escucharme.

Con respeto y compromiso profesional,

Dr. Ángel Enrique Martínez Henríquez

Puerto Rico, julio de 2025.



Se espera respuesta de la Federación Médica Venezolana

En la comunidad médica venezolana, las reacciones han sido inmediatas, aunque no se ha pronunciado la Federación Médica de Venezuela (FMV). Médicos especialistas de larga trayectoria y docentes universitarios ya se están ocupando de este luctuoso fenómeno que comienza a ser evaluado por el Ministerio de Salud y la Sociedad de Anestesiología de Chile. 

Por razones obvias, transcribimos dos comentarios de calificados galenos en Caracas, reservándonos por ahora sus nombres, dada la importancia de los hechos: 

1. «El análisis que hace el remitente, de las posibles causales de esas muertes es correctísimo. Una mutación genética se propaga a través de la descendencia. Es dificilísimo que todos los 5 niños tuviesen la alteración genética que supone lo sustentado por la Sociedad de Anestesiologia de Chile; y que además, fuese la causa de la muerte y el daño neurológico de estos niños. La comunicación de nuestro colega reporta, que sólo uno de dichos niños era portador de la mutación "culpable".»

2. «Es posible que algunos cambios genéticos provoquen reacciones graves ante cualquier medicamento. Un buen ejemplo es la deficiencia de glucosa 6 fosfato, que cuando a sus portadores sanos le administran sulfas les da anemia hemolítica severa. No cuadra que la anestesia usada en 5 niños venezolanos haya producido estos efectos, cuando son problemas genéticos muy, pero muy raros. Por lógica, debe ser problema de los medicamentos usados.»

Los profesionales de la medicina consideran conveniente que los referidos cinco casos ocurridos en Chile, sean evaluados científicamente por un equipo de especialistas de la Organizacion Panamericana de la Salud (OPS).


Algunas publicaciones informativas:

Ministerio de Salud de Chile hará auditoría clínica por muertes de 4 niños venezolanos sometidos a anestesia 

Investigan la muerte de 4 niños venezolanos bajo anestesia general en Chile

Sociedad de Anestesiología de Chile alerta por muertes de 4 niños venezolanos tras cirugías bajo anestesia general / Un quinto paciente pediátrico sufrió severos daños cerebrales

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