domingo, 22 de agosto de 2021

OÍDO AL TAMBOR / Los cómplices de la destrucción nacional



 En 1966, el Comité Central del Partido Comunista de Venezuela (PCV), desde la clandestinidad, reconoció el fracaso de la "lucha armada" contra los gobiernos de Betancourt y Leoni: surgió la política de "Paz Democrática".

Sus dirigente tuvieron la valentía de rectificar.


Luego del estruendoso fracaso subversivo desplegado desde 2014 (Ledezma, Machado, López, "Guarimba 2014"), pasando por la "Guarimba ll" (2017) y la "autojuramentación" de Guaido con titiriteo del uribismo colombiano y EEUU, ahora la derrota no la quiere asumir nadie: bloqueo criminal Trump (Biden)-Guaidó

(y cuando escribo "Guaidó" es porque ha sido el títere principal en escena, sin luces ni entidad propia); perdida absoluta de la relevancia que tuvo en 2015 la alianza opositora "MUD", hoy convertida en un archipiélago dominado por aventureros y corruptos gozones; una mayoría social inconforme sin liderazgo real ni proyecto político que la convoque; y un país  destrozado en manos de una minoría burocrática codiciosa y voraz, que ha traicionado a sus propios seguidores, bajo el dominio de una caterva de civiles y militares pudrimillonarios que han saqueado a la nación y descapitalizado a nuestra economía, junto con factores dizque "de oposición" que han puesto también su codicia, irresponsabilidad histórica y el abandono de los intereses nacionales, al servicio de sus bolsillos.


Los llamo "cómplices de la destrucción nacional". ¿Han escuchado alguna disculpa, por haber generado en conjunto este desastre de vida que sufrimos, que incluye el éxodo de más de cinco millones de compatriotas al exterior?

Esos cómplices de la destrucción nacional deben ser desplazados de la escena pública venezolana, democráticamente; deben asumir sus responsabilidades por este desastre: el pueblo tiene la palabra, la decisión histórica de aportar y asumir un nuevo proyecto político nacional (2022-2030) para la reconstrucción de esta Patria de Libertadores, de gente buena y solidaria, trabajadora y esforzada, soñadora y luchadora. ¡Eso somos, en esencia!


Con visión estratégica, dignidad y transparencia, podemos fraguar esa nueva visión de vida y desarrollo armónico, con derechos sociolaborales que apunten a la justa remuneración del talento, la responsabilidad y la productividad de trabajadoras y trabajadores; impulsando la ética social y la moral pública en este país enfermo del alma.


Esta tercera década del siglo XXI nos exige un cambio profundo de pensamientos y compromisos, con visión futurista, humanista solidaria y honesta. 


Debemos ganar sosiego en medio de tantas adversidades, para estudiar, analizar, pensar en grande y debatir con transparencia y bondad: esto que han generado los cómplices de la destrucción nacional,  no nos sirve, no le sirve a nadie, ni siquiera a quienes amasan la podrida "riqueza" que le han robado al pueblo de las arcas pública o la han obtenido de perversos procesos especulativos y delictivos victimizando a la sociedad toda.


Es tiempo de reflexión profunda y sincera, por nuestros niños y jóvenes que no solo sufren está tragedia histórica, sino que viven la perniciosa influencia del enjambre comunicacional mundial y nacional, lleno de desinformación, manipulación y espejismos para el consumismo y la dominación de los seres humanos.


No es fácil, pero es lo único útil.


Amigo, 


Manuel Isidro Molina

Caracas, cuna del Libertador Simón Bolívar, 22 de agosto de 2021.

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