Samuel Paredes, secretario general del CNP-Guayana y dirigente del partido político Alianza Bravo Pueblo (ABP). |
"Ojalá el dolor de todos
los venezolanos,
lo sintierais y más aún,
la lucha que libramos
cada día los periodistas, puedas pronunciarte
con tal vehemencia,
al igual que lo haces
para defender
a este régimen"
SAMUEL PAREDES
Manuel Isidro Molina, ex presidente del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), ex diputado al Congreso de la República. |
"El CNP no puede seguir actuando como herramienta de focos políticos violentistas, golpistas y atados
a intereses extranjeros
que no solo bloquean criminalmente
a la economía venezolana
sino que apuntan
sus cañones genocidas
contra la patria de Bolívar"
MANUEL ISIDRO MOLINA
El secretario general del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) Seccional Ciudad Guayana, colega Samuel Paredes, respondió a mi decisión de no firmar* un comunicado emitido por el la Junta Directiva Nacional del CNP junto con otras instituciones ligadas al campo de la comunicación social, la lucha por la libertad de expresión, el derecho a la información y el ejercicio profesional del periodismo, derechos y compromisos amparados y exigidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la Ley de Ejercicio del Periodismo y el Código de Ética del Periodista Venezolano.
Samuel me envió por WhatsApp su planteamiento, que me permito transcribir como contribución al debate público iniciado esta semana en Venezuela, extendido a conocimiento internacional por Internet y las redes sociales de alcance global.
Así escribió el colega Secretario General del CNP-Guayana:
Colega Manuel. Ud. es inteligente y sabes que no se puede tapar el sol con una mentira.
Yo cuando voté por Ud para presidente de nuestro gremio, el CNP NACIONAL, lo hice , por la convicción de que eras inteligente... Lo recuerdo muy claro cuando nos visitaste aquí en Guayana, Diario Correo del Caroní y Nueva Prensa de Guayana, solicitándonos el apoyo.
Hoy leyéndote en este chat cada día, siento pena ajena por tí.
Nosotros en Vzla, NO tenemos unas autoridades legalmente escogidas, además, los que se autoproclaman gobierno, no respetan nuestra Carta Magna y simplemente la utilizan a conveniencia
como a conveniencia utilizan los pensamientos
y escritos de Simón Bolívar. Y, sin embargo,
veo como hablas sesgadamente, y tratas de tapar
al sol con una mentira para apoyar esta autocracia.
Roguemos a Dios, regresar a rescatar a Vzla
y devolverle la tranquilidad, el decoro
y la corresponsabilidad a todos los Venezolanos.
Ojalá el dolor de todos los venezolanos , lo sintierais y más aún, la lucha que libramos cada día
los periodistas, puedas pronunciarte con tal vehemencia, al igual que lo haces para defender
a este régimen.
Gran Abrazo.
Samuel Paredes
Periodista
Sec. Gral. CNP Ciudad Guayana
Mi respuesta fue la siguiente:
Colega
Samuel Paredes
Secretario General
CNP Seccional Guayana.-
No te molestes, Samuel. Aprende a conocer y reconocer las diferencias.
Yo creo que esa parte del comunicado es imprudente e impropio, además de contener un desconocimiento increíble de las autoridades de Estado, que no comparto.
Yo no he irrespetado por diferencias a nadie, ni he sentido "pena ajena por ti" o por otro colega con el cual tenga desacuerdos gremiales o políticos, como es el caso actual: podemos hablar de política sin máscaras, y no en términos personales, entre tú y yo. Nada de eso, ni es mi estilo ni le interesaría a nadie.
Si la mayoría del país está en contra del gobierno del presidente Nicolás Maduro, como en efecto ocurre, es porque hay una inconformidad general sobre el estado de cosas que sufrimos en esta "tragedia histórica", calificada así por mí antes que nadie: escrito está y nadie lo puede negar, aunque sí olvidar (o soslayar interesadamente).
No menos del 80 % rechaza al gobierno, pero esa inconformidad de la cual formo parte nítidamente, no es representada por ningún factor político en particular, y menos por un individuo que un buen día se autojuramentó "presidente encargado de la República" sin tener siquiera apoyo parlamentario expreso.
Ahí comenzó un teatro costoso para el país, que aún no termina y podría desembocar en un desastre genocida en caso de una invasión extranjera que unos procuran y otros aplauden, afortunadamente ínfima minoría que para nada representa el mayoritario sentir nacional de paz y entendimiento nacional para superar la crisis, que comenzó en 2017 bajo presión violenta de la "guarimba", que provocó como respuesta el llamado presidencial
a Asamblea Nacional Constituyente.
En 2013, factores extremistas desconocieron el triunfo del presidente electo Nicolás Maduro, y decretaron fraude: once asesinatos hubo en una sola noche, después que Henrique Capriles, candidato derrotado por algo más 200.000 votos, llamara "a descargar esa arrechera". La memoria no puede ser tan frágil, y menos en un periodista o un político
en ejercicio legítimo.
No había pasado un año, y a comienzo del 2014, generaron el llamado a "La Salida" el 12 de febrero, Día de la Juventud Venezolana: se propusieron derrocar al gobierno del presidente Maduro, incendiaron al país por los cuatro costados, golpearon la economía, acabaron con las ferias regionales, obturaron las actividades normales en varios estados del país, y hubo asesinatos de todo tipo y otros crímenes por manos gubernamentales
y de activistas de esa oposición (que no es la única, por cierto... Entiende eso).
La historia es más larga, pero no la quiero hacer tediosa... Desconocieron la reelección presidencial de 2018, después de no participar en la campaña ni en la votación. Y aquí estamos: Maduro en Miraflores con su mal gobierno; una pésima "oposición" fracturada y desprestigiada (este es otro capítulo, pero no lo abordaré en estás apuradas notas de madrugada); y un bloqueo criminal y extorsivo contra la nación por parte de EEUU, que desde 2017 con Trump en la Casa Blanca, vino a agravar todos los problemas preexistentes en Venezuela. Pudiéramos llamarlos los tres factores corresponsables de la "tragedia histórica".
Evidentemente, tenemos diferentes visiones,
y eso es bueno porque efectivamente
son diametralmente opuestas.
En el campo estrictamente gremial, creo que el Colegio Nacional de Periodistas (CNP), que tuve la dicha y alta responsabilidad de presidir con el 72 % de los votos válidos emitidos, en el período 1996-1998, con unidad y respeto gremial,rectitud ética e independencia ante los factores de poder.
Lo presidí siendo Diputado de la República por el Distrito Federal, y cumplí efectiva y correctamente ambas responsabilidades, después de haber ejercido la presidencia de la Comisión Permanente de Medios de Comunicación Social de la Cámara de Diputados (1994-1996), período en el cual aprobamos la vigente Ley de ejercicio del Periodismo (1994), después de 10 años de engavetamiento. Fue un admirable esfuerzo colectivo gremial y parlamentario, de cara al país y con discusión abierta
y civilizada en todo el país.
Ambas competencias las ejercí por votación popular directa y secreta, en las elecciones parlamentarias nacionales (dos veces, 1988 y 1993) y en los comicios del CNP. Ni me autojuramenté ni me nombró "a dedo" algún conciliábulo ni menos algún gobierno extranjero. Te informo también, que jamás he ejercido cargos que no hayan sido electivos: en el Liceo Luis Razetti, presidente del Centro de Estudiantes; UCV, miembro del Claustro Universitario; Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), secretario de Organización; diputado al Congreso de la República, 1989-94 y 1994-99; y Colegio Nacional de Periodistas, presidente 1996-98. Igual fue durante mi militancia política en el Movimiento al Socialismo (MAS), al cual pertenecí hasta marzo de 1996.
Te refiero todo esto, Samuel, para que no sientas "pena" por mí, pues dignidad, honestidad y criterios independientes puedo mostrar sin jactancia y sin falsa modestia. Las cosas en su sitio, hermano.
El CNP no puede seguir actuando como herramienta de focos políticos violentistas, golpistas y atados a intereses extranjeros que no solo bloquean criminalmente a la economía venezolana sino que apuntan sus cañones genocidas contra la patria de Bolívar, que es mucho más que "chavismo" y "antichavismo", una dicotomía impuesta cuyos dos polos son minorías hoy en el sentir del pueblo venezolano. Minorías cuyos dirigentes probos deben regresar a la sensatez y la responsabilidad ante la nación y nuestro maltratado y traicionado pueblo. Partes de los dirigentes de esos dos bandos, podridos cómo están por inmorales y codiciosos, simplemente no tienen remedio.
Tú que me conoces -como mucha gente en el país y en nuestro gremio-, sabes muy bien de mi confrontación con el mal gobierno
y la mala oposición.
Qué lo reconozcas o no, es tú problema: a quién quieres impresionar con esa
manipulación mendaz?
Tampoco es secreto mi defensa de la paz en Venezuela y el mundo, por lo que me he opuesto simultáneamente a la violencia represiva del Estado, y a la violencia golpista del extremismo opositor, que desde el 11 de abril de 2002 no para en sus intentos de derrocar gobiernos, objetivo en el cual no pudieron coronar con el presidente Hugo Chávez, ni lo han podido lograr con el presidente Nicolás Maduro. De ahí, seguramente, sus evidentes grados de frustración política y hasta humana, por demás comprensibles. Está constatación universal no habla a favor del gobierno, sino de la búsqueda de un camino distinto al que esos tres factores corresponsables de nuestra "tragedia histórica" le han impuesto a Venezuela.
No cerraría el círculo sin esta reafirmación:
soy un patriota venezolano y latinoamericano, lo he sido y seguiré siéndolo hasta el fin de mis días. Por eso, y no por oportunismo barato, me opongo estoicamente a la política intervencionista de Estados Unidos y del uribismo colombiano en Venezuela, cuyos gobiernos tan descaradamente financian, coordinan y monitorean a un "presidente encargado" prefabricado por ellos y sin asiento real en Venezuela.
Menos callaré ante la propaganda de guerra que promueven algunos factores minoritarios en procura de una invasión militar extranjera, que ni en tiempos de pandemia Covid-19 dejan de manosear
y soñar morbosamente.
Ya lo he escrito brevemente, y lo desarrollaré en días próximos: el delito de traición a la patria existe en la legislación venezolana, y nadie puede desconocerlo ni aspirar impunidad, antes, durante o después de ese escenario bélico para el cual trabajan arduamente militares retirados y desertores de la Fuerza armada Nacional Bolivariana (FANB) y civiles acoplados a las maquinarias e intereses de potencias extranjeras, principalmente Colombia y Estados Unidos
de América.
Eso no es defender ningún "régimen". Esa muletilla no me intimida ni encaja en mi personalidad ni en mi trayectoria pública como ciudadano, político y periodista profesional. Ese no es flanco débil,
en mi caso.
Mejor es que te atrevas a discutir ideas y no a lanzar dicterios, que no educan ni son interesantes.
Sí estoy de acuerdo contigo en "rescatar a Venezuela y devolverle la tranquilidad, el decoro y la corresponsabilidad a todos los venezolanos". He participado de la idea de impulsar el "rescate moral de la República". También está escrito. Pero ese objetivo exige superar la inútil diatriba "chavismo-antichavismo", sus miserias y vagabunderias, a las cuales me he enfrentado abierta y valientemente
-disculpa la inmodestia aparente- como ciudadano, político y periodista en ejercicio profesional, no atado a mecanismos de palangre o financiamientos oscuros, otro tema que el CNP ni ve ni oye.
En fin, Samuel, recibe mi afecto y consideración. Sigamos polemizando cordialmente.
Me permito, por tu intermedio, saludar afectivamente a l@s colegas de Guayana, del estado Bolívar y de toda nuestra patria, incluyendo con especial cariño a quienes se encuentran en el exterior por voluntad propia o por dificultades que han decidido superar en otros países.
Amigo,
Manuel Isidro Molina
Ex presidente del Colegio Nacional de Periodistas
Caracas, 12 de abril de 2020
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