domingo, 12 de abril de 2020

Política, Democracia y Liderazgo / El Fenómeno Mandela


AUTORES: 
Omar Alexis Rodriguez
y Migdaly Aguilera de Rodriguez 
PRÓLOGO: 
Luis Ugalde, S.J.
EDITOR:
Iván Márquez Negretti


PRÓLOGO.- El fenómeno Mandela 

Omar Alexis Rodríguez y Migdaly Aguilera de Rodríguez nos ofrecen un libro muy singular y útil para la formación de líderes democráticos. 

Dr. Luis Ugalde, S. J., ex rector de la Universidad
Católica Andrés Bello, Caracas.


Política, Democracia 
y Liderazgo, 
El Fenómeno Mandela 
no es un libro teórico con mucha erudición y notas al pie de página que queda encerrado en un mundo academicista. Tampoco es una biografía de Nelson Mandela, sino que nos presenta la vida de este excepcional líder político contemporáneo a la luz de criterios claves de liderazgo. Al mismo tiempo las cualidades del liderazgo exitoso son ilustradas con rasgos biográficos y hechos políticos fundamentales del líder que logró en Sudáfrica superar un monstruoso apartheid que discriminaba a la muy mayoritaria población negra de tres por cada blanco. 

Este libro, con los mismos capítulos y análisis de liderazgo democrático, resultaría aburrido y abstracto si no vinieran encarnados en un líder concreto y su exitosa lucha de más de medio siglo para la superación del apartheid. El lector apreciará en este libro la sólida formación de los autores y su experiencia concreta en cursos de formación de líderes; de ahí su claridad y orientación pedagógica. 

Es de todos conocida la gran necesidad de liderazgo democrático que tenemos en Venezuela. No sólo de una persona sino de numerosos liderazgos con ejemplos positivos que se contagian. Liderazgos que se diferencian de los caudillos mesiánicos y con una solidez espiritual y valores contra todo soborno y corrupción que ha convertido la riqueza nacional en miseria. 

Tiene que nacer una nueva escuela política que con coherencia y ejemplo se multiplica en otros líderes y seguidores. Hay que nacer de nuevo para la formidable tarea de reconstrucción con reconciliación democrática y una nueva tarea productiva en todas las áreas: económicas, políticas, sociales y culturales. 

Superar la dictadura y el caudillismo tan arraigados es renacer con nueva conciencia ciudadana, recreando instituciones, con el reverdecer de una nueva primavera espiritual-política. Hay que aprender de las consecuencias funestas de la ilusión “revolucionaria” con falso liderazgo que ha destrozado al país y nos ha llevado a ser mendigos del mundo. 

Superar la pobreza, la dictadura delincuencial, la corrupción y la intolerancia, requiere un liderazgo excepcional de gran calidad espiritual y verdadero sentido y talento productivo de las nuevas realidades. Liderazgo al estilo de Mandela. 

Agradezco a Omar Alexis Rodríguez, a Migdaly Aguilera y al editor Iván Márquez Negretti quienes con esta publicación nos ofrecen un valioso instrumento de trabajo y formación. 

Luis Ugalde, S.J.
Caracas, enero de 2020



INTRODUCCION.-

 En la película Lucy, el actor Morgan Freeman, ante la pregunta de Lucy de qué hacer con lo aprendido, 
él le responde 
lo siguiente: 

“El propósito de la vida es pasar lo que se aprende, el conocimiento, al igual que cualquier célula básica que se divide y transfiere la información que posee. No hay ningún propósito más alto que pasar conocimiento”. 

Este diálogo muestra una excelente razón para compartir lo que aprendimos de Nelson Mandela. Los autores han tenido, en el transcurso de sus vidas, la gracia y bendición de la Providencia de trabajar con líderes políticos, gremiales, académicos y empresariales; así como, en algunos momentos, liderar. Después de más de veinte años de impartir conferencias, facilitar talleres, asistir a foros y conferencias e investigar sobre el tema del liderazgo, los autores deciden juntar las ideas, enseñanzas, experiencias e información relevante usada en todos estos años de trabajo. 

Esta tarea de crecimiento personal y autodescubrimiento llevada durante años implicó la revisión, el análisis y cuestionamiento de lo leído, facilitado, observado y escuchado. Cada preparación de un curso o conferencia sobre gerencia y liderazgo, además de ser una experiencia de aprendizaje, dejaban interrogantes que esperaban ser respondidas. La pregunta recurrente era:

¿Es posible conseguir un ser humano que reúna estas cualidades que estudiosos del liderazgo señalan debe poseer un líder? 

Adicional a esta surge otra interrogante:

 ¿Es posible aprender a liderar? Si la respuesta a esta cuestión es afirmativa entonces, ¿Quiénes pueden servir de modelos a seguir para el aprendizaje del liderazgo? 

Otra interrogante es: 

¿Se puede identificar quién es líder y quién no lo es? 

Con ese esquema en mente se diseño el plan de trabajo. Por otro lado, es evidente que el mundo siempre estará ungido de líderes que inspiren y motiven a las personas a superar obstáculos y a conquistar lo imposible. Lo harán mostrando el camino, con una visión retadora y persuasión para alinear a las personas alrededor de la visión. 

Los retos y desafíos que tiene la sociedad exigen la construcción permanente de líderes, con amplia visión, con conocimientos acerca de cómo dirigir a la sociedad por un sendero de respuestas concretas a los problemas, a través de consensos de gobernabilidad. Estos consensos deben garantizar, en el largo plazo, la estabilidad necesaria para el desarrollo sostenible en libertad y democracia. Así mismo, para dominar la tarea de liderar es necesario someterse al proceso de preparación que exige cualquier tarea. 

Hay quienes se atreven a asumir el rol de dirigir sin tener la preparación para hacerlo. Pero, si a esto se le añade la carencia de madurez, un déficit de carácter y el mantenimiento de una actitud incorrecta, se obtendrá un resultado inútil en términos del ejercicio del liderazgo. Formarse para mandar, dirigir y liderar no es tarea fácil ni gratuita, sino exigencia ineludible. Es necesario saber que pretender llegar a ello, sin contar con los mecanismos necesarios de integración, a partir, sobre todo de una formación exigente y rigurosa, constituye un deseo estéril. 

En efecto, al igual que cualquier actividad humana, las personas que deseen ejercer el liderazgo en forma eficaz necesitan pasar por un proceso de formación y desarrollo. El liderazgo se aprende como se aprende otras artes. Para ello, basta empeñarse y contar con voluntad. En consecuencia, el primer deber de un futuro líder es aceptar el peso de la formación inicial y permanente de acuerdo con sus intereses en este campo. 

La dirigencia emergente está llamada a ejercer un liderazgo transformador, capaz de movilizar voluntades, recursos y acciones en función de propósitos comunes y compartidos, más si su ideario apunta hacia la reconciliación y la resolución pacífica de conflictos. En tal sentido, para mejorar las habilidades de liderazgo, es bueno y tiene sentido observar y estudiar aquellos que pueden funcionar como modelo y tomar todo aquello que se pueda aprender de ellos. 

Cuando se trata de escoger a alguien que pueda servir de modelo, aparece la figura de Nelson Mandela. Mandela sin que fuese un ser humano perfecto, demuestra un conjunto de cualidades, virtudes y destrezas de líder que no es usual una sola persona muestre. Su ejemplo nos brinda algo a lo que vale la pena aferrarnos: un conjunto de valores y principios que pueden servir de guía en momentos difíciles. 

La vida de Nelson Mandela es un modelo, no sólo para nuestro tiempo, sino para todas las épocas. Mandela es un modelo para líderes juveniles, empresariales, políticos, militares, religiosos, comunitarios y para todo aquel que asuma el ejercicio del liderazgo. 

Nelson Mandela es uno de los líderes más influyentes del siglo XX. Es conocido por haber ganado el premio Nobel de la Paz en 1993. La realidad es que mucha gente lo conoce por ser el primer presidente negro elegido democráticamente en su país, otros por su entrega a la lucha contra el apartheid, por la igualdad, el derecho que tienen todos los seres humanos, sin importar el color de su piel, de ser respetados y considerados como personas. Globalmente, Nelson Mandela es el hombre más celebrado, el más aclamado, y admirado. 

Mandela es uno de los pocos hombres de Estado que ha logrado el respeto y la consideración universal. Una vez en el poder emerge como el líder mundial más grande. Es un idealista, pragmático, poseedor de una extraordinaria fuerza moral, consciente de su propia trascendencia y desde el poder afianzó su condición de líder. 

Nelson Mandela es admirado en Sudáfrica y alrededor del mundo por su heroica adherencia a sus principios y su extraordinaria decisión de abrazar y perdonar a sus antiguos opresores. De igual manera, él logra la democracia y la reconciliación en su país, norte de su vida. 

Mandela es el emblema de la emocionante victoria de la justicia sobre la brutalidad; de la esperanza sobre la resignación; de la vida sobre la sumisión; del perdón sobre la venganza; de la razón frente a la ignominia y el oscurantismo.

Mandela es fuente de inspiración para millones de seres humanos alrededor del mundo. Lo que más importa en la figura de Mandela es que dio al mundo un ejemplo de auténtico liderazgo, demostrando el potencial y la capacidad hasta donde es capaz de llegar el espíritu humano. 

En el 2009, la Organización de Naciones Unidas (ONU) proclamó el 18 de julio, día del nacimiento de Nelson Mandela, “El día de Mandela” y llamó a la gente a donar 67 minutos de su tiempo a hacer algo en beneficio de otros, esto con el fin de conmemorar, para esa fecha, los 67 años en la lucha contra el apartheid, un sistema racial injusto impuesto por una minoría blanca, que dividía la sociedad según el color de la piel, donde los negros eran considerados los de menor categoría, y se les privaba del ejercicio pleno de la ciudadanía. 

Inicialmente la lucha de Mandela estuvo influenciada por las enseñanzas de Mahatma Gandhi. Él estaba comprometido con la resistencia no violenta, hasta que la violencia y brutalidad del régimen lo obliga a considerar otras formas de lucha. Acusado de terrorista y traidor a la patria fue juzgado y encarcelado. 

Mandela pasa 27 años en cautiverio. Durante ese periodo su reputación como luchador se acrecentó. La solidaridad internacional y las presiones internas como externas obligan al gobierno a liberarlo, con la creencia que siendo una persona mayor y teniendo una realidad desconocida, haría de Mandela una figura más. Después de su liberación, Mandela se concentra en conseguir la libertad y paz al pueblo Sudafricano. 

En libertad, Nelson Mandela se presenta como una figura capaz de conmoverse, de cambiar y superar cualquier diferencia en favor de los grandes intereses de su país y su gente. Mandela desarrolla un discurso motivador, para blancos y negros, para que todos, como un solo bloque, enfrenten la formidable tarea de acabar con el apartheid y construir una democracia no racial, con oportunidades de desarrollo para todos. 

Todos los luchadores por la paz, la tolerancia, el diálogo, el entendimiento entre las personas, el progreso y bienestar de la gente, enarbolan la bandera y figura de Nelson Mandela. En tal sentido, es importante resaltar que Nelson Mandela deja bien documentada su vida, su experiencia y enseñanzas. 

Así mismo, las opiniones y anécdotas de sus compañeros de lucha, colegas, admiradores y adversarios contribuyen a ampliar el conocimiento sobre su persona y forma de liderar. Todo esto permite no sólo conocerlo sino aprender de sus enseñanzas. 

Nelson Mandela aporta grandes beneficios a la humanidad. Ellos están contenidos en sus escritos, sus discursos, sus narraciones, sus enseñanzas; en términos épicos, una extraordinaria obra literaria. En ella se observa su inteligencia, su sabiduría, su valor, su hidalguía, su heroísmo, y sus imperfecciones, cualidades que lo convierten en un símbolo, un apóstol, un líder, un ejemplo a seguir. 

Entre otros aspectos, lo que hace a Nelson Mandela un ser humano importante es que ejecutó y mostró eficazmente muchas de las cualidades que enseñan los libros dedicados al tema del liderazgo. Es este conocimiento acerca de su persona, la demostración de cualidades y virtudes lo que lo convierten en un gran líder. Mandela exhibe naturalmente todos los tipos de cualidades del liderazgo y las cuales le permiten ser reconocido como un líder que trasciende su tiempo. 

Este documento, a medida que se profundiza en el conocimiento sobre Mandela y su obra, su figura se agiganta y lo que lo distingue es su grandeza de ánimo, su amor al prójimo, su bondad de espíritu. Estos elementos se desea sean emulados por todos aquellos que compartan esta obra. 

Nelson Mandela es un hombre de nuestro tiempo, un ser humano común y corriente que llevado por las circunstancias y su vocación de servicio, hizo cosas extraordinarias, que sirven de ejemplo para el resto de la humanidad. 

Mandela es un líder real, llena las teorías acerca del liderazgo y se ajusta a las cualidades y habilidades que un líder debe poseer. Sus enseñanzas y su liderazgo son patrimonio universal. Por ello nos atrevemos a compartir con los lectores de esta obra sus lecciones de liderazgo. Ellas son relevantes y pueden ser empleadas en cualquier nivel de desempeño. 

La realización de este libro es inspirada en la contribución a generar individuos positivos que lleven sus roles en la vida con satisfacción, que se empeñen en ser cada día mejores padres, amigos, jefes, subalternos, parejas, ciudadanos, simplemente mejores seres humanos. Es también pretensión de los autores ayudar a desarrollar cualidades para el ejercicio del liderazgo e incidir positivamente en la creación de ciudadanía. El propósito principal de este trabajo es estudiar y comprobar que Mandela reúne exigencias y atributos, que según los estudiosos del liderazgo, un líder debe practicar. 

El texto esta diseñado en capítulos. Este capítulo introductorio explica la razón de escoger a Nelson Mandela como modelo de líder a estudiar. Seguidamente, está un capítulo concerniente al liderazgo y lo que algunos estudiosos del liderazgo consideran sobre las cualidades que un líder debe mostrar. Se concluye que liderar es un proceso de conversión permanente, un proceso humano de aciertos y fracasos, de ensayo y error, intuición y percepción, meditación y aprendizaje. Esto es en suma un esfuerzo cotidiano por ser mejor ser humano. 

Los autores consultados y la propia constatación de la vida de líderes como Nelson Mandela, Mahatma Gandhi y Martin Luther King Jr., permiten concluir que el liderazgo es algo noble, es mostrar el camino a una meta superior, positiva; es la disposición a cualquier sacrificio para alcanzar el propósito que promueve; es el respeto y consideración al prójimo; es la definición, custodia y procura de los objetivos comunes del grupo; es enfrentar la adversidad con optimismo; es mostrar entrega y entusiasmo por la misión; es guiar y conducir a otros a alcanzar metas fecundas; es animar y facultar a otros a lograr objetivos nobles; es mostrar sensibilidad por las necesidades del grupo; es educar con el ejemplo; es tener seguidores y hacer líderes; es hacer bien el bien e influir positivamente en los demás hacer lo mismo. Esa persona es referente conductual para el hombre de recta condición. 

De la conclusión a la cual llegan los autores de esta obra, se desprende la necesidad de establecer la diferencia entre quien es líder y quien sin serlo se le denomina como tal. En este sentido, se tiende a confundir a un cabecilla o un caudillo con el líder. Esta confusión conlleva a la población, en momentos de crisis, a elegir y aceptar gobiernos de estilo autoritario y militar, lo que afecta el proceso de desarrollo de la democracia. En el texto se deja claro que el caudillo actúa como “guía”, posee una ambición y no una visión. Los caudillos están motivados por sus propios intereses, sólo le preocupa el prójimo como una figura del cual se puede aprovechar. Su interés no es hacer el bien sino hacer el mal hasta las consecuencias más extremas. Ellos suelen hablar en nombre del pueblo y actuar a espalda de él. Se destaca que los mal llamados líderes son, generalmente, personas de armas, carismáticos, con fuerte ascendencia y popularidad en la población, empeñados en acumular en torno a ellos todo el poder. 

En el documento se advierte el cuidado que se debe tener de confundir caudillo con líder. Los pueblos deben cuidarse de los salvadores y predestinados sin importar lo bien que hablen o carismáticos que sean. Las personas deben resistirse al embrujo de los caudillos porque son peligrosos y dañinos con el poder y el abuso que hacen de él. 

Además, en vista que el documento trata acerca de un líder político como Nelson Mandela se consideró propicio hablar de política, liderazgo político y democracia, elementos fundamentales en la lucha de Mandela. Algo que los autores hacen desde la perspectiva de la experiencia de vida y la concepción sobre esos elementos. En consecuencia, se incluye un capítulo sobre la política, qué es, por qué y para qué sirve. Además, se incluyen reflexiones sobre la anti política y como se degrada la acción política. Estos elementos como debilitadores de la democracia. 

La lucha por la democracia fue un elemento fundamental de vida para Nelson Mandela, sistema de gobierno por el que fue capaz de exponer su vida para alcanzarla en su país. Por lo tanto, se incluye un capítulo referido al tema. Se resalta la importancia del esfuerzo por conquistar la democracia y luego el continuo desafío por mantenerla y desarrollarla. En este contexto se continúa con un capítulo que indica lo que debe caracterizar a un líder político. 

Vivir en libertad y en democracia implica aprender a ser demócrata y libre. Nuestros pueblos aún no culminan de aprender a vivir en libertad y democracia, este déficit de aprendizaje es debido a la carencia de líderes políticos comprometidos con esos principios y la incomprensión de su rol. Su importancia radica en el compromiso que debe tener el líder político en encaminar a la humanidad hacia la conquista del bien común. Se señala que un conductor político auténtico es aquel capaz de concebir el bien y ejecutarlo, para bienestar de todos. Así mismo, se concluye que un líder político por definición es un demócrata. 

Para ubicar al lector en el contexto y significado de la lucha de Nelson Mandela y los sudafricanos, se incluye un capítulo descriptivo del régimen del apartheid, desde su inicio hasta su eliminación. Su lectura suministra una idea clara de lo indigno del régimen, que junto al nazismo y estalinismo, conforman un crimen contra la humanidad.



Barack Obama afirma que importa conocer a Nelson Mandela, aun habiéndose convertido en una leyenda. Al respecto, se incluye un capítulo referido a su vida. Saber quién era, su origen, su infancia, su educación, sus sueños, sus convicciones y su lucha, contribuye no sólo a respetarlo, sino a admirarlo y aprender de cómo actuar parecido a Nelson Mandela. 

Finalmente, se concluye el texto con el capítulo referido a las lecciones de liderazgo de Nelson Mandela. Una extraordinaria cadena de virtudes, habilidades y destrezas que caracterizan la forma de liderar de Mandela. Son 75 lecciones, en cada una de ellas se explica qué es y cómo Mandela la expresa. De este capítulo se concluye que liderar es un arte y Mandela es una de las mejores expresiones en el arte de liderar. 

Por otro lado, se reitera la certeza de que los seres humanos están dotados de los recursos necesarios para alcanzar los propósitos más anhelados, hacer algo significativo y destacar en el ambiente que le corresponda actuar. Cada quien posee el potencial para destacar en la vida: Un gran político, un gran empresario, un gran vecino, un gran deportista, un gran músico, un gran trabajador, un gran esposo, un gran hermano, un gran padre y/o madre, un gran estudiante, un gran ciudadano. En consecuencia, se afirma que cada persona es única y dotada para el ejercicio del liderazgo; destacar en lo que hace, en fin en su comunidad, en el trabajo, en la familia, en la escuela, en el club, donde le corresponda actuar. 

Se aspira que cómo líder la persona se convierta en su mejor versión, siendo auténtica y generando su propio estilo en base a sus fortalezas individuales. La obra se presenta para contribuir en esa aspiración. De igual modo se sugiere que no se necesita ser famoso mundialmente para liderar. Cada quien, si se decide, puede mostrar cualidades de líder. La persona está dotada de ellas, sólo hay que explotarlas y mostrarlas con acciones que procuren hacer la diferencia. 

Las enseñanzas que siguen a continuación son las que hacen de Nelson Mandela, un líder que trasciende y un ser humano ejemplar. Es evidente que no todos podemos ser Nelson Mandela, pero es necesario tener claro que conocer y aplicar sus enseñanzas ayuda a saber que es posible ser cada día mejor en lo que se quiere y se hace. 

Se aspira que la obra muestre cómo las enseñanzas de Nelson Mandela son modelo para guiar la conducta de vida. Una bendición sería si se lograse traducir todo su legado en forma de vida y en el futuro se tuviese una generación Mandela. 



De generaciones como Mandela, Gandhi y Martin Luther King Jr. se harán las sociedades futuras y de esas generaciones saldrán personas generosas guiadas por principios y virtudes nobles. 


Se espera que el legado de Nelson Mandela sea, el de un pecador que se esforzó todos los días por ser un mejor ser humano, tal como el mismo decía. Además se aspira honorificar su vida y memoria, señalar sus lecciones y enseñanzas, como patrimonio universal. Escribir de ellas se convierte en un compromiso y un honor.

Omar Alexis Rodriguez
Migdaly Aguilera de Rodriguez

Caracas, enero 2020


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