El fin del Guaidó interino
Acabó el interinato sin tener la certeza de cuando inició. Las coyunturas políticas no necesariamente definen tiempos electorales, y mucho menos liderazgos.
Así como Maduro fue creación por obra y gracia de Hugo Chávez, Guaidó fue un experimento de Leopoldo López. Dirigentes que emergen sobre otros odres no son garantía de buenos vinos.
El interinato (así como la Asamblea Constituyente) siempre fue una falacia constitucional (a pesar de osados jurisconsultos), política y de coyuntura. El camino de la polarización secuestró la constitución.
El interinato fue el simulacro de desalojo de un poder autocrático, que poco a poco se fue consolidando más por las propias pifias opositoras, que realmente por una estrategia sostenida del gobierno.
De los seis meses que le puso al gobierno de Maduro, Ramos Allup como Presidente del Parlamento desde el año 2016, se pasó al abandono del cargo de Julio Borges. Desde allí, se inició esta comedia del interinato, hoy convertida en tragedia.
Todos tendrán que poner las barbas en remojo, incluyendo la comunidad internacional que le apostó a un artificio constitucional opositor, hoy fracasado.
Lo único que queda en el país es la acumulación de fuerzas "desde abajo", su reinvención desde lo social, cultural y comunitario, para construir un poder alternativo a partir y con los excluidos.
El tiempo de que se vayan todos acaba de llegar...
Vladimir Aguilar Castro
Universidad de Los Andes
02 de Enero 2023
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