domingo, 22 de diciembre de 2024

AQUÍ, AHORA / Las verdades que le duelen a los tres derrotados del PSUV


Manuel Isidro Molina

El PSUV es un partido político degradado, corrompido y corruptor. En 25 años -un cuarto de siglo contado desde 1999 hasta 2024, incluyendo la rutilante estela del Movimiento V República (MVR)-, que se acostumbró a sobrevivir con base en los recursos del Estado, ilegal e inconstitucionalmente. Además de lo que se han robado con sus mafias saqueadoras, sus políticas han sido delineadas sobre los bienes muebles e inmuebles de los tres niveles del Poder Público, y los recursos financieros del Estado venezolano. El saqueo ha sido monumental, gigantesco, sin precedentes en la historia patria.

Y este es el PSUV que, junto a sus satélites y testaferros, quiere eternizarse en el poder, como garrapata en lomo de perro. Partidas del erario nacional, regional y municipal son comúnmente extraídas delictivamente, para el sostenimiento del "partido", sus ya declinantes caminatas escuálidas, y el activismo en todos sus niveles. Sin moral y sin votos suficientes, se quiere robar la Presidencia de la República para el período 2025/2031.

El saqueo de las empresas públicas, fundaciones, ministerios, gobernaciones y alcaldías es constante y no pocas veces disputado por facciones mafiosas, cuyas articulaciones impunes vienen, como modus vivendi, desde 1999 hasta hoy, en combinaciones escandalosas con empresarios-testaferros de todos los tiempos y colores, militares activos y retirados asquerosamente codiciosos y burócratas de medio pelo formados en las variadas técnicas del expolio durante este largo y traumático cuarto de siglo (1999/2024). 

Además, el sistema político-institucional está podrido, desde el Sistema de Justicia hasta el Sistema Nacional de Salud, descuadernado como nunca.

El manejo de la banca pública y privada no es excepción. Solo el manejo cambiario de más de 4.000 millones de dólares asignados anualmente por el Banco Central de Venezuela, da una idea de sus beneficiarios directos, con el cuento del control cambiario, frente a la devaluación creciente del bolívar y el empobrecedor costo de vida.

El malestar generalizado generado por el gobierno de Maduro, el PSUV, sus satélites y testaferros, tuvo una expresión soberana el pasado 28 de julio, en la elección presidencial, que perdió de calle el candidato reeleccionista. Se fueron por el atajo del fraude dentro del CNE y luego lo sellaron judicialmente, en forma descarada y pendenciera, con la protección de un sistema represivo masivo y brutal, para un récord de más de 2.200 hombres y mujeres encarcelados en menos de 48 horas, entre ellos decenas de menores de edad. 26 compatriotas asesinados y decenas de heridos, aumentan sensiblemente el balance de violaciones de Derechos Humanos, en un lapso tan corto.

Esa ola represiva del fracasado gobierno, no cesa; por el contrario, se ha afincado en todo el territorio nacional, con amenazas, acechanzas de todo tipo y nuevos encarcelamientos. El PSUV ha incrementado el tejido legal represivo, desde la Asamblea Nacional, dotando así a las fuerzas policiales y parapoliciales de nuevos "modos delictivos", para encarcelar ciudadanas y ciudadanos por denunciar el fraude electoral cometido, la represión política desatada y las pésimas condiciones de remuneración y vida de los trabajadores activos, jubilados y pensionados.

Tomada la deriva dictatorial en julio pasado, al desconocer la voluntad popular expresada mayoritariamente en votos a favor de Edmundo González Urrutia, el gobierno se dispone a asaltar la Presidencia de la República, el 10 de enero de 2025. Así lo han impuesto los tres derrotados del 28 de julio, Nicolás Maduro Moros, candidato reeleccionista perdedor; Jorge Rodríguez, jefe del comando de campaña madurista; y Diosdado Cabello Rondón, jefe operativo del PSUV. Los tres rodaron, y los tres han embaucado al resto de los dirigentes y militantes con su estratagema de secuestro judicial de la elección presidencial y asalto a la Presidencia de la República.

¿Qué puede ocurrir hasta el dia 10 del Nuevo Año? Nadie sabe, pero los del madurismo están nerviosos, inseguros, temerosos, por no saben por dónde les puede saltar la fiera herida, que es hoy el pueblo venezolano.

Y su logran su objetivo el 10 de enero, ¿cuánto y cómo podrían sostenerse ilegítimamente en el poder? 

Como se los escribí en julio pasado, "están a tiempo" de evitarle mayores males a Venezuela y a nuestro pueblo. La macolla de Miraflores no puede imponer esa deriva dictatorial: carece de legitimidad de origen y de base constitucional. De corazón, espero que los sectores nobles, constitucionalistas y responsables de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y del PSUV puedan parar la borrachera continuista "por las malas" de Maduro y su entorno más cercano. ¿Tienen tan poder, los tres derrotados y sus allegados? No creo, los veo en el aire, frente a un país ultra mayoritario que los rechaza y decidió apartarlos del Poder Ejecutivo. 

manuelisidro21@gmail.com

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