MANUEL ISIDRO MOLINA
Venezuela sigue estampada en las redes mediocres y corruptas de la irracional confrontación chavismo-antichavismo. No es sólo un problema político, que lo es, sino también económico, social, comunicacional, civil, militar y eminentemente moral. Por ello, no se comprende su profundidad y catastróficos alcances: no es una crisis cualquiera; es una macro crisis de tenor histórico, realmente sufrimos una tragedia histórica.
Si lo comprendemos, podremos levantar la mirada y alimentar mente y corazón con propósitos superiores, única vía para enmendar este estadio de sufrimiento, destrucción y desesperanza.
Comprender la dimensión de la tragedia es tan importante como aproximarnos a nuestros espacios personales y colectivos cercanos:
Qué hemos hecho y cómo lo hemos hecho?
Qué debemos y estamos dispuestos a cambiar de nuestras concepciones y acciones personales y colectivas?
Nos involucramos o no, en la búsqueda de opciones?
Una vez acometidas estas indagaciones, vale analizar personal y colectivamente si seremos capaces de actuar para revertir la tendencia destructora y desarticuladora que nos amenaza seriamente como nación.
Con ánimo abierto, generoso y reflexivo, paso a enumerar antecedentes de hechos, actores y tendencias que nos han traído hasta esta semana del 10E.
Seguramente, causarán disgusto a los más alineados con los extremos de los dos bandos corresponsables de la macro-crisis, pero su propósito es reflexivo con ánimo constructivo a beneficio de los cambios necesarios y hasta indispensables.
La política no es tan difícil como imaginan unos, ni tan fácil como creen otros; a fin de cuentas, resume y gobierna la vida, por lo que para incidir en ella se requiere conocimiento, análisis, acción y mucha sagacidad y perspicacia en la conducción de lo público.
Una crisis tan profunda y compleja debe ser abordada con visión amplia.
Vale referir algunas situaciones clave, marcadoras:
1.-La tragedia histórica que empobrece y asfixia a Venezuela, continúa su pasmoso curso sin perspectiva de reversión inmediata. Es lamentable constatarlo, pero es la verdad, mientras el gobierno de Nicolás Maduro y la "oposicion" que lo acosa y subestima siguen actuando torpe, irresponsable y corruptamente.
2.-Nada de lo acontecido antes, durante y después del 10E sorprendió a nadie que estuviese medianamente informado y consciente de la inconveniencia del fanatismo sectario que anida en los extremos de ambos bandos fracasados, cara y sello del fracaso de nuestro país, hoy.
3.-Los diversos escenarios de violencia política impuestos por los factores políticos, económicos y comunicacionales desde el 11 de abril de 2002 hasta las "guarimbas" de 2017 han fracasado estrepitosamente con perjuicios muy graves para la nación y para las fortalezas mismas de los factores agrupados en la Coordinadora Democrática y luego en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), al punto de que ambas han desaparecido.
4.-El país no ha podido o sabido recuperarse de los traumas profundos para la economía y el normal desenvolvimiento de la sociedad, desde aquel inédito e irresponsable paro petrolero-empresarial de 2002-2003 durante dos meses.
5.-El gobierno Chávez-Maduro también ha tenido una continuidad errática e irresponsable, pero con dos aditivos explosivos: abuso de poder y unos grados de corrupción inéditos e inaceptables.
6.-Reina en la opinión pública venezolana, frente esas dos tendencias minoritarias, la convicción de que los fracasos del gobierno y la oposición son evidentes y han sido muy perniciosos para el pueblo y el país. Aunque el gobierno lleve la mayor parte del rechazo, en torno al 80% de la opinión.
7.-Lo dramático de la situación es que esa "oposicion" política no capitaliza el descontento social mayoritario, no genera confianza ni cuenta con un liderazgo que realmentevinterprete el sentir nacional de cambio en paz hacia un nuevo gobierno honesto, equilibrado, solidario y capaz de superar tantas dificultades.
8.-El gobierno está en pié, pero muerto históricamente. No importa cuánto hagan o prometan, pero ya la mayoría no lo quiere ni confía en sus ejecutorias, planes y falsas promesas.
9.-La mayoría aplastante del país no le cree ni respeta a Maduro ni al liderazgo del PSUV, asociado al fracaso, la corrupción y el engaño.
10.-Punto de inflexión fue 2017, cuando en medio de la violencia opositora ("guarimbas") y la represión policial y militar del gobierno, el presidente Maduro llamó a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), con explícita base constitucional, pero tanto la oposición agrupadas en la MUD como doctos juristas y formaciones del "chavismo crítico", le negaron esa facultad, argumentando que era indispensable un referendo consultivo, que ni está en la CRBV ni es pertinente por contemporáneo. En 1999 se tuvo que realizar un referendo porque la Constitución de 1961 no contenía la ANC como medio democrático de transformación politíco-institucional. Hasta factores corrompidos del chavismo, civil y militar, se plegaron avisa política absurda, lo que ha facilitado el empoderamiento de Maduro:
-Selección de la ANC.
-Elección de gobernadores y alcaldes.
-Elección de legisladores regionales y concejales.
-Elección presidencial del 20 de mayo de 2018.
11.-Paralelamente, la oposición-MUD ha sufrido un proceso de fragmentación y desprestigio sociopolítico al ritmo de tantas derrotas en tan poco tiempo (2016-2019), lo que maduro puede mostrar como su principal trofeo político. (Sigue...)
@manuelisidro21
No hay comentarios:
Publicar un comentario