martes, 22 de enero de 2019

PASANDO LA HOJA / Defendamos la paz para salvar a Venezuela




"No hay camino a la paz, 
la paz es el camino"
Mahatma Gandhi


MANUEL ISIDRO MOLINA
No es la primera vez, ni será la última, lamentablemente para Venezuela, llena de infinitas riquezas pero enervada por delincuentes corruptos, aprovechadores, insensatos, irresponsables y mediocres de espíritu, incapaces de ver más allá de sus bolsillos y otros intereses mezquinos personales o de grupos asociados para delinquir.

Otra vez nos enfrentamos al ritornello de la violencia fratricida, que no nos suelta desde 1989. En apenas 30 años, nos hemos matado y acabado con buena parte del país, al menos ocho veces en 1989, 1992, 2002, 2003, 2014 y 2017. Como si fuera poco, comenzando 2019, en vez de prepararnos unidos en la diversidad para la primera gran celebración de los 200 años de nuestra independencia del yugo colonial español, por el Congreso de Angostura de 1819, los bandos de la ruina están "afilando los machetes".

Tragedia sin sentido
Los actores de esta tragedia sin sentido son los mismos, aunque algunos han muerto de hastío o porque se los ha llevado "la pelona", pero bastante odio dejaron, suficiente pudrición e intereses perversos sembraron, demasiadas torceduras morales implantaron.Y claro, esos fantasmas y los muertos andantes laceran, mientras sus herederos entran en escena a redimirlos. En su mayoría son actores desmemoriados, ignorantes o simplemente descerebrados por el adoctrinamiento sectario y las campañas de mentiras, manipulación,  cinismo y odio.

Ante tal perspectiva en ciernes, lo valiente y pertinente es defender la paz y enarbolar la bandera tricolor del heroísmo patrio para la fragua civilista, la solidaridad y la reconstrucción moral de la República, 200 años después, celebrando a nuestros Libertadores, con Simón Bolívar a la cabeza, visionario conductor de ejércitos y estratega político de primera categoría a nivel mundial, como muy pocos en la historia de la humanidad: 
"Moral y luces son nuestras primeras necesidades".


Como los jóvenes de ayer, los de hoy y del futuro, tienen un rico manantial de conceptos y propósitos encomiables en el inmortal Discurso ante Congreso de Angostura de nuestro Libertador Simón Bolivar. Podrán apreciar lo enano del discurso político de los contrincantes de hoy, partida de insensatos de vuelo gallináceo. Unos, enmohecidos moralmente por la codicia; y otros, anclados en vivencias y guerras ajenas.

No nos dejemos arrastrar, otra vez, a la matanza entre hermanos y a la destrucción mayor de nuestro país en quiebra, el más saqueado y descapitalizado del planeta.

No llamo al inmovilismo sino a la acción civilista mediante el pensamiento generoso y la reflexión profunda, individual y colectiva, para el logro de objetivos certeros.

La violencia y el odio enceguecen y arruinan abriendo cauce a intereses perversos, la destrucción y la muerte.

La paz enriquece e ilumina caminos, abre opciones y reta la creatividad colectiva para consolidar logros y enmendar errores; es el camino de lucha que nos enseñó Gandhi, el mismo que no alcanzó a ver Bolívar después de sus triunfos políticos y militares construyendo patrias en esa enorme nación colombiana, bolivariana, que alcanzó el vasto territorio que hoy ocupan Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela,

Muerte histórica
El gobierno del presidente Nicolás Maduro está muerto históricamente. No lo digo hoy, por conveniencia, oportunismo barato. Lo asenté analíticamente, hace varios años, cuando ya la tendencia se mostraba irreversible, camino a lo peor: esta tragedia de dimensiones históricas, sin rumbo alternativo conocido, lo que carga de desesperación y desesperanza a las mayorías empobrecidas y sin perspectivas de progreso, situación que ha generado, entre otros fenómenos, el asombroso y doloroso éxodo de venezolanos y venezolanas -en su mayoría jóvenes bien formados como ciudadanos y capacitados profesional, técnica y laboralmente- hacia el exterior. Mi aprecio, solidaridad y valoración a quienes hacen y harán parte inextricable de la patria de Bolívar, dondequiera que se encuentren esforzándose y mostrando orgullosos la mejor cara de nuestro gentilicio.

La opción neoliberal y pro imperialista
Sin embargo, la opción neoliberal, uribista y pro imperialista que impulsa el extremismo "opositor" que controla la Asamblea Nacional, fracturada y en desacato constitucional, no es viable ni la acepta el pueblo -traicionado por los gobernantes fracasados-, a pesar de tanta mengua y sufrimiento. Sus pretensiones carecen de bases reales y obedecen más a deseos frustrados y a pautas extranjeras que anidan intereses perversos de Estados Unidos, Colombia y Guyana, entre otros, en contra de nuestra soberanía, integridad territorial e independencia.

Lo trágico para Venezuela y que asombra al mundo, es que la muerte histórica que arropa al gobierno de Maduro, también ensombrece a esa parte del campo opositor que hoy intenta asaltar el poder, otra vez, sin luces ni fuerza suficientes, porque no representan a toda la oposición orgánica que estuvo antes en las fracasadas Coordinadora Democrática (CD) y  Mesa de Unidad Democrática (MUD); y menos, a la vasta inconformidad social y política que hoy censura abiertamente al inepto gobierno "madurista" que nos hunde en la destrucción económica y la desesperanza junto con las acciones apátridas de quienes han procurado el cerco financiero y económico contra Venezuela, que capitanea con furia el gobierno de Trump y sus halcones.

Verdades que nos retan
Esta complejidad debemos comprenderla a plenitud: tenemos el peor gobierno y la peor oposición de nuestra historia. Sus dirigentes han hundido aL país y descalabrado al pueblo. Y lo sabemos, lo decimos y conversamos a diario, en cada esquina, a viva voz y con decisión de lucha por el cambio necesario y posible.

La errática conducción de la mayoría de la MUD en la asamblea Nacional desde las elecciones parlamentarias de 2015, facilitó las maniobras y el timo al gobierno que sus dirigentes decían "combatir". Ayer fueron Ramos Allup, Borges y Barboza, y hoy está Guaidó, sin liderazgo real ni en su partido Voluntad Popular ni en la oposición que habitó la MUD; y mucho menos en la vasta mayoría social que detesta al gobierno de Maduro.

Construir la alternativa democrática y popular
Sosiego y capacidad analítica, requiere Venezuela para diseñar un nuevo rumbo, un camino de paz, construcción y solidaridad, que logre la superación de esta tragedia histórica. Es posible, si nos lo proponemos desobedeciendo las monsergas manipuladoras de los bandos extremistas que, otra vez, están afilando sus machetes.

"Moral y luces", con el Libertador a 200 años del Congreso de Angostura, abrirán el camino para la reconstrucción de nuestra patria, Venezuela, tan traicionada y saqueada.

Ponderación de la realidad, decencia pública, responsabilidad social, capacidad y probidad en el servicio público, forman parte del compromiso.

El buen camino no lo apuntan Maduro ni Guaidó, por lo que ambos representan, esa muerte histórica que los asfixia y arruina sus planes.

Hagámosle el mayor vacío posible. Ocupémonos de lo importante, la defensa de los derechos del pueblo, construyendo el futuro necesario, hoy, Actuar no es seguir como borregos pautas de motivaciones inconfesables; al contrario, se trata de zafarse de esas trampas y dedicarnos con ahínco a la concepción y construcción del nuevo proyecto político que nos permita retomar lo mejor de nuestra patria y desechar los males acumulados, siempre con ánimo contemporáneo y futurista, interactuando con el mundo actual, su diversidad y contradicciones.

Es posible,  es la tarea urgente para evitar una catástrofe mayor, elevada infinitamente si llegare a prosperar la tesis macabra de una invasión colombo-estadounidense, tantas veces advertida.

Exijamos a los bandos extremistas nacionales, deponer sus ánimos de confrontación irracional; y a los factores de poder extranjeros, que detengan sus políticas intervencionistas en los asuntos internos de Venezuela, cualquiera sean sus inclinaciones ideológicas e intereses comerciales y geopolíticos. Unamos esa voz de la mayoría, que sin duda lo es, y triunfaremos en paz, por los derechos del pueblo a una vida mejor,  laboriosa y justa.

Comencemos, pues. La patria nos lo exige.
Desde el pueblo y con el pueblo de los Libertadores.

@manuelisidro21

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