jueves, 6 de noviembre de 2025

Historia de la cremación en Venezuela / Amadeo Leyba Ferrer


La práctica de  la incineración humana en el país, no tenía hasta el año 1988 respaldo legal. Fue  aceptada por nuestra Iglesia Cátolica  en el año 1963, cuando el Concilio Vaticano ||  la permite en resolución oficial publicada en el Observatore Romano.

En el año de la aprobación de la Ordenanza Municipal sobre la Cremacìón,  solamente existían 3 hornos crematorios en la Región Capital: Hipódromo la Rinconada (caballos de carrera), Aseo Urbano (droga incautada) y en el Campo Santo del Cementerio del Este, el

cual  fue importado de Suiza, pero  no pudo ser usado por falta de soporte legal. Para esa  época estaba ya aceptada en muchos paises.  Los cristianos la permitían con excepción de algunas de sus ramas que la rechazan por mantener vigente en sus creencias  el concepto de la Resucitación. El hinduismo la hace obligante; el islamismo y el judaismo no la practican. En Japón y Centro Europa es dominante.

Reconozco que mi motivación para esta legislación estuvo incentivada a que el "Sabio del Petroleo" Pérez Alfonso en tierras extrañas, pidió que  en su despedida física se  le practicara y sus cenizas fueran  dispersadas en el Mar Caribe;  y por la templanza de ciudadano hindú al lograr   acompañar a su esposa fallecida en posparto a Trinidad, ser cremada, vertiendo sus cenizas en afluente del Río Ganjes en la India.

Como dato curioso, conseguí en las crónicas de nuestra ciudad de Guillermo José  Schael el registro (año 1926) de una señora de nacionalidad alemana, por petición   testamentaria a sus albaceas, el Cónsul Alemán, Julius Leisse, y  un empleado de Beco, Carlos Reverón, había solicitado  ser cremada y las cenizas echadas en nuestras playas del Litoral, frente a Punta de Mulatos. Deseo que fue cumplido aunque no habia legislación vigente del tema en cuestión.

Amadeo Leyba Ferrer 

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