Manuel Isidro Molina
Desde el Movimiento Popular Alternativo (MPA) planteamos una ruta para la reconstrucción integral de Venezuela, a través de una alianza histórica con nuestra candidatura presidencial independiente, apoyada luego por el histórico Partido Comunista de Venezuela (PCV/DIGNIDAD) y sectores independientes progresistas.
El apartheid político-electoral impuesto por el gobierno de Maduro, el PSUV y sus testaferros, truncó ese camino de esperanza y compromiso con las trabajadoras y trabajadores activos, jubilados y pensionados, junto al pueblo empobrecido y traicionado. Así, Maduro, Cilia Flores, Delcy y Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello y sus pudrimillonarios saqueadores del erario, impidieron un debate intenso, serio y exigente con las dos expresiones candidaturales de los grupos de poder culpables de la destrucción nacional. El cinismo y la manipulación mendaz los identifica y mimetiza: uno es tan mentiroso como el otro, y los dos fraguaron la reinstalación de la polarización que tanto daño nos ha hecho durante estos 25 años. Nicolás Maduro, Edmundo González Urrutia y María Corina Machado están en el centro de la tragedia histórica que sufrimos, pero los factores de poder que los motivan y encubren quieren presentarlos como inocentes. No creemos que lo sean. Al contrario, han sido y son actores muy perniciosos para la sociedad venezolana.
Dos peligros en ciernes
En esta complicada y desalentadora situación, la sociedad venezolana está amenazada de más de los mismos: ambas opciones son de alta peligrosidad para la paz social y el desarrollo armónico de nuestra patria. Lo dijimos el año pasado, y lo reiteramos hoy: no seremos cómplices de quienes han destruido el país y han empobrecido al pueblo.
El primer riesgo es, sin duda, que terminen de fraguar bajo tutela de EEUU y los poderes facticos que les son comunes, un "pacto de impunidad" que los libere de responsabilidades ante la ley y la historia, como si no hubiesen roto un plato, en franca e inaceptable violación del artículo 271 de la Constitución.
Y en segundo lugar, un desenlace trágico muy violento de confrontación fratricida, especie de "Guarimba III" para disputarse el poder "hasta el final" con vendettas macartistas y reacciones represivas del gobierno decadente. Los neoconservadores (liberales, neoliberales, anarcocapitalistas y explotadores de toda laya) se aprestan para la revancha y ya no ocultan sus intenciones. "Ahora, sí", parece ser su secreta consigna.
A estás alturas -lo advierto-, si no se impone la sensatez, caeremos en una guerra civil.
manuelisidro21@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario