miércoles, 8 de julio de 2020

La élite universitaria venezolana



Ya basta de vivir de las apariencias, de los ahorros de toda la vida, de la venta de apartamentos, casas, fincas, de artefactos eléctricos, de los hijos y nietos para poder comer, pagar los gastos fijos o atender una emergencia médica, que en este caso, generalmente se acude a la solidaridad de los amigos o a las fundaciones nacionales e internacionales. Este  es el drama de la "élite universitaria" constituida por los profesores activos en los dos últimos escalafones y por los profesores jubilados, quienes en tiempos de revolución pasaron por "arte de magia socialista" a constituir una clase social caracterizada por el hambre, la desnutrición, la desesperanza, la apatía, la angustia, las limitaciones extremas y la mirada fija en el exilio voluntario.

Esta situación escandalosa e inaguantable, ha traído como consecuencia la descapitalización acelerada de las universidades, es común preguntarse después de cada semestre: Cuántos se fueron? Quiénes lo hicieron? Cuántos quedamos? Cómo vamos a resolver el problema académico de las materias obligatorias? Cuántos murieron por falta de un medicamento? Por un ACV, infartos o depresión? Con cuántos jubilados contamos? Cuántos se cansaron de ir a las facultades con este gran problema de la gasolina, con una contribución institucional pagada al final de año en un país con hiperinflación?  Lo más triste de la situación es la sordera, el dejar hacer, el dejar pasar, el escuchar "esto no está en mis manos" de quienes dirigen las instituciones,  y la sistemática y errónea política del régimen socialista de igualar a todos por debajo, que ha traído la destrucción de un sistema educativo universitario que no era perfecto, pero que tenía la capacidad de autoregularse a sí mismo y exhibía grandes logros en docencia, investigación y extensión.

Los gremios perdieron toda capacidad de lucha y es el régimen socialista quien decide las reivindicaciones salariales de los trabajadores universitarios, que con la hiperinflación incontrolada existente ubica a "la élite" con salarios mensuales de menos de 20 dólares. En este cuadro dantesco y utilizando el poder universitario, las autoridades universitarias solicitaron para resolver parcialmente su problema, una prima de responsabilidad que se ha venido aplicando en algunas universidades y que ha originado denuncias, quejas y comunicados de algunas asociaciones de profesores por lo escandaloso de sus montos. La mayoría de "la élite universitaria" que resuelva su día a día como pueda y en algunas universidades sin la solidaridad de quienes las dirigen, porque cuando los gremios buscan alguna posibilidad de ayuda económica o médica, son los primeros que torpedean dichas solicitudes.

Espero que el COVID-19 nos haga reaccionar, que entendamos que podemos comenzar por hacer pequeños cambios hoy que se convertirán en  grandes cambios mañana, que el futuro del país está íntimamente ligado a sus universidades y no al revés, como los adulantes lo han expresado, que las generaciones de relevo asuman la conducción de las instituciones universitarias con valentía, inclusión, tolerancia y responsabilidad.

Apuesto por la recuperación de "la élite universitaria", por la de los trabajadores en general y por el buen desempeño futuro de estas instituciones tan necesarias para el desarrollo del país y la sociedad en general.

Léster Rodríguez Herrera
Mérida, 07 de Julio de 2020
@LesterYomar

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