Nicolás Maduro y su entorno -muy temerosos- se muestran poderosos y decididos a mantener el fraude con el férreo control de los Poderes Publicos Nacionales y un esquema de represión sistémica avalado por el Ministerio Público en manos de Tarek William Saab, y unos jueces también dispuestos a cohonestar las violaciones a la Constitución y al debido proceso judicial.
La ola represiva no tiene precedentes inmediatos. Mientras el Consejo Nacional Electoral (CNE) se sigue negando a publicar los resultados mesa por mesa de votación, para lo cual está diseñado el programa establecido, el gobierno del PSUV, sus satelites y testaferros continúan la razia iniciada el 28 de julio pasado. A 34 dias de la elección presidencial, se le sigue negando al pueblo venezolano el conteo de votos verificado.
"Maduro utilizó la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia para secuestrar judicialmente la totalización de votos"
Maduro utilizó la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia para secuestrar judicialmente la totalización de votos, y así imponer un silencio sepulcral sobre la materia, a pesar de las denuncias de fraude y la evidente derrota sufrida por el candidato reeleccionista. Con esa forjada sentencia "inapelable", ha pretendido el gobierno dejar como "cosa juzgada" y totalmente superada el resultado de la elección presidencial del 28 de julio. Y no es así.
La dictadura militar encabezada por el entonces coronel (Ej) Marcos Pérez Jiménez, impuso un monumental fraude electoral el 30 de noviembre de 1952. Hoy parece copiada al calco: se elegía los miembros de una Asamblea Constituyente, pero el triunfo de los postulados por los partidos Unión Republicana Democrática (URD) y Socialcristiano COPEI le dió un revolcón a los oficialistas. El dictador no aceptó aquello, interrumpió el escrutinio que ya estaba avanzado y conocido por la opinión pública, y se inventó unos "resultados" favorables. Los lideres de URD, con Jóvito Villalba a la Cabeza, fueron apresados y expulsados de Venezuela; y MPJ se nombró "Presidente" sustituyendo la junta que venía gobernando.
"La ola represiva perezjimenista marcó la historia republicana: presos, torturados, asesinados, expulsados al exterior, exiliados y, por supuesto, imposición de censura y control de medios de comunicacion social"
La ola represiva perezjimenista marcó la historia republicana: presos, torturados, asesinados, expulsados al exterior, exiliados y, por supuesto, imposición de censura y control de medios de comunicacion social. Solo la "verdad" de la dictadura fue permitida, y los periodistas y editores comenzaron a ser perseguidos. Aquello terminó el 23 de enero de 1958. Hoy sufrimos un _déjà vú_ ("ya vivido", traducido del francés al español).
Así, el gobierno de Maduro tomó la deriva dictatorial en contra de la soberanía popular, imponiendo unos cuestionados "resultados", en los cuales solo sus acólitos creen. Lo ha logrado con la abierta conspiración de altos funcionarios de los Poderes Públicos Nacionales y una represion sistémica y brutal, que superó los 2.200 presos en las 48 horas de los dias 29 y 30 de agosto: los organos represivos policiales y militares junto con bandas parapoliciales secuestran a las víctimas, los fiscales del Ministerio Público asumen la siembra de delitos, y los tribunales cohonestan las falsas imputaciones.
"Así, el gobierno de Maduro tomó la deriva dictatorial en contra de la soberanía popular, imponiendo unos cuestionados 'resultados', en los cuales solo sus acólitos creen"
Maduro, pública e impunemente, califica de "terroristas" a "2.229 presos", incluidos decenas de menores de edad, y le da rienda suelta a la ola represiva en curso, ahora en forma selectiva contra dirigentes políticos, periodistas, reporteros gráficos y luchadores sociales.
A pesar de esa adversidad, el fraude es insostenible.
manuelisidro21@gmail.com
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