Manuel Isidro Molina
Con el bolívar depreciándose todos los días, la economía estancada y con inflación, el salario mínimo por debajo de dos dólares mensuales, el mundo político asfixiado y corrompido, y un gobierno usurpado con altísimo rechazo del pueblo empobrecido y opuesto a la violación de derechos humanos, en Venezuela vivimos la tormenta perfecta. ¿Cuándo explotará, cómo y quiénes serán sus protagonistas? ¡Nadie sabe!
Efectivamente, el Banco Central de Venezuela anunció el viernes 21 de marzo que el cambio oficial para el lunes 24, es de 68,31 bolívares por dólar estadounidense: más inflación y menos poder adquisitivo para las trabajadoras y trabajadores, ya lesionados por el derretimiento del bolívar y el estancamiento de sueldos y salarios.
El efecto sobre el salario mínimo es simplemente genocida para los trabajadores activos, jubilados y pensionados. Brutalmente, ¡tiende a cero! En 1,90 dólares mensuales (Bs.130÷68,31=1,90), el mundo entero y especialmente los centros de investigación y seguimiento de la economía comprenderán lo que significa un salario mínimo de 0,06US$ al día y 0,008 por hora.
Esta semana hubo protestas en varias ciudades contra el congelamiento gubernamental/empresarial de ese miserable salario mínimo en 130 bolívares mensuales, durante más de 36 meses, tres años contados desde el 15 de marzo de 2022. Esa fue la última vez que el gobierno de Nicolás Maduro, el PSUV, sus satélites y testaferros, aumentó el salario mínimo a 130 bolivares (para la época, 30US$).
Mentiras y opacidad
El régimen impuesto, enervado por el autoritarismo policíaco-militar, la corrupción y el irrespeto a la Constitución, tiene entre sus herramientas antidemocráticas, la mentira cotidiana e impune, la negación absoluta de la información estatal a la prensa, y el ocultamiento de las estadísticas oficiales en todos los ámbitos, asi como la destrucción de los sistemas y políticas de investigación y procesamiento de la data. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) está practicamente extinguido, y el Banco Central de Venezuela y ministerios clave como el de Hidrocarburos, Educación y Educación Universitaria, Salud y Finanzas mantienen sus estadísticas en un fantasmal e ilegal atraso. Es un regimen de opacidad total.
Por eso, la palabra presidencial se ha devaluado más que el bolívar, el salario mínimo y las pensiones del Seguro Social. Pocos le prestan atención a sus mentiras en los mensajes anuales ante la Asamblea Nacional, y las 'memorias' de los ministros valen menos que una servilleta de papel de segunda. Tal grado de desprestigio es insostenible, precisamente por tanta mentira y opacidad.
¿Estanflación o decrecimiento con inflación?
Toca a los economistas analizar esta singular crisis de empobrecimiento social, al cierre del primer trimestre de 2025. El fraude electoral del 28 de julio de 2024 y la usurpación del poder del 10 de enero de 2025, son hitos políticos en esta tormenta perfecta, hoy renovada por la incertidumbre generada por la amenaza de suspensión de la licencia de EEUU a la petrolera Chevron. Afectaría la producción y exportación de unos 250.000 barriles diarios del más o menos un millón de b/d producidos por PDVSA y sus otros socios.
La voluble administración Trump se maneja con una agresiva política de 'máxima presión', a ritmo de vértigo, como una 'montaña rusa'. Eso nos afecta, aunque el gobierno mentiroso de acá, trate de ocultarlo. Pero no solo es eso, que ya es bastante: también carga tensión la renovada política contra el régimen encabezado por Maduro, desarrollada por Donald Trump, Marco Rubio y su equipo de fanáticos imperialistas macartistas. Ello incluye el maltrato a nuestros compatriotas migrantes en EEUU, su estigmatización con la utilización del 'Tren de Aragua' como muletilla, para peligrosamente designar a Nicolás Maduro como líder del «Cártel de los Soles», al cual Trump asoció como cooperador o coautor de las fechorías del Tren de Aragua, previamente declarada «organización terrorista extranjera» que ha «invadido» el territorio de Estados Unidos de América. Al final del cuento, no huelga recordar que el gobierno estadounidense aumento a 25 millones de dólares las respectivas recompensas por Maduro y su ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello. No es como para «dormir como un bebé».
Con tales amenazas -creíbles o no- ninguna economía menor como la nuestra, puede operar con algún grado interesante de buen desempeño, después de haber sido saqueada y destruida en un 75% por la codicia de las mafias de la corrupción, las arbitrariedades, el abuso de poder y las perniciosas acciones de los factores de poder en conflicto durante un cuarto de siglo.
La fuerza de la rebeldía cívica
Es hora de rebeldía cívica frente a la usurpación del poder, el fraude electoral, la corrupción, el tenebroso sistema represivo y las políticas neoliberales de empobrecimiento social y violación sistemática de los derechos sociales y políticos constitucionales. No es un tema político-electoral, campo en el cual el gobierno se mueve asquerosa y abusivamente. Es un asunto de vida o muerte para el desarrollo armónico de la sociedad venezolana. Debemos revertir la actual tendencia de muerte social por empobrecimiento, asfixia y represión.
Los derechos políticos y sociales constitucionales del pueblo venezolano están siendo violentados, a cielo abierto; y de frente e inteligentemente, debemos defenderlos.
manuelisidro21@gmail.com
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