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De izquierda a derecha Héctor Tovar, Ramón Villafaña, Hernán Marín, Jesús Castillo, María Ramos y José Murillo. |
La Casa Natal de Andrés Eloy Blanco, convertida en museo y centro cultural de Cumaná, fue escenario en el día de ayer de un maravilloso y solidario encuentro para festejar los 85 años de Hernán Marín, el rey del joropo estribillo. Merecido reconocimiento que se tradujo en policromía musical, joroperas y anécdotas del propio cantor.
Músicos, escritores, cultores y personalidades de la localidad se dieron cita en esa casona oriental para dar muestra del infinito respeto y cariño a ese hijo de Cumaná que por muchos años ha proyectado con voz recia y melodiosa el canto sucrense en los diversos escenarios internacionales. Es Hernán Marín el símbolo del joropo estribillo que se cuela en el alma del pueblo sucrense y brota en todo su esplendor al compás del cuatro, la bandolina, las maracas y el canto cotorreado.
Nos unimos en esa mágica celebración para agradecerle al Creador por esos años de vida a Hernán Marín, ese estupendo ser que aún conserva la vitalidad de la juventud, la cordialidad en el trato y la sonoridad en su voz. Es oportuno, también, reconocer al gran maestro Vladimir Rodríguez, Director de la Banda Musical, Alfredo Bello, Presidente de Fundapatrimonio y Guadalupe Berrizbeitia, Presidente de la Casa Andrés Eloy Blanco, por brindarnos este merecido encuentro en honor a Hernán Marín por celebrar un año más de vida.
En verdad fue un mágico momento donde pudimos contagiarnos de la voz candorosa y alegre de Hernán Marín. Nos trasladó a esa rica y variada esencia cultural del pueblo sucrense, bañada de azul marino y paisajes exuberantes. El cumpleañero con su "Mar de la esperanza" y "Yamaray" mostró el camino frondoso que tenemos por delante los orientales para seguir andando y librando espacios en la cristalización de nuestros sueños y bienestar colectivo.
¡Gracias, maestro Hernán Marín, por seguir desbordando alegría con tu canto!
Jesús Castillo (CNP 11.115)
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