lunes, 30 de diciembre de 2024

DOMINGO KULTURAL / Noche de paz


Ya vamos hacia Año Nuevo, pero seguimos emparrandados con la Navidad y por todos lados se sigue oyendo "Noche de Paz." Es el "carol", el villancico más famoso del mundo, declarado patrimonio inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2011.

"Noche de Paz" fue compuesto en 1816 por Franz Xaver Gruber, con letra de Joseph Mohrh. Fue interpretado por primera vez en la iglesia de San Nicolás en Oberndorf, Austria, el 24 de diciembre de 1818. La historia cuenta que la noche del estreno había una fuerte nevada, lo que hizo que el órgano de la iglesia no funcionara, además de que estaba muy comido por los ratones. Debido a esto, Franz Xaver Gruber, el compositor de la música, tocó la guitarra mientras Joseph Mohr, el autor de la letra, cantaba. A pesar de las dificultades, la canción fue recibida con gran emoción y se convirtió en un símbolo de paz y esperanza, siendo traducido a montones de idiomas, y llegando a ser el tercer disco sencillo más vendido en la historia.

En una de esas películas de guerra que proliferan cada cierto tiempo, vimos cómo los soldados de ambos bandos abandonaban las trincheras, dejaban rifles y cascos para abrazarse y cantar este villancico en todos los idiomas y dialectos posibles.

Recientemente la escena fue repetida en la oscarizada película TRINCHERA INFINITA y esta vez a posteriori gracias a la infinita pandemia (entramos en modo humano), logramos entender el valor de la reiterada escena: una sencilla canción convoca alrededor suyo a los soldados de diversas naciones un 24 de diciembre de 1914 en plena Primera Guerra Mundial; los soldados atrincherados en el frente de Flandes la entonaron, intercambiaron regalos, liberaron presos y autorizaron a darles cristiana sepultura a las bajas de ambos lados.

Ese villancico tiene en su haber poder interrumpir batallas y hay que contarlo todo: también fue manipulada  por la maquinaria de propaganda del Führer (los dictadores y su manipulación infinita). Igual, cantada en la Casa Blanca por presidentes; la entonaron los aliados encabezados por Frank D. Roosvert y Churchill. Fue adaptada a diversos estilos y traducida en más de 300 idiomas. Estrellas de la farándula como Crosby, Simon & Garfunkel, Johny Cash, Justin Bieber y Sinead O'Connor, han grabado su versión preparada en versión villancico-pop.

Hace poco Austria le rindió tributo, y no es para menos; la programación desarrolló alrededor de 600 eventos: exposiciones, teatro, conciertos, películas, conferencias, simposios y publicaciones que reflejan su historia, mitos y lugares. Más de un millón de personas se dieron cita para cantarlo.

Un desastre climático, causado por la erupción del volcán Monte Tambora en 1815, lanzó enormes cantidades de ceniza y dióxido de azufre a la atmósfera, provocando un enfriamiento global por el oscurecimiento del cielo. Las cosechas fallaron, hubo hambre y muchas dificultades en Europa, lo que inspiró a Mohr a escribir un poema que transmitiera paz y esperanza en tiempos difíciles. Para colmo, Europa padecía las guerras napoleónicas, y todo eso inspiró al humilde cura para escribir un poema "EL AÑO SIN VERANO". He allí el origen de ese Himno Universal de la Paz.

En ese poema se inspira la canción, expresando un profundo anhelo de paz, esperanza y consuelo. Por eso, hay que decirlo, es mucho más que una canción, ella tocó los nervios sensibles de aquella Europa devastada.

¡Hoy más que nunca tiene tanta vigencia entre nosotros!

Y pensar que esa sencilla melodía, fue cantada sólo con acompañamiento de guitarra, porque el órgano de la iglesia de Osberdnof estaba corroído por los ratones y no había recursos para repararlo.

Mohr nació en Salzburgo, la ciudad natal de Mozart y convenció a Grüber, un maestro de escuela y organista, a componer una melodía para su poema.

Los dos la entonaron juntos la misa del Gallo de 1818, y lo que más conmovió fue ver un cura tocando guitarra, pues no era normal.

Tampoco fue normal aquella tregua en las barricadas o trincheras de Flandes, así que con todo mérito hablamos de un milagro de hermandad.

Nocheee de paz, nocheee de amor...

Nos vemos por ahí... en el 2025.

Pedro Mosqueda

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