«Tuve el honor de compartir con Manuel Isidro Molina Gavidia en Mérida, para ser parte del Tribunal Disciplinario del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) seccional Mérida. Era un hombre muy humilde, como todo sabio que sabe enseñar sin mezquindades»
Orlando Oberto Urbina
bajarigua@gmail.com
Diario FRONTERA, Ejido, Estado Mérida.
A Manuel Isidro Molina Peñaloza (hijo)
A la memoria de Gustavo Molina
Fue un hombre que marcó huella, y dejó un legado de enseñanza en varias generaciones de periodistas. Este ilustre maestro emprendió desde muy joven la tarea de autoformarse, lo que le valió la oportunidad de convertirse en un destacado maestro. Quedó huérfano de madre al nacer, y fue criado por su padre Ángel Molina. Desde muy chico aprendió el oficio de tipógrafo e impresor en aquellos tiempos de dictadura (de Gómez) que azotaba a Venezuela.
Este ilustre maestro del periodismo fue enjuiciado en 1939 junto a otros de sus compañeros, como Miguel Rodríguez Rivas, por un par de artículos de opinión contra el gobierno regional de Trujillo para esa época, los cuales fueron publicados en el Semanario “En Marcha”, y también en 1936 en “el Correo del Interior”. Para aquel momento de su residencia en Valera, este gran maestro se convirtió en aquel periodista que asumía la defensa de los oprimidos al llamar las cosas por su nombre, destacando así su formidable actividad junto a otros hombres como Armando Guerrero Matheus, Miguel Rodríguez Rivas, y Hernán Rosales, quienes entendieron la gran responsabilidad del periodismo en los andes.
Muchos de ellos sufrieron persecuciones, palizas, y otros como Manuel Isidro Molina Gavidia y Miguel Rodríguez Rivas, fueron sometidos a juicio penal. Sin embargo, era inevitable la calidad del oficio de ambos. Una muestra de ello está en el nro. 21 de “El Correo del Interior” del 19 de mayo de 1934, cuando Rodríguez Rivas agradece a Manuel Isidro Molina Gavidia la entrega de un ejemplar del Quijote para su revisión y lectura.
Manuel Isidro padre nació en Valera el 10 de diciembre de 1915, en el estado Trujillo. Se inició en el mundo del periodismo con los semanarios “Marcha” en 1937, “Crisol” en 1941, en “Cocoliso”, así como en otros periódicos culturales y humorísticos de ideas avanzadas que van a ser medios de protesta antigubernamental. Por consiguiente, fue un periodista que le toco vivir las épocas duras propiciadas por los tiempos de dictadores, tanto los tiempos de Gómez como los del general Marcos Pérez Jiménez. El maestro Manuel Isidro ejerció el periodismo en Trujillo, su tierra natal en los años 30. Desde muy joven sufrió cárcel y persecuciones que de forma constante vivía por parte de los esbirros de la Seguridad Nacional (SN).
El maestro nos dejó sus enseñanzas en cuanto al esfuerzo de estudiar, y con grandes sacrificios ingresa a la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela (UCV), de la cual egresó como periodista y se incorporó a la docencia. En esta casa de estudios va a ejercer la investigación en cuanto al periodismo científico: se ganó el aprecio y respeto de sus colegas, y pasó a ser elegido presidente del Círculo de Periodismo Científico (CPCV); luego fue directivo de la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP); fue director del Instituto de Previsión Social del Periodista (IPSP), y en 1969, es galardonado con el premio nacional de periodismo de investigación.
Tuve el honor de compartir con Manuel Isidro Molina Gavidia en Mérida, para ser parte del Tribunal Disciplinario del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) seccional Mérida. Era un hombre muy humilde, como todo sabio que sabe enseñar sin mezquindades. En esa época conocí a través del maestro Manuel Isidro a Salvador Perdomo, otro meritorio hombre del periodismo venezolano, quien se había venido a vivir a Mérida, que tanto ha dado una historia brillante del periodismo de provincia. En aquellas épocas tuvimos muchos periódicos, y nunca había faltado el papel para las empresas periodísticas. Nunca había quedado tan desinformada una sociedad como la actual, con tanta opacidad informativa. Sin embargo, gracias a aquellos grandes maestros del periodismo, podemos evaluar todo ese aprendizaje que nos legaron.
Para este 10 de diciembre se conmemoran 109 años de su natalicio, la de un ser autodidacta, tipógrafo e impresor. Maestro de grandes hombres: Pepe Barroeta, Adriano González León, Francisco Prada, entre otros. También fue militante del Partido Comunista de Venezuela (PCV). Este maestro llegó a ser director de la escuela de Comunicación Social de la UCV; contrajo matrimonio con la Sra. Maura Peñaloza de Molina.
Nuestro gran Maestro Manuel Isidro Molina Gavidia falleció el 14 de Julio de 1998. Había sido un luchador y gremialista de la AVP (la Asociación Venezolana de Periodistas), del Sindicato Nacional de la Prensa (SNTP), del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) y del Círculo de Periodismo Científico de Venezuela (CPCV).
En 1969 se hizo merecedor del Premio Nacional de Periodismo, Mención Investigación. Recuerdo muy bien uno de sus grandes inventos para el ejercicio periodístico: el Diagrámetro ("molinómetro"), ese instrumento que podía medir todas las variables de la diagramación, que se utilizaba para medir centimetraje por columna, y facilitaba el trabajo a los diseñadores y a los periodistas.
Señalaba la importancia del periódico en la región porque Manuel Isidro Molina Gavidia decía: “Un diario juega en la vida de una comunidad un papel comparable al desempeñado por una gran escuela, un teatro, una gran fábrica, etc. La aspiración es alcanzable”. Porque estaba bien claro para el maestro Manuel Isidro que la verdadera opinión pública está muy bien representada en un medio impreso, ya que esa noble finalidad de seguro guardián de la moral y de la vida recta de los ciudadanos.
Este ilustre maestro de maestros nos hizo ver que el periodismo va más allá de las acostumbradas noticias. El periodismo es compromiso de comunidades y asumir el verdadero papel que debe tener un periodista como orientador de una sociedad. Vaya este sencillo tributo de justiciera evocación a un gran periodista que nos dejó como baluarte un periodismo combativo, honesto y sincero.
Con su amantísima esposa, profesora Maura Peñaloza de Molina, en tiempos del retiro en su cabaña de montaña, entre Mérida y Ejido. |
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