Hoy 27 de junio, celebramos nuestro día profesional, instituido por la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP) en 1966, como exaltación a la valía histórica del periodismo patriota, en conmemoración del nacimiento del CORREO DEL ORINOCO, cuya primera edición vio luz el 27 de junio de1818.
Es una celebración de historia y compromiso, de reconocimiento a quienes desde 1818 hasta este complicado 2020, hemos compartido valores y valentía para contrariar tendencias perversas de los factores de poder que parecen predestinados a torcer la verdad y ocultar los sufrimientos y anhelos legítimos de nuestro pueblo.
Los periodistas somos eso: transgresores de los poderes restrictivos de la verdad y los derechos de la sociedad, cualquiera sea su naturaleza: política, económica, comunicacional, policial, militar o delictiva. Y lo hemos demostrado sufriendo despidos, maltratos, cárcel, juicios amañados y hasta la muerte, históricamente, tanto en Venezuela como en América Latina y el Caribe, y el mundo. Muy distinto a la vergüenza de quienes desde el periodismo se han convertido en mercenarios al mejor postor: los "palangristas", perversos y arteros.
Las agresiones policiales y militares contra los periodistas en ejercicio profesional, son inadmisibles y condenables. Igual, la complicidad de fiscales del Ministerio Público y jueces de la República, que le asignan "legalidad" a tales atropellos y corren juicios amañados sobre falsas acusaciones represivas, imputaciones fuscales falaces y calificaciones judiciales mendaces, junto con "medidas cautelares" que imponen "silencio judicial" a los periodistas agredidos, víctimas de un Sistema de Justicia corrompido y pervertido al servicio del poder de turno.
La interferencia política partidista del ejercicio profesional es evidente y altamente negativa, hoy en Venezuela:
1. El gobierno y otros poderes del Estado han cerrado las fuentes informativas a los medios de comunicación social independientes, y la censura y la manipulación han sido impuestas como política de Estado sobre el Sistema Público de Medios de Comunicación Social, convertido en un aparato de propaganda partidista, sectaria y contraría a la vigencia de la pluralidad democrática constitucional, convertida en "letra muerta".
2. Enfrente, se ha tejido un dominante sistema privado de medios bifronte: unos adosados al gobierno restrictivo; y otros, a las políticas partidistas "opositoras", muchas veces por intereses pecuniarios y con financiamiento turbio de procedencia nacional e internacional.
Esta perversa realidad niega los derechos constitucionales a la libertad de expresión y a la información veraz y oportuna: propaganda y manipulación no son periodismo ni sirven al pueblo venezolano, que debe ser el compromiso de todo periodista capaz y comprometido con el ejercicio profesional enmarcado en el Código de Ética del Periodista Venezolano (1973/2013), la Ley de Ejercicio del Periodismo (1994) y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), especialmente en sus artículos 57, 58 y 337.
El Colegio Nacional de Periodistas y otros entes gremiales deben atender urgentemente, está complicada y adversa realidad que afecta el ejercicio profesional del periodismo y los derechos constitucionales del pueblo venezolano. Su defensa del ejercicio profesional ético y comprometido con su misión legal y constitucional en el actual marco de tragedia histórica, debe ganar firmeza e independencia frente a los perversos factores de poder que restringen y desnaturalizan el flujo comunicacional en Venezuela. Esto implica una discusión gremial para las rectificaciones necesarias, que conlleven a la restauración del CNP como casa de la pluralidad nacional. No debe ser nuestro más importante y representativo ente gremial, parte de la irracional confrontación política que ha empobrecido a nuestra patria. El CNP debe zafarse del cepo de la destrucción nacional que nos ha volcado a esta forma de vida que rechazamos casi la totalidad de venezolanas y venezolanos. La parcialización militante del CNP hacia los planes y ejecutorias de una de las partes del conflicto destructivo que nos afecta como sociedad, es un error que debe ser enmendado con valentía y responsabilidad para servir mejor a Venezuela.
Reciban, colegas periodistas, mi respeto y afecto de siempre, apegado a la verdad, la ética y el compromiso histórico de nuestro gremio y nuestra bella y digna profesión. En Angostura, hace 202 años, el Libertador Simón Bolívar y sus contemporáneos comprometidos con la libertad e independencia nacional en lucha contra el imperio colonial español, iniciaron el camino que nos ha tocado transitar hoy, como continuidad generacional. Hagámoslo rindiéndoles honor y gloria, sirviendo mejor y más a nuestro pueblo, tan engañado, manipulado y traicionado.
¡Celebremos la dignidad del periodismo venezolano!
Manuel Isidro Molina
Ex presidente del CNP
manuelisidro21@gmail.com
27 de junio de 2020
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