Pino Pascucci S.
Con respecto al tema sugerido, el Glosario de filosofía cuando refiere que la
sindérisis es una palabra de origen griego, syntéresis, de synterõ, conservación, conservar. Palabra también del latín de la Edad Media que alude al discernimiento, al sentido común, algo ausente por cierto en muchos momentos y en no pocas acciones y conductas.
Syntéresis es también discreción, que al derivar de Sytéreo nos indica prestar atención, observar. Me permito añadir: observar con inteligencia y mucho sentido crítico y autocrítico, importante esto último para la praxis política y para el liderazgo exitoso.
También se dice de la sindéresis que "es la capacidad del alma para poder diferenciar el bien del mal", saberlo distinguir sin que ello signifique un dilema maniqueo, reduccionista. Cierto es que la política es de una complejidad tal que trasciende simplismos y la sindéresis es un buen recurso en incontables situaciones.
Agréguese que, igualmente, en un sentido filosófico la sindéresis también constituye una adecuación o capacidad que permite "captar y reconocer los primeros principios morales". Estos últimos tan ligados al ethos vital. La la ética, lamentablemente, ha sido preterida y vista con poco aprecio en ciertos procederes en política. Algunos se han empeñado en querer divorciar la política de la ética. Al respecto el filósofo centroamericano Serrano Caldera ha dicho que en la polis griega "...era un sin sentido la existencia de la política sin la ética, porque toda política debe ser una una ética en su desarrollo".
Por su parte, los Escolásticos se referían a la sindéresis para recordar que los seres humanos estamos en capacidad de distinguir lo bueno de lo malo, y al mal le otorgaban un valor absoluto; por consiguiente, dada la capacidad racional que naturalmente tenemos, el mal se ve casi que intuitivamente. Del mismo modo, en forma natural, también, hacemos uso de los principios del razonamiento entre los que se encuentra el principio aristotélico de "no contradicción".
Creo que toca hacer mucha reflexión, propiciar unidad, grandeza, abandonar la autoliquidación y asirse a una buena dosis de sindérisis para no ser vencidos por las contradicciones. Hace falta tal elercicio en Venezuela y en el mundo entero, más aún cuando observamos las más absurdas conductas, los ejercicios políticos más autoritarios y el ataque a la democracia, concebida ella como un ideal en permanente y necesaria construcción.
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