MANUEL ISIDRO MOLINA
Nadie puede imaginarse superar la macro crisis que sufre Venezuela sin derrotar la polarización PSUV-MUD que tanto ha maltratado al país, empobrecido a nuestro pueblo y humillado la dignidad nacional. Lo afirmo muy en serio, sin vacilaciones y con la voluntad de contribuir a la construcción de una fuerza alternativa que supere a ese liderazgo bipartidista corrompido e irresponsable que nos mantiene entrampados.
Respeto a quienes piensan que el PSUV o la MUD son solución de algo con su sectarismo, irracionalidad, corruptelas e irresponsabilidades consuetudinarias. Pero debo resaltar y reafirmar que están muy equivocados, independientemente del derecho que tienen a creer, respetar y dejarse guiar por quienes han arruinado al país, lo han saqueado y se lo disputan como un botín. Y menos razón –tal vez ninguna- tienen los tarifados testaferros (¿”enchufados”?) de ambos bandos que han saqueado la nación y descalabrado la economía venezolana con la expatriación de capitales –sucios y limpios-, el tráfico de influencias y el enriquecimiento ilícito desde 1983 hasta el presente, sin solución de continuidad ni diferencias de colores dizque “políticos”.
Derrotar la polarización PSUV-MUD no será un acto de magia, ni tampoco un proceso fácil o inmediatista. Es tarea urgente de la mayoría del pueblo venezolano que hoy puede apreciar perfectamente la derrota estratégica de la MUD y el auto engaño del PSUV de un supuesto “triunfo” contra el 60 % de quienes no concurrimos a votar el 30J por la impuesta Asamblea Nacional Constituyente “a la carta”, sobre bases comiciales fraudulentas e inconstitucionales decretadas premeditadamente por el presidente Nicolás Maduro y aceptadas complaciente e irresponsablemente por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en Sala Constitucional.
Nunca objeté la facultad presidencial para convocar la ANC (Art. 348), pero sí las bases comiciales. Peor aún, fue el abuso de poder y el ventajismo gubernamental –típico del PSUV y el declinante “Gran Polo Patriótico”, adosados a los recursos del Estado, el peculado de uso, el peculado doloso, malversación de partidas, el financiamiento por testaferros contratistas del sector público y el manejo abundante de dinero proveniente de las mafias de la corrupción nacional, regional y municipal-.
Esta vez –el 30J- el gobierno/PSUV llegó al paroxismo de la furia sectaria y la coacción de funcionarios y beneficiarios de políticas sociales, con todo tipo de amenazas y chantajes, al extremo de golpear la dignidad humana de los más pobres anunciándoles la posibilidad cierta -¡qué horror!- de excluirlos del suministro de alimentos subsidiados, empleos, créditos y otros beneficios de las políticas sociales financiadas con recursos de la sociedad, del pueblo, del Estado, que no son precisamente propiedad alguna del PSUV y su burocracia pudrimillonaria.
Esa humillación masiva de centenares de miles de hombres y mujeres de la patria -familias enteras obligadas a votar el 30J-, el pueblo se la va a cobrar al presidente Nicolás Maduro y al PSUV, cuya fuerza principal radica hoy en los recursos del Estado, el abuso de poder y la corrupción.
Sin los recursos del Estado, el PSUV se convertiría en un micro partido, en cuestión de años, igual que le ocurrió progresivamente a AD y COPEI, desde 1989 hasta el presente: el primero vivió una diáspora que lo mantiene en torno al 5 % de las preferencias en la opinión pública; y el segundo, se hundió en la condición de menos que micro partido, por debajo del 1 % de esas preferencias; después de la migración ultra derechista y neoliberal hacia Proyecto Venezuela, Primero Justicia, Voluntad Popular y Vente Venezuela, o al burocratismo y la corrupción de Un Nuevo Tiempo y Alianza Bravo Pueblo.
Esa degradación política “opositora” se ha producido bajo el manto ideológico sistematizado de organizaciones financiadas con abundantes aportes financieros privados nacionales y extranjeros como CEDICE (Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad) y el IESA (Instituto de Estudios Superiores de Administración), piezas importantes (no las únicas) en la desnaturalización de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) como engendro neoliberal y pro imperialista, gravemente secuestrado por subalternos del uribismo colombiano, el Comando Sur del poderoso Ejército estadounidense, la ultra derecha republicana representada por el senador Marco Rubio y el presidente Donald Trump, y las rancias oligarquías latinoamericanas.
Nunca esa derecha neoliberal y pro imperialista había tenido tanto espacio político y social en Venezuela, gracias a los garrafales errores, la corrupción, el autoritarismo, el abuso de poder y las irresponsabilidades históricas de los gobiernos de los presidentes Hugo Chávez Frías (qepd) y Nicolás Maduro Moros, prisionero de las mafias heredadas de la precedente etapa 1999-2012. También la profunda polarización bipartidista cultivada por las cúpulas del PSUV y la MUD y sus entornos económicos y comunicacionales, a servido la mesa al cepo PSUV-MUD.
El bipartidismo del siglo XXI ha construido un tinglado “polarizado” monstruoso pero derrotable, dada la frustración colectiva nacional, el desprestigio de las dirigencias de ambos bandos, y la voluntad mayoritaria de vivir en paz, exigir decencia en la función pública, apostar a un desarrollo armónico y equilibrado distinto a las recetas neoliberales y estatistas, y abrazar la solidaridad y el optimismo propios del pueblo venezolano con decisiva participación protagónica.
Derrotar la polarización PSUV-MUD es posible, si comenzamos desde ya. Venezuela es una nación libre, plural y soberana, solidaria y trabajadora, mayoritariamente honesta y decente, pero prisionera de unos pocos estafadores de la confianza pública, traidores a los compromisos jurados ante la patria y el pueblo, y hoy desnudos con sus intereses mezquinos ante una mayoría que no les cree ni está dispuesta a permitir que terminen juntos de hundirla.
No crean los dirigentes de PSUV y la MUD que son condueños de Venezuela. La mayoría no está con ellos; los acusa y les exige abandonar la politiquería y sus manipulaciones encubridoras de tantos delitos y deslealtades. El pueblo venezolano lo sabe, incluso los seguidores de la oposición/MUD y el gobierno/PSUV.
El gobierno del presidente Maduro está “muerto históricamente”, escribí el año pasado. Y lo está, no importa que le haya salido “bien” su “jugada maestra” al convocar la ANC. La impuso con todos los entuertos descritos, pero sigue teniendo en contra a la mayoría del país, por lo que los aspavientos jacobinos de algunos constituyentes son su principal enemigo, que al final pueden resultar en majadería pura.
Derrotar la polarización PSUV-MUD no solo es posible sino indispensable, si queremos transformar para bien a Venezuela, decididos a cambiar todos e involucrarnos en los esfuerzos democráticos y solidarios que reclama nuestro sufrido y traicionado pueblo, amante de la paz, la libertad y la vida armónica con justicia social.
EL CONFESIONARIO
· AHORA ES QUE EL GOBIERNO/PSUV se viene a “enterar” que en la Fiscalía General de la República funciona una gigantesca mafia de extorsionadores coordinada por personas del entorno de la ex fiscal general Luisa Ortega Díaz. Lo dijo Tarek William Saab, nuevo FGR decretado por la ANC. Le exigimos que no se quede en sanciones y complicidades ”a la carta”.
· LOD EJERCIÓ EL CARGO DURANTE 10 AÑOS, lo que la hace cómplice de la corrupción cultivada en los gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro; y especialmente de las mafias extorsivas integradas por fiscales del Ministerio Público.
· LA CORRUPCIÓN PROFUNDA DEL SISTEMA JUDICIAL –complotados fiscales, policías y jueces corruptos- también la compromete. Claro, el gobierno –con el corrupto clan Cabello a la cabeza- no ataca a LOD y la defenestró en defensa de la moral pública sino por “desleal y traidora”, con el mismo modus operandi que Chávez le aplicó a su ex ministro de Defensa y compadre Raúl Isaías Baduel.
· LLAMA LA ATENCIÓN –no me extraña- que en la ANC, la palabra “corrupción” parece proscrita. Tampoco Maduro la pronunció el jueves pasado. Ni hablan del tema, no vociferan contra los corruptos, como lo hacen contra “el imperio”, “los terroristas” y “los traidores”. ¿Será por aquello de “nombrar la soga en casa del ahorcado”?
@manuelisidro21 - @manuelisidroXXI
* Ex presidente del Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela
* Licenciado en Comunicación Social - Universidad Central de Venezuela
* Especialista en Ciencia Política - Universidad Simón Bolívar
* Columnista del semanario LA RAZÓN
Asesor en análisis de entorno político y social
Coordinador del Movimiento Popular Alternativo (MPA)
movimientopopularalternativo.org.ve
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