Henrique Capriles Radonski, desde el comando de la oposición neoliberal y macartista, ha convocado una marcha en rechazo al allanamiento de la inmunidad parlamentaria al diputado de Primero Justicia, por el estado Aragua, Richard Mardo, contra quien el Tribunal Supremo de Justicia encontró méritos para su enjuiciamiento por los presuntos delitos de enriquecimiento ilícito y defraudación tributaria.
Muy al estilo "chavista", el presidente Nicolás Maduro, desde el comando gubernamental (Gobierno+PSUV), respondió casi inmediatamente con el anuncio de un desfile oficialista "contra la corrupción", como si los pudrimillonarios chavistas no hubiesen roto un plato en estos 14 años de latrocinio asqueante.
Este sábado 3 de agosto, tendremos más de lo mismo: una marcha oposicionera y una contramarcha gobiernera, como es costrumbre en la Venezuela del cepo chavismo-antichavismo, ese neobipartidismo corrupto implantado para buena parte del primer cuarto del siglo XXI.
Capriles no tiene cómo justificar -y nadie puede hacerlo- el manejo masivo de dinero en el que ha incurrido el diputado Mardo, por lo que la marcha convocada por él, será algo así como la expresión de la "solidaridad automática" con quienes desde el campo opositor son acusados y procesados judicialmente por presuntos hechos de corrupción. La debilidad de esa convocatoria es moralmente protuberante, es decir, totalmente inmoral. Ante una acusación como la que pesa sobre Mardo, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), con todas las reservas que pudiera blandir políticamente, lo que debió hacer en la Asamblea Nacional al momento de considerarse el allanamiento de la inmunidad parlamentaria del Richard Mardo, hubiese sido abstenerse de votar y permitir la investigación penal solicitada por la Fiscalía General de la República. Defender presuntos corruptos por el solo hecho de ser "opositores" o militantes de Primero Justicia o de cualquier otro partido de la MUD, es lo más inmoral que pueda existir, en un país en el cual la crisis ética y moral es el peor de nuestros males.
Maduro introduce en la escena política venezolana, un caradurismo sin precedente, simplemente porque él sabe y todo mundo conoce, que como Presidente de la República ha heredado el gobierno más corrupto de nuestra historia y de América Latina y el Caribe. Convocar una marcha "contra la corrupción" para responder la inmoralidad de Capriles, es otra inmoralidad. ¿Quiénes encabezarán la movilización gobiernera? ¿Quienes pulverizaron el bolívar con las mafias financieras dirigidas desde el Banco Central de Venezuela y el ministerio de Finanzas, Cadivi Sitme-Sicad y la banca pública? ¿Los capos de los potes aduanero y aeroportuario?
¿Los clanes pudrimillonarios de Cabello, Rangel, Merentes y los gobernadores enriquecidos hasta el asco con elgigantesco e impune tráfico de influencias y asociaciones para delinquir (mafias)?
Si no fuera tan brutal e insostenible ese grado de cinismo, nos revolcaríamos de la risa. Quiero ver a esos capos, cada uno con sus pancarticas "anticorrupción" por las calles de Caracas.
Las dos marchas "anticorrupción" de mañana, son muestras de la debacle moral que sufrimos en Venezuela, bajo el imperio asfixiante y cínico del cepo chavismo-antichavismo, entre cuyos dirigentes se encuentran los peores y más nauseabundos ladrones de recursos públicos.
Ambas manifestaciones serán, en conjunto, una afrenta a la dignidad del pueblo venezolano, mayoritariamente honesto, trabajador y solidario. Merecemos un país decente, sin tanto pillo desfilando con el culo al aire.
MANUEL ISIDRO MOLINA
@manuelisidro21
manuelisidro21@gmail.com
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