Es, precisamente, este inquietante palpitar del alma lo que hace desde mucho tiempo el amigo Aníbal Núñez, el poeta de esa sal blanquecina que brota de las entrañas de Araya, su lar nativo. Es esa sal impregnada de historia, sudores, sueños y sacrificios la que inspira a este bardo a escribir y declamar versos que nutren el sentir penínsular hacia un horizonte de lucha y superación. No es para menos, forma parte de ese valioso terruño donde vio la luz el excelso poeta Cruz Salmerón Acosta.
Confieso que conocí personalmente a Aníbal Núñez hace unos cuantos años en Araya por intermedio de Manuel Ruiz, gran dirigente del MAS a carta cabal y a quien le debo parte de mi formación política (Dios lo tenga en la gloria). Fue un encuentro muy ameno en su casa donde hablamos de poesía y problemas comunitarios. Nos atendió muy bien y aprovechó para regalarnos uno de sus poemarios titulado "Raíces de mi pueblo", publicado por la editorial El perro y la rana en el 2011. También nos refirió de la grave situación de los trabajadores de las salinas de Araya, de sus luchas al frente de esa justa causa. Esa ha sido hasta hoy su peregrinaje.
Aníbal Núñez, ese enjundioso poeta, no ha desmayado. Supe que, por concurso y méritos propios, fue designado por el Concejo Municipal de Cruz Salmerón Acosta como Cronista Oficial, labor que desempeña con idoneidad y profesionalismo. A mediados del año pasado tuvimos la oportunidad de encontrarnos en Casanay, a propósito de una reunión de la Asociación de Cronistas del Estado Sucre. Volvimos a intercambiar ideas sobre la cultura y el acontecer socio-político de la región. Desde allí no hemos coincidido. Pero he seguido de cerca su admirable lucha como Presidente de la Asociación de Jubilados de las Salinas de Araya.
Es esa entrega por la vida lo que hace grande a este hijo de Araya. Verso, crónica y lucha gremial forman una trilogía en él para trascender en medio del lagrimal de la sal. Su mundo de vida está abrazado a esa península con mucha historia, rica de sal y poesía; pero, también, de llantos y lamentos. Aníbal Núñez está allí junto a su Araya querida y abnegada. Ha anunciado que volverá al portón principal de la empresa salinera a reclamar con sus compañeros las justas reivindicaciones. Esas que son parte de su historia laboral con la sal y de las que ha incumplido el actual gobernador de Sucre. Es la voz del poeta que se levanta en el lagrimal de la patria, evocando a los hijos de sal desde la laguna madre en Araya.
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