«Hago un llamado al Presidente Nicolas Maduro, igualmente un llamado al fiscal general de la República, Tarek William Saab, para que me ayuden y se haga justicia, que revisen mi caso por favor». |
Saludos, bendiciones a mis paisanos de Barinas, a todos los venezolanos que puedan conocer mi historia que parece sacada de un programa de televisión o de una historia de terror, pero tristemente es la realidad de lo que viví y vivo.
Mi nombre es Nancy Coromoto Zarate Moreno nacida en Barinas. Mi papá, un barinés muy conocido llamado Luciano Zarate, reconocido personaje de la ciudad de Barinas, Odontólogo de profesion con Doctorado en Cirugía Infantil graduado en la Universidad de los Andes (ULA). Mi papá, un hombre ejemplar con una sensibilidad humana extraordinaria, poeta, escritor pero sobre todo un filántropo en toda la extensión de la palabra; la ciudad de Barinas le tenía gran estima, mi padre tuvo una gran influencia en mi vida por el ejemplo que nos dió, él me sembró los principios morales, dejando una huella imborrable en mi vida. Mi madre Gracia Moreno, mujer noble de origen humilde del piedemonte barinés, inculcó en mí las bases de lo que significa un hogar y la enseñanza de una buena sazón en los fogones de leña y querosene para luego usar el arte culinario en cocina de gas doméstico. Soy madre de 2 hijas llamadas Nathalia y Sabrina, ellas son el tesoro más grande que Dios me regaló, hijas de un empresario muy conocido en Barinas como lo es Franco Mannina. Mi hija Sabrina Mannina es conocida en Barinas porque le regaló a su Estado el primer Mini Venezuela, realizado en Venevisión. Hoy mis hijas, ya unas mujeres, viven al otro lado del océano Atlántico, persiguiendo sus sueños y logrando las metas que se forjaron en su niñez y sufriendo por todo el proceso injusto en el cual me veo involucrada. Soy una mujer creyente en el infinito poder de Dios.
He sido bendecida porque he visto cómo aún en las peores circunstancias, en las más aciagas vicisitudes he podido ver su inmensa misericordia, a pesar de ser víctima de un sistema judicial que lamentablemente está corrupto, donde los jueces hacen lo propio para lograr sus beneficios sin mirar los atropellos que se cometen a diario contra muchos ciudadanos víctimas de injusticia como la que estoy padeciendo.
Este es mi caso:
A principios del año 2019 conocí a una pareja cristiana, que según ellos tenían el Ministerio Pastoral. Ambos fueron a mi casa a orar y alabar a Dios, nos hicimos amigos. Al pasar los días, el "pastor" llamado Ritter Herrera se mostraba como un hombre espiritual, tanto así que le agarré confianza por sus palabras llenas de sabiduría fundamentada en las sagradas escrituras.
En el año 2019, la escasez de billetes venezolanos era muy fuerte, el nuevo cono monetario era difícil de conseguir. Yo estaba en busca de los pasajes para dirigirme a Maracay, por prescripción facultativa debido a la aparición de una calcificación en la hipófisis, lo que derivó en un alza de la prolactina que hizo que se produjera un quiste ductal de la mama derecha.
Debía realizarme varios exámenes tanto de laboratorio como de medicina nuclear (resonancia magnética con contraste, tomografía y eco mamario).
En Junio del 2019, Ritter Herrera se entera que yo necesitaba ir a Maracay, así que se ofreció llevarme en calidad de 'cola', siempre y cuando nos fuéramos por la vía de Apure, porque tenía que entrar al pueblo de Elorza a hacer una diligencia y luego por la vía de Guárico, me dejaba en Maracay.
Confiada que era un hombre de Fe, pues acepté la invitación ya que no había conseguido el efectivo para los pasajes.
Iniciamos el viaje el 19 de Junio del año 2019. Durante el trayecto vía a Elorza, empiezo a notar en el pastor que su manera de hablar era diferente: ya no hablaba como un hombre cristiano sino como un hombre mundano, decía una que otra grosería. Eso despertó en mí cierta suspicacia porque antes de llegar al pueblo de Elorza, me comentó que me iba a dejar en un restaurante mientras él iba a un taller a revisar el carro que según, tenía un desperfecto mecánico.
Yo le dije que no veía que el carro estaba dañado, pero él insistía que sí, así que me dejó en el restaurante. Así pasaron 2 horas y el supuesto "pastor cristiano" no aparecía, había llamado a su teléfono y lo había apagado.
Hice 2 llamadas a 2 amigas diciéndole lo que me estaba sucediendo. De hecho, esas 2 amigas y los mensajes que les envié comentado que el pastor Ritter se estaba comportando de manera extraña, fueron pruebas fehacientes de mi inocencia de lo que a continuación iba a suceder.
Al cabo de 2 horas y media, se apareció el supuesto pastor excusándose de que el carro lo estaban reparando y que había puesto el teléfono a cargar porque se había apagado por falta de batería.
Emprendimos el viaje hacia mi destino, Maracay, pero al llegar al puesto de la GNB de "Corozopando" en el estado Guarico, el supuesto pastor se contradijo en unas respuestas que había dado cuando unos de los guardias le formuló unas simples preguntas, asi que fuimos conminados para realizar una revisión de rigor.
El sargento que me atendió, me preguntó qué hacía, adónde me dirigía; y le expliqué que iba a un chequeo medico, vió mi carpeta de órdenes médicas. Pero para mí mayor sorpresa, fue que más tarde me notifica que estoy detenida porque consiguieron sustancias ilícitas en el vehículo donde viajaba. Yo no entendía aún la situación, hasta que supe la gravedad del asunto y mi reacción fue violenta, pegaba gritos desesperados: yo quería arremeter contra el falso pastor, que se había aprovechado de mi buena fe.
Los guardias me trataban de contener para que no golpeara al falso pastor, le preguntaron al ciudadano Ritter Herrera que quién era yo, él les comentó que yo era una simple 'cola', declaración que fue puesta en el acta policial y la cual en ese mismo momento debían haberme liberado porque no tenía ninguna responsabilidad con el chofer que había cometido el delito.
Me detuvieron en la cuidad de Calabozo, en el puesto de la Guardia Nacional.
Jamás en mi vida había pisado una Comandancia Policial ni de la Guardia Nacional, ahí mi vida se convirtió en un infierno.
Me esposaron durante meses junto a una mujer que había cometido asesinato, los días y noches de dolor en mi alma eran insoportables, le preguntaba a Dios del porqué siendo una mujer de hogar, una mujer de valores y principios estaba pasando esa injusticia.
En las noches escuchaba los gritos del supuesto "pastor" recluido en la celda de los hombres, diciendo a todo pulmón "Señora Nancy, perdóneme, no quise involucrarla en esto, perdóneme por favor". El remordimiento de conciencia de ese hombre le estaba haciendo estragos.
Pasé julio, agosto, setiembre, octubre, noviembre y diciembre del 2019, en un calabozo durmiendo en el piso.
El día 8 de enero del 2020, el ciudadano Ritter Herrera asume la responsabilidad del hecho y es condenado a 10 años de prisión.
Yo sigo en juicio pasando la pandemia del 2020, así como el 2021, para tratar de demostrar mi inocencia. Durante el juicio, las pruebas que se presentaron no fueron suficientes, el 27 de septiembre de 2021 increíblemente me condenan a 20 años de prisión, sin ninguna prueba en mi contra. Tanto el fiscal como mi defensa le hicieron un vaciado a mi teléfono encontrándose completamente limpio, sin ningún mensaje que me vinculara con el supuesto pastor cristiano y por ende el traficante de sustancias prohibidas, mis cuentas bancarias de depósitos limpios de buena procedencia, las declaraciones de los mismos guardias que presentó la fiscalía, fueron a mi favor: dos testigos presenciales que también presentó la fiscalía, relataron los hechos donde el ciudadano dijo que yo era una 'cola', los guardias usaron su máxima experiencia en declarar que mi actitud de asombro era genuina, no era fingida. En fin, el Ministerio Público no hizo una investigación seria y profunda para determinar que yo era totalmente inocente, porque lamentablemente el juez que llevaba el caso, ya tenía mi condena lista.
Posteriormente, en el año 2022, hago mi apelación y afortunadamente es declarada "¡Ha Lugar!"
Se encontraron muchas irregularidades, ¡el juicio estaba completamente viciado!
Así que comienzo un nuevo juicio. No me importaba durar más tiempo en la cárcel, mi prioridad era demostrar mi inocencia, pero el 12 de diciembre de 2023, asombrosamente fui condenada a ¡13 años de prisión! ¡Una condena mayor que la del autor material del hecho punible, que por cierto ya debe estar libre y yo todavía encarcelada en la comisaría policial de Calabozo del Estado Guárico. Fue una abominación jurídica en el Sistema Judicial Venezolano.
El tribunal de Calabozo del Estado Guárico ha estado inmerso en una serie de denuncias, debido a los atropellos que allí se cometen: los jueces ejecutan sin tomar en cuenta las pruebas, solo impera la corrupción ya que se negocia la libertad de un ciudadano por dinero. Yo quiero que mi caso se haga viral, les pido encarecidamente que compartan esta información, ya que he sido víctima de una gran injusticia. Yo simplemente quería llegar a Maracay a buscar una solución a mis problemas de salud.
Ya tengo 5 años y 4 meses pagando por un delito que no cometí, soy una mujer de 60 años, una mujer de la tercera edad que solo clama justicia.
Esta es una historia digna de hacer un documental en Discovery o History Channel.
Hago un llamado al Presidente Nicolas Maduro, igualmente un llamado al fiscal general de la República, Tarek William Saab, para que me ayuden y se haga justicia, que revisen mi caso por favor.
Existe una comisión presidencial que se formó para evitar que los jueces hagan un negocio con los casos de los ciudadanos, podemos ver cómo la Comisión Presidencial y el Ministerio Público están limpiado el Poder Judicial, ya han caído varios jueces y fiscales por corruptos. Solo pido como Venezolana que se escuche mi voz, que mis derechos como Venezolana sean respetados y se aplique la verdadera Justicia.
Aquí estando presa, aunado a mi problema en el seno, me dió artritis, ya entre a la edad de una mujer anciana, solo deseo volver a mi tierra, a mi linda Barinas.
Volver abrazar a mi familia, reunirme con mis hijas y vivir como siempre he sido, como una mujer de valores y principios, una buena ciudadana, una Barinesa orgullosa de su tierra. Quiero pasar mis últimos días viendo mi Llano, mi hermoso río Santo Domingo, poder disfrutar de un coporo frito, caminar libre por mi linda Barinas.
Solo pido que se haga Justicia.
Si les nace de corazón reenviar esta publicación para que llegue a las más altas esferas judiciales del país, Dios se los va agradecer .
Dios los bendiga grandemente.
Se despide una Barinesa de corazón.
Nancy Zárate
Noviembre, 2024.
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