MANUEL ISIDRO MOLINA
El senador y ex presidente Álvaro Uribe Vélez entró en conflicto con su pupilo Iván Duque, presidente de Colombia, de quien ha dicho que lo tiene "defraudado" por su comedimiento militar en cuanto a una invasión a Venezuela patrocinada por el Comando Sur de Estados Unidos, guerra en la que los soldados colombianos serían lanzados como "carne de cañón".
Uribe es considerado un genocida impune por sus políticas de exterminio desde la Presidencia de la República (2002-2010) y delincuente de amplio prontuario por su alianza con las mafias del narcotráfico y las sanguinarias bandas paramilitares para el control y coacción de la población para garantizarse la reelección (2006) en el Palacio de Nariño, fenómeno conocido en Colombia como "parapolítica", por lo que decenas de ex parlamentarios y ex funcionarios de su gobierno están encarcelados o bajo juicios penales en libertad condicional.
Duque en conflicto con su mentor
La conocida revista Semana ha dado cuenta desde Bogotá, de las divergencias entre ambos políticos. En un reportaje titulado Duque y Uribe, 50 días de desencuentros. Fue en septiembre de 2018, cuando los periodistas colombianos dieron parte de las importantes diferencias, resumidas así:
"La consulta anticorrupción, el salario mínimo y la reforma a la justicia son algunas diferencias que mantiene el presidente con el jefe de su partido político. Las posturas contrarias, sin embargo, se interpretan como una estrategia de doble discurso, más que como una fractura entre ambos líderes".
https://www.semana.com/nacion/articulo/los-desencuentros-entre-ivan-duque-y-alvaro-uribe/584692
Sin embargo, el conflicto es más serio y viene desde el día mismo de la juramentación del flamante presidente Duque, un burócrata del servicio exterior colombiano con formación académica conservadora y acostumbrado a guardar las formas que Uribe patea a diario.
Inmediatamente después de la juramentación de Duque, la dirigencia del partido Centro Democrático, con Uribe a la cabeza, se encerró a celebrar el inicio triunfal del nuevo período presidencial, ágape en el cual abundaron los aplausos al ex presidente y Duque -ausente- prácticamente fue soslayado, al punto de que la parlamentaria Paloma Valencia soltó una despectiva afirmación que seguramente impactó al nuevo mandatario cuando el informe de inteligencia llegó a sus manos:
"Una cosa es el gobierno y otro el Centro Democrático"
https://www.youtube.com/watch?v=jEDXwS2nyz0
Esa lacerante frase, como otras, causó euforia en la dirigencia uribista reunida en la segunda planta del Senado, pero hizo ruido, mucho ruido, en el Palacio de Nariño, donde los asesores de Duque se repetirán día y noche "Una cosa es el gobierno y otra el Centro Democrático"
Uribe empuja la guerra con Venezuela
Sin embargo, ese anuncio de hostilidades -afincado en la experiencia con el ex presidente Juan Manuel Santos, quien no se dejó patotear por Uribe durante sus ocho años de gobierno-, no fue lo peor.
La imprudencia y la desmesura de Uribe, fueron mucho más allá en el campo de la política internacional y especialmente en relación a Venezuela. Si bien Duque se ha mostrado hostil políticamente contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, ello no es suficiente para el halcón mayor del Centro Democrático.
Fuentes confidenciales con acceso a las actividades de Uribe en Bogotá, durante los actos con motivo de la toma de posesión de Iván Duque, nos han confiado que antes y después de la juramentación presidencial, el líder de la "parapolítica" decidió convidar a dignatarios extranjeros invitados por el nuevo gobierno colombiano, a aprobar y acompañar "la invasión a Venezuela".
Uribe actuó con cierto desespero, según nuestras fuentes, lo que no dejó de asombrar a sus interlocutores, quienes seguramente lo reportaron a sus respectivos gobierno o lo consultaron con sus asesores inmediatos, en el caso de jefes de Estado y de Gobierno. Sus expresiones fueron terminantes, como si èl fuese el Presidente de Colombia, ministro de la Defensa o comandante de la Fuerzas Militares.
Y no lo hizo con uno solo de los dignatarios extranjeros. Uribe llegó a la imprudencia y desconsideración hacia el presidente Duque, de charlarlo con varios gobernantes y diplomáticos extranjeros, lo que evidentemente alarmó a los nuevos ocupantes del Palacio de Nariño.
Aunque no se ha conocido públicamente hasta hoy, este atrevimiento político y hasta moral de Uribe en desmedro de la prestancia presidencial de Duque, ha dejado huellas, tanto que del lado del senador jefe del Centro Democrático, ha habido expresiones de desagrado e inconformidad contra el mandatario nacional:
"Nos sentimos defraudados... Duque nos ha defraudado"
Los mandos militares tampoco quieren guerra con Venezuela
Problema mayor para el gobierno colombiano y el de Estados Unidos es que los mandos militares de Colombia no están tan convencido de que una invasión colombo-estadounidense a nuestro país, sería "un paseo". Temen involucrarse en operaciones de ocupación por la inútil pérdida de vidas de soldados colombianos y aún de miles de nacionales colombianos, tanto en territorio venezolano donde residen más de cinco millones de ciudadanos colombianos cobijados durante décadas por el pueblo venezolano, como hombres y mujeres del pueblo colombiano en territorio del vecino país, adonde llegará el fuego defensivo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, como bien saben los jefes de inteligencia y contrainteligencia de Colombia.
Ante esta seria contrariedad, Duque piensa y actúa como Jefe de Estado y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Colombia, mientras Uribe no hace más que baladronear y empujar a otros a un conflicto bélico con Venezuela, amparado en la prepotencia de Estados Unidos, que ha convertido el territorio colombiano en una gran base militar polivalente para controlar y hasta invadir cualquier punto de Suramérica y el Caribe, apoyado también en las bases militares instaladas en Aruba y Curazao, partes de alta peligrosidad para la región del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos.
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