miércoles, 7 de noviembre de 2018

La reacción de la FANB debe ser firme, eficaz y moralizante


El pasado domingo 4 de noviembre fueron asesinados tres sargentos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), y heridos otros diez efectivos de ese componente de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), cerca de Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas, área fronteriza con Colombia. Según las autoridades militares venezolanas, fue una "emboscada" de "grupos generadores de violencia", sin especificar su naturaleza.
Mis sinceras condolencias a los familiares y compañeros de armas de los jóvenes militares que perdieron la vida de forma tan alevosa e infame a manos de los violentos y sanguinarios grupos colombianos:
-Sargento primero Alfredo Antonio Zolano Guevara.
-Sargento primero Robert José Artahona Díaz.
-Sargento segundo José Jean Martínez Bolívar.
Los 10 heridos fueron atendidos en centros hospitalarios de Puerto Ayacucho y después trasladados al Hospital Central de la FANB en Caracas, donde están siendo atendidos con pronósticos alentadores.
El ministro de la Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López, dio cuenta de los hechos a las 9:50 de la noche de aquel día, con tres mensajes por su cuenta de la red Twitter @vladimirpadrino:
"1. En el marco de las operaciones de resguardo de nuestra frontera para garantizar nuestra soberanía e integridad territorial, y luego de haber sido procesada información de inteligencia acerca de la presencia de grupos paramilitares en el estado Amazonas...
"2. El día de hoy nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana ha sido cobardamente atacada por estos grupos violentos causando la lamentable muerte de tres efectivos de la @GNBoficial y una decena de heridos, entre ellos dos oficiales.
"3. Este infame acto surge como represalia después de la captura de nueve paramilitares colombianos a quienes se les incautaron armas de guerra y consecuentemente fueron puestos a orden del Ministerio Público." (Negritas MIM)
El lunes 5, el ministro fue más explícito en alocución televisada, junto a los ministros de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, y de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, y el jefe del Comando Estratégico Operacional de la FANB, almirante en jefe Remigio Ceballos, lo que revela una posición oficial del gobierno venezolano:
La FANB ha sido atacada vilmente y cobardemente por grupos armados paramilitares que pretenden operar en nuestro territorio. Ha sido atacada como consecuencia de una detención de un grupo de personas, de 9 personas, que ocurrió en Amazonas”, dijo Padrino López.
“En Venezuela no hay cabida para grupos armados al margen de la ley, de grupos paramilitares, y rechazamos con contundencia la incapacidad del Estado colombiano de no poder controlar sus grupos, su violencia y su narcotráfico”. (Negritas MIM)
El Estado colombiano no ha sido capaz de resolver a lo largo de más de 60 años de guerra interna y que todo coloca a Venezuela como víctima de la agresión militar de grupos violentos que pretenden pasar para acá”.
La oposición descalifica a Padrino
Voceros de oposición acusaron por este violento ataque al Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia y reclamaron al ministro Padrino por ocultar ese supuesto hecho y haber calificado a los atacantes de "paramilitares", hacia quienes no manifiestan ningún encono o desaprobación. También lamentaron la muerte de los tres sargentos de la GNB y los diez heridos tiroteados por los irregulares colombianos.
La diputada Delsa Solórzano planteo hasta un voto de censura contra Padrino en la Asamblea Nacional, durante el debate respectivo realizado el martes 6.
La realidad colombiana es más contundente
Entre la parcializada desmesura opositora y el comedido denuncio de Padrino López a nombre del gobierno venezolano y de la FANB -también parcializado-, la realidad colombiana es más contundente por su descomposición política, criminal y moral, que tantos perjuicios ha descargado contra Venezuela durante décadas, algo que la fragmentada oposición venezolana no gusta incluir en sus encendidos discursos, entre otras razones, por los estrechos vínculos cultivados por varios de sus factores más beligerantes con el uribismo asesino y el paramilitarismo colombianos, muy articulados con el narcotráfico y otras mafias que se han ensañado contra nuestra patria, deliberada y sistemáticamente, desde las zonas fronterizas colindantes con nuestros estados Amazonas, Apure, Táchira y Zulia, más de 2.200 kilómetros lineales de frontera binacional.
Este es un debate larvado en Venezuela, pero indispensable asumir en medio de la macro crisis que nos agobia. La oligarquía mafiosa colombiana ha logrado, como nunca, mimetizarse gracias a las corruptelas mafiosas de los chavistas saqueadores que han traicionado al pueblo venezolano esperanzado en un cambio con aliento social y equilibrios favorables a un desarrollo nacional integral. Sin embargo, Colombia está ahí, con su enorme descomposición criminal, sus injusticias seculares y el ánimo anti venezolano de esa cínica oligarquía mafiosa que la oprime, manipula y entrega a los poderes imperiales en boga, hoy convertida en una base norteamericana a las órdenes del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, en su acechanza contra la soberanía y la integridad territorial de Venezuela, algo que tampoco denuncian los opositores uribistas venezolanos: por el contrario, algunos vendepatrias aplauden la desastrosa posibilidad de una intervención militar colombo-estadounidense en la patria de Simón Bolívar, por lo que carecen de audiencia y liderazgo en el corazón del pueblo venezolano.
La narco-sociedad colombiana
Colombia es territorio de cultivo, procesamiento y exportación de drogas de muy diversos tipos, desde marihuana hasta cocaína y heroína, por lo que es considerada junto con Afganistán como principal potencia mundial en el ramo. Sería interminable referir fuentes multilaterales internacionales al respecto, pero valen algunas citas de publicaciones de diversas latitudes:
1.- "Es la mayor producción de cocaína de la historia. En el 2016, los narcos sacaron al mercado 940 toneladas del polvo blanco. Lograron batir su propio récord del 2015 (646) y todo gracias a que los sembradíos de coca crecieron un 52%: pasaron de 96.000 hectáreas a 146.000. Los datos corresponden al Sistema de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI), dependiente de la ONU."
https://www.elmundo.es/internacional/2017/07/14/5968e8af468aeb71688b45d8.html

2.- "Colombia es el primer productor mundial de cocaína... El 90 % de la cocaína incautada en Estados Unidos tiene origen en Colombia. Con esa cifra... el Departamento de Estado de Estados Unidos volvió a agitar el debate por la estrategia contra las drogas que se implementa en el país que sigue ostentando el 'primer lugar como productor de esa droga en el mundo'", publicó la revista SEMANA de Bogotá, cuyo reportaje especifica:

"Los cultivos de coca en Colombia aumentaron un 39 % en el 2014 y 42 % en el 2015. Pasó a 159.000 hectáreas, uno de los máximos récord. Un aumento de casi un 100 % desde el 2013. (...) El número de muertes por sobredosis en EE. UU. por cocaína en el 2015 fue el más alto desde el 2007", se lee en uno de los apartados del documento.
https://www.semana.com/nacion/articulo/cultivos-ilicitos-en-colombia-informe-del-departamento-de-estado/517216
3.- "Colombia está exportando más cocaína que nunca y no sabemos quiénes son realmente los capos de este negocio. Hoy en día la mejor protección para los capos no son los ejércitos privados, sino el anonimato para evitar el radar de las autoridades y pasar como hombres exitosos de negocios".
https://www.rcnradio.com/colombia/colombia-exporta-hoy-mas-cocaina-que-nunca-experto-jeremy-mcdermott
4.-  "El 94 % de todas las muestras de coca decomisada en EU tenía como origen Colombia"
https://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/02-2018-narcotrafico-que-tan-mal-le-fue-a-colombia-en-2017
5.- Oficialmente, el ministerio de Justicia de Colombia, desde su "Observatorio de Drogas de Colombia", reconoce que en 2017, los cultivos de coca alcanzaron 171.494,94 hectáreas en crecimiento sostenido y alarmante desde 2012 (47.788 Has.) a 2017, y los de amapola (base de la heroína) ocuparon 462,00 hectáreas, con baja respecto a 2015 (591,8 Has.). 
http://www.odc.gov.co/sidco/perfiles/estadisticas-nacionales

6.- "Colombia pasó de productor a ser uno de los principales consumidores de droga... Las cifras del estudio 'Narcomenudeo en Colombia, una transformación de la economía criminal'  del DNP son contundentes, el país hoy en día ocupa el cuarto lugar a nivel regional en consumo de cocaína y marihuana, siendo los centros urbanos los lugares en donde se presenta el mayor número de consumidores. Cifras del DNP  (Departamento Nacional de Planeación) revelan que en el país existen cerca de 1‘500.000 consumidores, de los cuales 832.000 viven en las ciudades capitales como Bogotá, Barranquilla, Medellín, Bucaramanga, Santa Marta y Pereira".
https://www.dinero.com/pais/articulo/cuanto-mueve-el-negocio-del-narcotrafico-en-colombia-2017/241953
Lo cierto es que las mafias colombianas producen unas 1.000 toneladas de cocaína anualmente (2017), y según estimaciones oficiales del DPN su peso en el PIB podría estar en el orden del 3,8 %, para unos 20,5 billones de pesos y 260 % de utilidad compartida entre productores de coca, narcotraficantes y microtraficantes. 
Aproximadamente el 20 % de la cocaína colombiana -unas 200 toneladas-  es enviado a Venezuela por las poderosas mafias, cuya actividad no sería posible sin la complicidad de factores de poder de la sociedad colombiana, de autoridades corrompidas o incorporadas al trabajo mafioso, y de oficiales y subalternos de la "fuerza pública", expresión que en Colombia incluye a las Fuerzas Armadas y policías. De hecho, durante los dos períodos del gobierno del presidente Juan Manuel Santos (2010-2018), el crecimiento del narcotráfico fue vertiginoso, como se ha indicado arriba.
Violencia y desplazados
La violencia política, con trágicas etapas de sangre y sufrimiento, ha sido consustancial al sistema político colombiano, cuyas oligarquías han sido especialmente sanguinarias, en contubernios con terratenientes nacionales y extranjeros. Huellas y secuelas llegan a nuestros días, si se quiere, desde el intento frustrado de magnicidio contra el Libertador Simón Bolívar (1828) en Bogotá y el asesinato del Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre (1830) en Berruecos, departamento del Cauca.
En 1928, se produce una matanza bestial por presión de Estados Unidos para poner fin a una masiva huelga de trabajadores bananeros cerca de Santa Marta, en el departamento del Magdalena:
"La masacre de las Bananeras fue una matanza de los trabajadores de la United Fruit Company que se produjo entre el 5 y el 6 de diciembre de 1928 en el municipio de Ciénaga, Magdalena cerca de Santa Marta (Colombia). Un número indefinido de trabajadores murieron después de que el gobierno de Miguel Abadía Méndez decidió poner fin a una huelga de un mes organizada por el sindicato de los trabajadores que buscaban garantizar mejores condiciones de trabajo. El gobierno de los Estados Unidos de América había amenazado con invadir Colombia a través de su Cuerpo de Marines, si el gobierno colombiano no actuaba para proteger los intereses de la United Fruit Company.
"El 28 de noviembre de 1928 estalló una gran huelga en la zona bananera de Ciénaga, una huelga masiva jamás vista en el mundo. Más de 25 000 trabajadores de las plantaciones se negaron a cortar los bananos producidos por la United Fruit Company y por productores nacionales bajo contrato con la compañía. A pesar de tal presión, la United Fruit Company y sus trabajadores no lograron un acuerdo colectivo, la huelga terminó con un baño de sangre: en la noche del 5 de diciembre, soldados colombianos dispararon sobre una reunión pacífica de miles de huelguistas, matando e hiriendo a muchos. La noche ha sido grabada en la conciencia de los colombianos por los novelistas Gabriel García Márquez, en su obra Cien años de soledad, quien nació en la zona bananera un año antes de la huelga".
https://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_las_Bananeras

1936 es recordado amargamente por matanzas de origen político entre liberales y conservadores, pero es el asesinato de Gaitán en 1948, el reconocido hecho histórico que hizo hito en esa historia sangrienta, que aún no ha cesado en Colombia. Carlos Meneses Reyes lo describe así, en Rebelion.org:
"Un año después del magnicidio del caudillo liberal y candidato a la Presidencia, Jorge Eliécer Gaitán; el 9 de abril de 1949, el escenario de matanzas fratricidas cundía por todo el territorio colombiano. Los partidos oligárquicos: Liberal y Conservador, incentivaban la violencia bipartidista.
"La reacción popular por el asesinato de Gaitán se conoce como “el bogotazo”, generando un estado de conmoción y parálisis nacional; así como llamados a la toma del poder popular. El entonces gobierno de Mariano Ospina Pérez, inició la más cruel persecución contra el campesinado y los liberales en las ciudades. Alistando como suya a la Policía Nacional, cual aves de mal agüero, se desplazaban por los campos y barrios populares en las ciudades, arrasándolas, recibiendo el nombre de policías chulavitas. Desde entonces el carácter de policía política criminal y represiva no ha cesado con su actividad en Colombia.
Ya para inicios del año de 1949, conocido como el año electoral, la reacción de protestas populares fue sofocada a sangre y fuego; consolidándose los oligopolios liberales y conservadores en la conducción del Estado colombiano."
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=176066

La más reciente historia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC (1964), el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Movimiento 19 de Abril (M-19, ya desaparecido) y otros movimientos guerrilleros; la acción represiva de los sucesivos gobierno y las Fuerzas Armadas; y la estructuración de las fuerzas paramilitares al amparo del Estado colombiano, cuyas atrocidades no tenían precedentes en la historia de América Latina y el Caribe, hacen un cóctel de violencia fratricida que escaló a dimensiones catastróficas para el pueblo colombiano, víctima del golpeteo de la metralla, las amenazas y el exterminio sanguinario de familias enteras.

El desplazamiento de poblaciones enteras dentro del territorio colombiano por los combates entre guerrilleros, militares y paramilitares, y por la furia paramilitar ya ligada con las mafias del narcotráfico, tampoco ha tenido precedentes en América Latina y el Caribe. 

Hernán Tovar Pinzón lo describe así en su Emigración y éxodo en la historia de Colombia:

"Desde 1994 la cifra de desplazados ha ido creciendo y con ello se expanden los cuadros de los traumas personales, familiares, comunales y locales. En 1997, “cada hora 28 colombianos se vieron obligados a abandonar sus hogares víctimas de la violencia política” mientras que en el año 2000 la cifra de desplazados alcanzó a 300 mil personas. En resumen: entre 1985 y 1994 hubo 700 mil desplazados, mientras que entre 1995 y 1999, la cifra se elevó a 1.760.000 desplazados más.  De ellos, 86.799 hogares abandonaron 3.057.795 hectáreas de tierra entre 1996 y 1999. El impacto humano, económico, social y sicológico es tan complejo, que el Estado colombiano parece no comprender aún que se trata de una bomba de tiempo que recorre el país y se aglutina en las goteras de las grandes y pequeñas ciudades. Durante el primer trimestre del año 2001 arribaron a Bogotá 22.620 desplazados, la mayoría provenientes de zonas rurales mientras que en los primeros 8 meses del mismo año 870 familias habían sido desplazadas en el Departamento de Cundinamarca. Un flujo migratorio que ha hecho comunes escenas de desesperanza y abandono de familias que encuentran ciudades hostiles a su condición de refugiados".
https://journals.openedition.org/alhim/522

Cerca del 20 % de la población colombiana ha tenido que emigrar hacia el exterior o desplazarse forzosamente dentro del territorio nacional. Las cifras varían, pero Venezuela es testimonio viviente de millones de colombianos y colombianas que vinieron a asentarse en nuestra patria, con el cariño y la solidaridad propia del pueblo venezolano, hoy en dificultades inéditas.

Venezuela y Ecuador, fronterizos, han recibido el impacto de los refugiados colombianos, aunque otros destinos como Estados Unidos y España (punto de ingreso a Europa) también han sido receptores de emigrantes colombianos, por oleadas. 

"Colombia volvió a ser el país con más desplazados internos", anunció el diario El Tiempo de Bogotá: 
"Con 7,7 millones de personas desplazadas en 2017, Colombia volvió a ubicarse como el país con más desplazados internos en el mundo, según el informe anual Tendencias Globales presentado este martes por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
"El país conservó el primer lugar en esta clasificación por delante de Siria, que lleva cerca de ocho años inmersa en una cruenta guerra civil, y a pesar de que las conversaciones de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc concluyeron con un acuerdo de paz.


"Durante el 2017, de acuerdo con el informe, 91.431 personas fueron desplazadas. No obstante aclara que esa cifra podía crecer, pues debido al proceso de declaración, valoración y registro los datos tardan en entrar en la base de datos".

https://www.eltiempo.com/justicia/conflicto-y-narcotrafico/colombia-volvio-ser-el-pais-con-mas-desplazados-internos-en-el-mundo-segun-la-acnur-232658

Dentro de ese cuadro de violencia política y social, más la descomposición delictiva mafiosa, Colombia no solo se ha convertido en exportador de cocaína, marihuana y heroína, sino que al ritmo de los desplazamientos internos de su población y el éxodo hacia el exterior de millones de sus nacionales, también es activo exportador de mafias de todo tipo, tan expertas como sanguinarias y despiadadas. Y Venezuela ha sido convertida en especie de El Dorado para todo tipo de delincuentes colombianos, lo que nunca podrá ser negado por la oligarquía mafiosa que gobierna el vecino país.

No se trata de fobia anti-colombiana sino de constatación honesta y responsable de los efectos negativos de la descomposición histórica de Colombia, que siempre ha afectado a Venezuela: el 100 % de la droga que se consume, trafica y exporta en Venezuela es de factura colombiana, pero las autoridades de Bogotá pretenden ignorarlo, como desconocen deliberadamente que los más importantes tipo delictivos en boga hoy en Venezuela son de origen colombiano. ¿Y qué del contrabando de combustibles, alimentos y todo tipo de mercancías desde Venezuela hacia Colombia, cuya práctica perversa encontró caldo de cultivo en delincuentes venezolanos asociados, entre ellos militares y policías corrompidos y codiciosos, igual que en otros traidores a la patria del Sistema Judicial, gobernaciones y alcaldías fronterizas? 

El pueblo colombiano -el trabajador y honesto, el solidario y afectivo- debe comprender que su tragedia histórica nos afecta a venezolanos y venezolanas, como nuestros problemas profundos,  a ellos. En ese plano de amistad y entendimiento para superar las dificultades, es que debemos actuar de consuno, hermanados en torno a intereses comunes y propósitos compartidos de paz, bienestar y honestidad.

Sirva este breve planteamiento también, en esta hora trágica, para honrar a nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana (excluyendo a los corruptos que la mancillan, saqueadores de la patria y traidores a su juramento, hoy dedicados al enriquecimiento ilícito de la manera más obscena, llegando a la asociación para delinquir con las mafias colombianas de todo tipo que presionan en nuestro territorio). 

La FANB no tiene otro camino que retomar virtudes y deslastrarse de los miserables ladrones y abusadores del poder que, desde su seno, ofenden la moral pública y deshonran la misión histórica que le corresponde cumplir. 

MANUEL ISIDRO MOLINA

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