Reciban mi abrazo solidario.
Deseo que la espiritualidad propia de la Navidad, nos permita el sosiego suficiente para reencontrarnos con los valores de buena voluntad, sencillez y honestidad que caracterizaron al pueblo venezolano, siempre valiente y en lucha por nuestra felicidad con la generosidad y la bonhomía propias del gentilicio patrio.
En familia y prodigando cariño sincero hacia nuestros vecinos, amigos y compañeros de trabajo o estudio, reflexionemos sobre valores, desgracias y retos por asumir. Qué la patria no se siga perdiendo.
Podemos revertir la tendencia hacia mayores desastres, desatando los nudos perversos tejidos codiciosamente por los cómplices de la destrucción nacional: rompamos con ellos, dejémoslos a un lado y asumamos los cambios democráticos y participativos, en paz.
Nada más promisorio que el amor por la humanidad, afincados en los valores de la solidaridad, la justicia social y la responsabilidad histórica.
¡Feliz Navidad!
Manuel Isidro Molina
manuelisidro21@gmail.com
Caracas, cuna del Libertador Simón Bolívar.
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