miércoles, 13 de marzo de 2019

Siempre tenemos objetivos máximos, pero...





De mi hilo
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@manuelisidro21

Siempre tenemos objetivos máximos, pero nunca será 100% para nadie, en ninguna negociación, y en política menos. Los corresponsables de la crisis (Gob-Op) deben someterse a un acuerdo de interés nacional: no son dueños del país, pero no deben ser excluidos.

Y no es fácil, lo comprendemos, pero hay que trabajar mucho para demostrarlo y hacerlo parte de una nueva cultura política no-polarizada. Venezuela no puede seguir siendo reducida a dos bandos, dos aceras, dos visiones. Es absurdo, irreal y tremendamente maligno, nos constriñe.

La ecuación sectarismo, violencia, guerra, invasión militar debe ser desechada de plano y definitivamente, y así volvernos a ser y sentirnos venezolanos, en tanto que partes y dolientes de esta "tierra de gracia". El pueblo así se ve y siente, mas no los extremistas de ambos bandos.

El diálogo de interés nacional que proponemos es incluyente y diverso, no polarizado. Sé que eso fastidia a los bandos en pugna, pero esa debe ser la primera meta: que se acepte nacional e internacionalmente que Vernezuela es mucho más que chavismo y antichavismo. ¡Primer paso!

Segundo paso: entrar por el camino de la paz y el entendimiento-compromiso con el pueblo decidiendo democráticamente con su activa participación social y electoral, en forma vinculante mediante referendo consultivo. No es un problema de dos bandos, es de Venezuela toda.

Podría seguir, Leonardo, pero ese es el prerrequisito para entrar a la senda de la construcción hacia la superación de la tragedia histórica que sufrimos. Es fácil deducir que ningún sector político es mayoría hoy en Venezuela. ¿Lo aceptan? La única mayoría es la inconformidad.

El problema es que ningún factor político puede arrogarse la inconformidad nacional ante esta tragedia histórica, que evidentemente no es solo culpa del gobierno, aunque la tenga en mayor grado. Eso es lo que mucha gente expresa desde su cotidianidad: "No tenemos en quién creer"

Y aunque no le guste a algunos, lo digo: Por ejemplo, Guaidó no representa o dirige ni siquiera a toda el espectro opositor que habitó en la MUD, tampoco a los independientes que no nos ubicamos en los bandos extremos, ni a los chavistas inconformes. Ese es su drama, una ficción.

En consecuencia, inventarse un inmediatismo sin sustento es un autoengaño, y en política eso es gravísimo. Si a Guaidó le quitas el agresivo plan injerencista de EEUU, ¿qué le queda? Voluntad Popular, y todos sabemos que VP es una minoría opositora que se confronta con AD y PJ

Esa realidad la maneja el gobierno y maniobra inteligentemente. Así lo constato. Claro, fácil es agredir y descalificar a Maduro, listo! ¿Pero, dónde está la política alternativa, la que pueda ensamblar esfuerzos con esa inmensa inconformidad nacional que le pertenece a nadie?

El "Plan País" que anunció Guaidó es una reedición edulcorada de la "Agenda Venezuela" (Caldera II) y el "Gran Viraje" (CAP II), acartonada y falsa. Hasta que no se posicione un proyecto político serio, cálido por humano y confiable, el gobierno seguirá reinando en su precariedad

¿Cómo discutir todas estas cosas en medio del fanatismo, la ignorancia y el odio? ¿Cómo enfrentar y superar el chantaje de la descalificación balurda? Reflexión, estudio y sosiego, he recomendado a quienes en realidad aman y cuidan a Venezuela y buscan responsablemente una opción

Nadie juega ni está solo en el tablero político. El individualismo y la pedantería no van a ninguna parte. La construcción política y social es colectiva, condición sine qua non. Pero además debe ser solidaria y de compromiso. De eso, poco hay entre nosotros, lamentablemente.

Creo, Leonardo, que nos falta mucho de reflexión, estudio y sosiego, pero también de tolerancia, reconocimiento y habilidad para obtener logros en paz. ¿Más violencia? Todo será peor, un holocausto si no evitamos la guerra-invasión. Es hora de consultar al pueblo soberano.

¿Cómo comenzar, desde ya? Rompiendo la dinámica destructiva de la polarización, basada en el engaño y el chantaje. Esas dos minorías no tienen derecho a gobernar a Venezuela, después de tanto daño, inmoralidad e irresponsabilidad. La mayoría debe accionar para romperla.

En polémica con el amigo Leonardo Azpúrua

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