Desde el domingo 4 de octubre pasado escribí tres "aproximaciones" a lo que arrojarán las elecciones parlamentarias del domingo 06 de diciembre. En vísperas del evento, creo útil compendiarlas para compartir con nuestros lectores y lectoras, lo que coherentemente son apreciaciones y ;proyecciones de interés para Venezuela y el entorno latinocaribeño y mundial, hoy atento a lo que ocurra en nuestro país. Deseo que todo ocurra en paz, a pesar de las tensiones internas entre los dos bloques predominantes y las interferencias inaceptables que desde el exterior intentan perturbar nuestro sosiego y afectar la soberanía nacional, tan celosamente preservada por venezolanos y venezolanas.
MANUEL ISIDRO MOLINA
PRIMERA
Desde este domingo 04 de octubre, quedan 62 días para las elecciones parlamentarias del 6D, que a mi juicio no cambiarán mucho el crítico panorama nacional. Dependiendo de las variaciones que en estos dos meses se produzcan, buenas y malas, para el país, el gobierno o los factores de oposición, los resultados serán una incógnita muy apretada, con un reforzamiento del bipartidismo del siglo XXI.
El gobierno, con su grotesco ventajismo -abuso de poder, desviación de recursos y corrupción-, puede ganar una precaria mayoría simple en la próxima Asamblea Nacional; y la Mesa de Unidad Democrática (MUD), ganar el resto. Y de ganar la MUD, también obtendría una precaria mayoría simple. No se aprecian opciones alternativas capaces de ganar curules.
Cualquiera sea el resultado, la crisis política, moral e institucional continuará deteriorando social y económicamente a Venezuela. A partir del 7D, venezolanos y venezolanas no asociados al cepo chavismo-antichavismo, tendremos que articular esfuerzos por la reconstrucción moral de la República, y propiciar una nueva y vigorosa formación política alternativa.
DOMINGO, 4 DE OCTUBRE DE 2015
SEGUNDA
El comienzo formal de la campaña electoral el próximo 13 de noviembre, abre las compuertas a la propaganda y el debate político-ideológico en el restringido marco del bipartidismo del siglo XXI, ya con una extraordinaria tendencia polarizante que amenaza con minimizar cualquier opción ajena a las pretensiones del Gran Polo Patriótico (GPP) y la Mesa de Unidad Democrática (MUD).
Esta constatación augura un reforzamiento al 100 % del esquema bipolar alimentado por ambos bandos, plenamente identificados como corresponsables de la profunda crisis ética, moral, económica y social que nos asfixia a venezolanas y venezolanos.
Sin embargo, GPP y MUD mienten afirmando que "arrasan". Y eso no extraña. Problema es que se lo crean y vuelvan a incendiar el país asesinando inocentes.
Violencia cero! Que cada quien vote por sus preferidos, o no vote si es su decisión. Así se verá la solidez real de cada bando.
Seria magnifico, en paz, un terremoto ciudadano que supere con abstención y votos nulos a GPP y MUD, a ver si siguen con tanto cinismo y esa irresponsable truculencia.
En Venezuela el voto es un derecho, una responsabilidad ciudadana. Pero nadie está obligado a votar por el chantaje polarizante del cepo GPP-MUD.
Lo que va a ocurrir el 6D ya es inmodificable: se le verán las costuras al cepo GPP-MUD y el país comenzará a reflexionar para superarlo.
Quien afirme que el 6D habrá solución de algo, desconoce el fondo ético y moral de la grave crisis nacional. A votar por los candidatos de su preferencia, si es que los tiene. También puede abstenerse o votar nulo.
DOMINGO, 8 DE NOVIEMBRE DE 2015
TERCERA
A una semana de las elecciones parlamentarias del 6D, se me antoja transcribir dos ideas clave que expuse a comienzos de octubre y noviembre, respectivamente, en sendas columnas que paso a referir porque me permiten abordar mi tercera y última aproximación a los resultados de esas 24 elecciones regionales inconexas, carentes del justo equilibrio democrático de la proporcionalidad establecida en la Constitución.
De mi “primera aproximación” a los resultados del 6D extraigo lo que los comandos del Gran Polo Patriótico (GPP) y la Mesa de Unidad Democrática (MUD) se niegan a reconocer y prefieren manipular para engañar al pueblo venezolano y especialmente a sus seguidores:
“El gobierno, con su grotesco ventajismo -abuso de poder, desviación de recursos y corrupción-, puede ganar una precaria mayoría simple en la próxima Asamblea Nacional; y la Mesa de Unidad Democrática (MUD), ganar el resto. Y de ganar la MUD, también obtendría una precaria mayoría simple. No se aprecian opciones alternativas capaces de ganar curules”. (04.10.2015) Esto no ha variado ni variará en los próximos siete días.
En mi “segunda aproximación” al 6D, anuncié “una extraordinaria tendencia polarizante que amenaza con minimizar cualquier opción ajena a las pretensiones del Gran Polo Patriótico (GPP) y la Mesa de Unidad Democrática (MUD)”, lo que “augura un reforzamiento al 100 % del esquema bipolar alimentado por ambos bandos, plenamente identificados como corresponsables de la profunda crisis ética, moral, económica y social que nos asfixia a venezolanas y venezolanos”. (08.11.2015)
La conformación de la próxima Asamblea Nacional será bipartidista, con un profundo y significativo contrasentido: quienes han sido y son corresponsables del actual desencuentro de la sociedad venezolana, seguirán en la “pomada” política durante los próximos cinco años, 2016-2021. Que nadie se horrorice, porque las dos tendencias predominantes así lo determinan. “Predominantes”, mas no mayoritarias en relación al padrón electoral de más de 19 millones de electoras y electores.
Independientemente de cuál de los dos bandos gane la mayoría simple de curules en la AN, ambos serán primera o segunda minoría, dato de la realidad que les obligará a cesar en la intención manifiesta de aplastar o anular al otro. Tendrán que cohabitar en el nuevo contexto político y social, nada envidiable.
Sí es importante destacar que en los dos escenarios posibles, la MUD tendrá ante si la responsabilidad histórica de abandonar el aventurerismo violentista que tanto daño le ha causado a Venezuela, desde el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 hasta el presente. A sus dirigentes y parlamentarios electos les toca:
1. Reconocer que Nicolás Maduro Moros es el presidente legítimo de la República Bolivariana de Venezuela;
2. Reconocer la validez absoluta de los resultados electorales y adjudicación de curules que establezca el Consejo Nacional Electoral, salvo en aquellos casos concretos y puntuales apelables de acuerdo con la legislación vigente y los recursos contenciosos previstos. En jerga futbolística, el balón quedará en el campo de la MUD.
A los dirigentes y parlamentarios electos del gobierno les toca asumir que ya los tiempos del predominio absoluto que les permitió hacer y deshacer, concluyeron. Más nunca tendrán dos tercios en la AN, y mucho menos la unanimidad que les regaló la Coordinadora Democrática (hoy MUD) en 2005, abandonando las elecciones. Y si la MUD gana la mayoría simple, pues peor para quienes todavía trasnochan con el monopartidismo impuesto por Chávez, en mucho afincado en los graves errores e inconsistencias de la oposición neoliberal que lo enfrentó y hoy cree que Maduro es “pan comío” y que lo van a sacar de Miraflores antes 2019.
Preparémonos para una nueva etapa de turbulencia política, pues realmente no veo a chavismo y antichavismo enmarcados en la lógica política que emana de la Constitución y las leyes. La mayoría del país les puede dar una gran lección el 6D, llevándolos a su mínima expresión, aunque copen las curules de la AN. De la lectura sensata y seria de esa gran y definitiva encuesta que serán las elecciones parlamentarias 2015, dependerá el buen curso de la dinámica nacional, como la inmensa mayoría de venezolanas y venezolanos queremos.
DOMINGO, 29 DE NOVIEMBRE DE 2015
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