ERA POS-CHÁVEZ / La estupidez perfecta
Por Manuel Isidro Molina
Nadie, hoy, tiene fuerzas suficientes como para alterar el curso constitucional de Venezuela. Y si lo intentaran unos insensatos, pues conocerán la fuerza de la rebelión democrática y participativa de un pueblo que ha visto históricamente, pasar autócratas militares y pseudo demócratas violadores de los derechos humanos, traidores de tantos juramentos, entre ellos el de administrar honradamente los recursos de la patria.
Sin embargo, pareciera estar en marcha lo que parafraseando al presidente Hugo Chávez, pudiéramos llamar la estupidez perfecta. El presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, primer vicepresidente del PSUV y jefe de un clan pudrimillonario, propone sin empacho irrespetar la diáfana norma constitucional que obliga a la toma de posesión presidencial el próximo 12 de enero de 2013:
"Artículo 231.-
El candidato elegido o candidata elegida tomará posesión del cargo de Presidente o Presidenta de la República el diez de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional. Si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia."
Pero además, Cabello insiste en su propósito anti-constitucional echando por tierra también lo que manda el artículo 233 dela Constitución:
"Serán faltas absolutas del Presidente o Presidenta de la República: su muerte, su renuncia, o su destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, su incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional, el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea Nacional, así como la revocación popular de su mandato. Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes..."
La maniobra de este personaje de antología de la picaresca criolla, tiene propósitos ocultos detrás de una mampara de amor, respeto y lealtad al presidente Hugo Chávez, quien sufre los golpes de la vida, inesperados golpes, como los sufrimos los seres humanos, y Chávez no es más ni menos. Su irresponsabilidad e ignorancia pueden llevarnos a un baño de sangro fratricida, a una rebelión y confrontación de incalculables consecuencias para Venezuela y todo el ámbito latinoamericano y caribeño.
El pasado sábado 8 de diciembre, el presidente Chávez realizó una valiente alocución, en la que esbozó un plan previsivo sobre la sucesión presidencial, en caso de complicaciones indeseadas de su salud. ¿Por qué ahora, sale Cabello con su estupidez perfecta? ¿Correrán en ese lote la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Luisa Estella Morales, y demás miembros de la Sala Constitucional, cohonestando lo injustificable?
Si el presidente Chávez no pudiese juramentarse el 10.01.2013 ante la Asamblea Nacional, accionarían los artículos 231, 232 y 233 de la Constitución. No hay alternativa: Corresponderá al presidente de la Asamblea Nacional asumir interinamente la Presidencia de la República, y al Consejo Nacional Electoral convocar en lapso improrrogable de 30 días, una elección presidencial extraordinaria.
De acuerdo con las directrices de Chávez, quien, como debe ser, delineó respeto a las normas constitucionales, el candidato del PSUV a la Presidencia de la República será Nicolás Maduro. ¿Por qué Cabello quiere torcer el rumbo constitucional con su peregrina tesis de flexibilizar la fecha del 10 de enero?
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