domingo, 28 de marzo de 2021

OÍDO AL TAMBOR: De fronteras y traidores

 


El Grupo de Lima fue una construcción de Washington, desde la OEA, para lanzar su campaña depredadora contra Venezuela, un bloqueo criminal afincado en la cabronería genocida de Uribe, su payaso Duque y Jair Bolsonaro. Tanto es así, que EEUU no lo integra pero lo utilizó a su antojo, en su política de cerco y destrucción sistemática de la economía venezolana, ya seriamente lesionada por el pillaje, el abuso de poder y la incompetencia supina del gobierno del presidente Nicolás Maduro. A los títeres de acá, "ni los ignoro", como dijo Cantinflas. 


Primero fue México, después Argentina y más atrás, Bolivia. Tres factores regionales de primera importancia, por razones obvias. La proximidad electoral en Ecuador, augura otra desventura para el fantoche Grupo de Lima.


Antes, el hundimiento dispar pero evidente de los gobiernos de Ecuador, Perú, Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil, en Suramérica; y el empantanamiento de Duque en Colombia, más el factor Covid-19, desastroso en esos países por incompetencia, desidia e irresponsabilidad de sus gobiernos. El de Panamá es una vergüenza, subalterno genuflexo del mismísimo Comando Sur del Ejército de EEUU. ¿Se puede hablar de la desvergüenza de los gobiernos de Haití y Dominicana? ¿Cuentan los gobiernos centroamericanos confabulados como sirvientes en el plan de derrocamiento del gobierno venezolano y destrucción de nuestra economía, que el embargo de empresas 

de PDVSA en Colombia y EEUU, así como el congelamiento de fondos líquidos, oro y papeles financieros en América y Europa.


¿Qué queda del títere y traidor Moreno, en Ecuador; de los defenestrados presidentes ladrones de Perú; o de Piñera en Chile, y Bolsonaro en Brasil? ¿Es mejor Maduro, que ellos? No; y, hasta peor en muchos aspectos, pero supo lidiar con sus agresivas políticas contra su gobierno y la economía y sociedad venezolanas. Y a los títeres de acá, los pulverizó de mil maneras, desde la represiva hasta la de inteligencia y maniobras políticas clásicas de dispersión, confusión y desbarrancamiento.


Archipiélago oposicionista

 Mientras el "chavismo" gubernamental se muestra disminuido pero coherente y con capacidad de reacción y control mediante la corrupción y el abuso de poder, las oposiciones -nunca existió "la oposición", salvo en el discurso mediático que pretendió hegemonizarla- no son más que un archipiélago discapacitado, incoherente, difuso y enguerrillado.


Así como Trump no pudo decidir el curso nacional venezolano, tampoco lo logrará el insípido Biden.


Quienes jugaron desvergonzadamente a una política de lucha por el poder "llave en mano", perdieron: esperaban que el uribismo y Trump derrocaran a Maduro y le entregaran Miraflores al payaso ladrón. ¡Un espejismo!


De manera que, el Grupo de Lima languideció, está más muerto que la OEA, que es mucho decir.


Tanto es así, que es una necedad incluirlo como factor de importancia en la mesa de análisis internacional.


El mismo Biden de Obama

Joe Biden es "insípido" por su personalidad, más no por su eficacia imperialista: como vicepresidente de Obama tuvo una actuación compatible con su recorrido parlamentario; y en su actual desempeño presidencial no será diferente: ya bombardeó en Siria.


Con Venezuela es distinto, debe cuidarse más. Aunque unos desmemoriados y otros alienados hasta la psicopatía no lo entiendan, Venezuela es la patria de Simón Bolívar y los otros Libertadores que destrozaron al imperio colonial español hace 200 años: libertaria, anticolonial y antiimperialista, atenta a las maniobras perversas de la oligarquía colombiana, expresada hoy en la parapolítica del uribismo y los narcoparamilitares. 


Apoyo a la FANB

En este escenario he expresado y reitero mi solidaridad absoluta y apoyo activo a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en la contención de las agresiones colombo-gringas, y ante la posibilidad de un escenario bélico más abierto tipo "perros de la guerra", según el plan del sanguinario Elliot Abraham y el Comando Sur.


Necesitan sembrar violencia y destrucción fronteriza, y utilizan a los narcoparamilitares colombianos y a los exguerrilleros de las FARC venidos -en algunos casos- a bandas narcodelictivas. Mis condolencias a los familiares y compañeros de armas, de los dos oficiales del Ejército asesinos nados recientemente, en Apure; y solidaridad y reconocimiento a los comandos heridos.


A los traidores...

Quienes desde Venezuela, cooperen con esas acciones bélicas contra territorio venezolanos, nuestra infraestructura y nuestro pueblo, son clara y definitivamente traidores a la patria. Y así deben ser atacados con fuego proporcional, perseguidos penalmente y condenados por el Sistema de Justicia. Para nada -aclaro, para los "sí, pero"- significa esto, apoyar la violación de DDHH y la brutalidad represiva contra civiles inocentes.


Pero tengo claro, que quienes apoyen las operaciones lanzadas desde Colombia sobre territorio venezolano, deben asumir sus fuertes consecuencias.


Defensa firme de nuestra integridad territorial

Tengo plena noción de la ética profesional del periodista, de mi condición de ciudadano y de mi derecho al ejercicio honesto de la política. Y en los tres roles, siempre he asumido mis responsabilidades.


Lo que escribí -como siempre- es de mi autoría (no soy mandadero ni amanuense de nadie), lo ratifico y asumo totalmente: frente a las agresiones de EEUU y el uribismo asociado con los sanguinarios paramilitares de Colombia, hago causa nacionalista y respaldo vigorosamente a la fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), en defensa de nuestra integridad territorial frente a la agresión extranjera y contra los traidores a la patria que les hacen el juego y participan de esos planes de agresión con financiamiento externo. 


En eso coincide la mayoría de nuestra población y sectores de la vida venezolana. No sé equivoquen, que ya bastante se han equivocado esos jefecillos codiciosos e irresponsables, hoy peleados entre ellos y dando lástima por el mundo, y aquí en Venezuela, rumiando sus derrotas, pero con dinero sucio suficiente para vivir como ricachones.


Les va muy mal, a quienes confunden periodismo con propagan, política con politiquería y libertad con irresponsabilidad. Periodismo, política y libertad implican conciencia ética y responsabilidad histórica. Y en materia de soberanía e independencia nacional, el compromiso patriótico es inevadible.


 Manuel Isidro Molina

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