miércoles, 15 de julio de 2020

OÍDO AL TAMBOR / No elija delincuentes codiciosos y desvergonzados



La polémica sobre votar o no votar es muy de fondo y sumamente sería. Nada tiene qué hacer con el fanatismo macartista ni con la antipolítica infecunda, pretendidamente de "izquierda" o de "derecha".

1. En la Constitución de 1961 el voto fue establecido como "derecho" y "deber". Por eso, hasta el 15 de diciembre de 1999, en Venezuela tuvimos "voto obligatorio": incluso se sancionaba legalmente a quien dejaba de votar o se negaba políticamente. La abstención fue punible.

2. Eso cambió el 15 de diciembre de 1999, cuando fue sancionada popularmente la Constitución vigente (CRBV). El voto pasó a ser solo un "derecho", y por tanto no es obligatorio: nadie puede ser molestado, amenazado o estigmatizado por no votar en Venezuela, como ocurre en la mayoría de los países democráticos, entre ellos EEUU, Francia, Colombia, Argentina, Brasil o Canadá, para mencionar unos pocos.

3. El "voto obligatorio" fue utilizado miserablemente en Venezuela, para coaccionar a ciudadanos y ciudadanas, quienes fueron amenazados con sanciones administrativas que llegaban al absurdo de impedir la inscripción en la educación superior. El desprestigio politiquero de AD y COPEI fue socavando la dignidad del voto como ejercicio ciudadano de soberanía popular.

4. La exclusión de la obligatoriedad del voto de la CRBV fue un significativo avance democrático, que expresa un consenso nacional y eleva la responsabilidad ciudadana a la hora de votar o no votar, libremente.

5. Ante cualquier proceso electoral o de consulta popular (referendos consultivo o revocatorio), la primera y más importante decisión democrática del ciudadano en ejercicio pleno de sus facultades, es la de votar o no votar.

6. Nadie puede ser molestado, amenazado, ofendido o estigmatizado en Venezuela por votar o no votar. Es un derecho que se ejerce libre y responsablemente, comenzando por la decisión de si votar o no votar. Esa primera y básica decisión es nuestro derecho y nuestra responsabilidad individual, personal, consciente y libremente.

7. Para abstenerse hay tantas motivaciones como para votar: desinterés por la política y otros asuntos públicos, desconfianza en el sistema político vigente o concretamente en el sistema electoral, enfermedad, malestar anímico o impedimentos ambientales y materiales. También puede ser por una protesta activa contra el sistema reinante o por escasa o pésima oferta electoral, en cuanto a candidatos y programas políticos.

8. Y para votar, tenemos las motivaciones positivas contrarias a las mencionadas en el punto anterior.

9. Cuando la persona decide ejercer el voto, su responsabilidad sube de nivel al tener que decidir por quién o quiénes votar: implica evaluar trayectorias y programas, y muy especialmente la calidad ética y moral de l@s aspirantes.

10. Si l@s ciudadan@s votamos por los corresponsables de nuestra tragedia histórica, Venezuela seguirá hundiéndose y viviremos peor. Y si usted vota por reconocidos ladrones de la politiquería venezolana, pudrimillonarios traidores a la moral pública y a la confianza del pueblo -no importa con cuál tarjeta electoral se presenten-, esa será su responsabilidad personal.

Si decide ir a votar el próximo 6 de diciembre, no elija delincuentes codiciosos y desvergonzados. Es su responsabilidad.

Manuel Isidro Molina
manuelisidro21@gmail.com

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