El caso Clíver Alcalá Cordones* (CAC) es un buen ejemplo de las distorsiones mentales que genera el fanatismo macartista, que en Venezuela -aunque limitado- se va convirtiendo en un fenómeno de sociopatía de orden ideológico con afectaciones cognitivas individuales.
CAC es una pieza gruesa de Juan Guaidó en Colombia. No tiene nada nadita qué hacer con Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Fue un militar de poco brillo apadrinado por Hugo Chávez, parecido al caso de Luis Felipe Acosta Carlez*, hoy pudrimillonario radicado en Costa Rica junto con su testaferro colombiano Carlos Batistini*, nacionalizado venezolano.
CAC formó parte de eso que llamaron "chavismo crítico", término bajo el cual los medios fueron metiendo a lo bueno y lo malo del chavismo que iba rompiendo con el gobierno de Maduro, lo bueno y lo malo: incluídos oportunistas y mafiosos como Germán Ferrer* y su pareja Luisa Ortega Díaz*, ex Fiscal General, ambos radicados en Colombia -qué casualidad!- desde 2017, cuando el Presidente convocó a Asamblea Nacional Constituyente, para romper la "guarimba" que incendiaba y destruía diversas zonas de Venezuela.
CAC solito decidió ponerse bajo el mando de su "presidente encargado de la República", autoproclamado el 23 de enero de 2019, cuando comenzó esta inédita y ruda historia de 14 desastrosos meses de politiquería, violencia y corrupción, que el gobierno ha sabido aprovechar paso a paso, para demoler al G4*, fracturarlo, comprar a no pocos de sus corrompidos y codiciosos dirigentes, y traerlo hecho añicos a este marzo de Coronavirus.
CAC se hizo pieza militar de Guaidó, títere del uribismo colombiano y de Trump y su sanguinario "Comisionado para Venezuela", Elliot Abrams*, quién es el jefe directo de sus incompetentes acciones. Esa es la primera verdad que no pueden ver los fanáticos macartista. Peor para ellos.
Tampoco ven los enredos de Duque y Uribe en Colombia, a quienes Trump trata con el desprecio debido, y hace de ese reino de las mafias extensión colonial de su imperio. 75 % de la cocaína que se trafica en el mundo es "Made in Colombia"*, mayormente consumida en Estados Unidos y Europa. Si algún narco-estado hay en Suramérica es Colombia*, pero Maduro es el "presidente narcoterrorista": a por él!
Y aplauden los fanáticos de Trump, quieren una invasión ya! Desde el exterior la suplican mucho, ya! Y así poder regresar con sus capitales no declarados ni aquí ni allá, siendo no pocos de sus tenedores grandes, medianos y pequeños han sido actores del saqueo y la descapitalización de Venezuela.
CAC y su camarada de armas "El Pollo" Carvajal* hacen parte de la traición y la vergüenza -como militares, digo- junto con el famoso presidente del IVSS, Carlos Rotondaro*, que creyeron que Trump y el sanguinario Elliot Abrams cumplirían su palabra de perdonarle todos sus delitos y corruptelas, al nomás apoyar al títere y llamarlo "presidente", al calor del "sí o sí" del 23 de febrero de 2019, que terminó en amagos infructuosos, rumbas y putas en Cúcuta.
El fracaso de Leopoldo López y Juan Guaidó fue terrible, el 30 de abril de 2019, con su desoído llamado a rebelión militar y civil contra el presidente Nicolás Maduro. |
El desastre fue total, claro, menos ridículo que el "alzamiento" de Leopoldo López* y su títere en el puente Altamira* de la autopista del este, con una ametralladora y unas cajas de balas camufladas con plátanos verdes. Nunca se había visto algo tan patético en la historia política venezolana, tanto que ni a sus nietos les podrán contar el fiasco. Pero.. Pa'lante!
La cosa es rara. A mí, que me la expliquen:
1.- El títere no manda ni en su casa, sigue siendo el mismo oficiante de LL y obediente subalterno de Duque, Uribe, Abrams -el sanguinario experto en "guerra de perros"- y, por supuesto, Trump, pero el real respaldo político y popular lo perdió, le duró tanto como flatulencia en chinchorro. Que lo digan los del G4+CausaR: lo poco que les queda no levanta ni un suspiro.
Juan Guaidó sin Donald Trump no sería más que un dirigente de tercera o cuarta categoría dentro del partido ultraderechista Voluntad Popular, que dirige Leopoldo López. |
2.- Lo peor de todo es que esos dirigentes, algunos buenos y la mayoría muy malos, no creen en el títere, lo conocen bien y saben de sus inconsistencias, codicia y deslealtades. Lo único que tiene en la bola es el mandato de Trump y sus subalternos de Colombia, Duque y Uribe, a quienes también les consta las incompetencias y mediocridades de sus "socios venezolanos".
Desde Miraflores, Nicolás Maduro sabe perfectamente que su pulso es con Donald Trump y el uribismo colombiano, que ya Juan Guaidó no cuenta sino como pieza de Washington y Bogotá. |
3.- Imposible que comprendan que Maduro se las ha ganado casi todas, desde que asumió la Presidencia de la República por primera vez en 2013, semanas después de la muerte de Hugo Chávez. Van siete años de desconocimientos y acciones arriesgadas y violentas, pero no han podido, ni con el apoyo gringo. Hasta Trump los desprecia por ineptos, pero pa'lante!
¿Hasta cuándo? ¿Hasta que Trump, Duque y Bolsonaro se decidan por invadir Venezuela? ¡Y aplauden! ¡Viva Trump, carajo! ¡El verdadero jefe! Que invada y los llame a Miraflores: ¡Listo! ¡Facilito, ya! "¡Pa' que se acabe la vaina y se mueran esas ratas!", vociferan (por las redes), y desde el exterior más arrechos todavía, machos machotes, "¡no joda!", festejan. Y aplauden, ríen y se frotan las manos, ¡qué coronavirus ni nada! ¡Pa'lanteee!
No me jodan, en verdad no me jodan. Ensériense un poquito, carajo!
Manuel Isidro Molina
27.03.2020
manuelisidro21@gmail.com
@manuelisidroXXI
manuelisidroxxi.blogspot.com
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* Referencias:
CLÍVER ALCALÁ CORDONES
LUIS FELIPE ACOSTA CARLEZ
CARLOS BATISTINI
GERMÁN FERRER
LUISA ORTEGA DÍAZ
G4+Causa R
ELLIOT ABRAMS
COLOMBIA, EL MAYOR EXPORTADOR DE COCAÍANA DEL MUNDO
COLOMBIA, NARCOESTADO
"EL POLLO" CARVAJAL
CARLOS ROTONDARO
LEOPOLDO LÓPEZ
EL FRACASO DEL 30-A 2019
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