MANUEL ISIDRO MOLINA
La macro crisis estructural y moral que agobia hoy a la sociedad venezolana se vive intensamente en toda la geografía nacional, pero con diversos matices en cada región por sus particularidades, y Caracas no es la excepción.
Como lo referí en mi columna anterior, nuestra capital puede ser vista como un gran conglomerado humano que abarca poblacionalmente tres entidades federales conurbadas: Distrito Capital y los estados Miranda y Vargas; el primero totalmente y los segundos, parcial pero intensamente. En este contexto, nuestra ciudad es mucho más que la histórica Caracas de hasta los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo XX; y poco menos de lo que en términos político-territoriales suman Miranda y Vargas con el DC. De ahí, la importancia de una visión metropolitana sobre sus cinco municipios: Baruta, Chacao, El Hatillo, Libertador y Sucre, sin sectarismos politiqueros ni manipulaciones divisionistas. Los problemas de Caracas nos afectan a todos, y sus soluciones nos competen a todos.
En medio de esta gran crisis histórica nacional, Caracas, sus habitantes, trabajadores y trabajadoras residentes o no en ella, y sus inocultables y lacerantes problemas, no pueden ser vistos sino como víctimas de una calamidad de grandes proporciones, afortunadamente bajo fuerte exigencia ciudadana.
No necesitamos magos, demagogos, corruptos ni orates engreídos. Requerimos una verdadera transformación ciudadana de Caracas, como parte del gigante esfuerzo por la reconstrucción integral de Venezuela, que también nos exige a todos y todas.
Lo que ocurre en Caracas, específicamente, es el fracaso simultáneo del ejercicio de la política, derivado a gestiones político-administrativas mediocres y corruptas, de muy bajo espíritu y escasa voluntad de servicio a las comunidades y al interés nacional. También lo es el abandono estético de la ciudad, de sus espacios y de la vida misma en ciudadanía, bajo la presión infame de una pobreza espiritual en las élites gobernantes, cuyas expresiones más acabadas pueden apreciarse en: los Poderes Públicos Nacionales, el Gobierno del Distrito Capital, la Gobernación de Miranda y las alcaldías y concejos municipales de Baruta, Chacao, El Hatillo, Libertador y Sucre, todos fracasados, sin rendición de cuentas al pueblo ni explicaciones serias de tales fracasos, independientemente del color partidista de sus titulares.
Caracas, como ciudad y como el más importante conglomerado humano de Venezuela, es víctima de sus gobernantes en los niveles nacional, regionales y municipales. No lo pueden negar los jerarcas del engreído PSUV; tampoco, los de la fracturada MUD.
En el caso del Distrito Capital y del Municipio Libertador, Caracas es víctima de los sucesivos gobiernos del PSUV, sin excepción, desde 1999 hasta hoy. En lo municipal, Freddy Bernal y Jorge Rodríguez tienen cuentas que explicar: al primero, se las entaparó el segundo al asumir el cargo de alcalde, lo que lo hace cómplice del desastre dejado por Bernal; y en cuanto al actual ministro de Comunicación e Información del presidente Nicolás Maduro, pues simplemente abandonó el cargo sin cuentas ni explicaciones, con el deliberado objetivo politiquero orquestado en Miraflores, de no entregar cuentas al pueblo de Caracas y facilitar la escabrosa irrupción de la ex ministra Érika Farías, ex gobernadora de Cojedes, cargo que abandonó para irse a la Asamblea Nacional Constituyente, responsabilidad que también abandonó para venirse a intentar su elección como alcaldesa de Libertador.
Por eso, el enorme rechazo en Caracas al proceder de Freddy Bernal y Jorge Rodríguez, y a las pretensiones de Érika Farías, cuyas secuelas de iracundia, sectarismo, atropellos, procacidad y dudoso desempeño político-administrativo ha alarmado incluso a militantes y simpatizantes del PSUV y el Gran Polo Patriótico, sorprendidos por tal imposición.
El debate en el Municipio Bolivariano Libertador debe ser asumido con claridad y responsabilidad. Interesa comprender la naturaleza real de sus problemas y los aciertos y desaciertos de sus alcaldes y concejales, en su mayoría desconocidos para la ciudad. La Caracas del Libertador no puede seguir en manos de quienes la han degradado, traicionado y saqueado. Érika Farías, Jorge Rodríguez y Freddy Bernal representan lo mismo: un gobierno fracasado y corrupto rechazado por la mayoría del país, y por la inmensa mayoría de caraqueñas y caraqueños, quienes agobiados por la tremenda y desbocada carestía de la vida, la delincuencia, el sucio y la baja calidad de servicios públicos, exige una transformación ciudadana armónica, gerencialmente eficaz y estéticamente bien resuelta para beneficio de nuestro pueblo.
· EL GRADO DE OBSCENIDAD que han alcanzado las triquiñuelas del gobierno/PSUV en este proceso electoral de alcaldes, no tiene precedentes. Si ya tuvimos bastante con la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) sobre bases contrarias a la Constitución, y el adelanto abrupto de las elecciones de gobernadores sin nuevos consejos legislativo, las actuales maniobras orquestadas por el Consejo Nacional Electoral, el gobierno/PSUV y el Tribunal Supremo de Justicia son malandrería pura.
· EL INFELIZ MANUEL ROSALES es muestra de tales monstruosidades políticas, todo muy descaradamente. Como mecanismo de relojería, el CNE prorroga el lapso de inscripción de candidatos; esa noche, el TSJ le quita de encima la inhabilitación impuesta a MR por la Contraloría General de la República; y al día siguiente, el politicastro va y se inscribe como candidato a alcalde de Maracaibo.
· EL DE JOHN GOICOCHEA es muy similar: negocia su libertad con el gobierno, sale y se inscribe como candidato a alcalde de El Hatillo.
· EN EL MUNICIPIO LIBERTADOR (Caracas), por sus complicaciones, el PSUV trata de impedir candidaturas de partidos del Gran Polo Patriótico distintas a la de Érika Farías: el CNE prorroga lapsos de inscripción y sustitución de candidatos, mientras el chantaje del perverso poder actúa sobre candidatos y partidos menores para provocar retiros y lances reptantes silenciosos.
· LO MÁS COCHINO OCURRE EN EL ESTADO SUCRE con la privación de libertad ilegal y arbitraria de Rafael “El Rojo” Acuña, ex alcalde de Cumaná y ex candidato a gobernador por la Alianza Alternativa que integran UPP 89, Marea Socialista, Movimiento Popular Alternativo, Mepismo Auténtico, Iniciativa Venezuela 2020 y sectores independientes. Lo mandan a meter preso con una espuria orden judicial, bajo supuesta acusación de corrupción genérica, cinco años después de haber entregado su memoria y cuenta. No permiten ver el “expediente” que todavía están forjando, por lo que no lo han presentado al tribunal y lo trasladaron de la sede policial donde lo tenían, a su residencia con el “beneficio” de “arresto domiciliario”.
· LO GROTESCO E INSULTANTE de este caso es que luego de la detención, le llega el primer mensaje del PSUV:“Te dejamos en libertad, si retiras las doce candidaturas a alcaldes de UPP 89”. Un chantaje miserable, política y humanamente. Ah, y el CNE mantenía abierto el ya estirado lapso de sustituciones, a ver si “El Rojo” y los referidos candidatos se doblegaban; lo que no ocurrió. Toda nuestra solidaridad con él y los compañeros candidatos de UPP 89 en el estado Sucre.
· LA CÚPULA DEL PSUV ESTÁ MORALMENTE DESPRESTIGIADA por estos y muchos otros casos. Se sabe que sus jerarcas no tienen límites en su inmoralidad política, administrativa e institucional. Son capaces de eso y mucho más, los muy miserables. Todo sea por preservar su poder arbitrario, autoritario y corrupto.
· EN LA CARACAS METROPOLITANA la Alianza Alternativa ha postulado con la tarjeta de UPP 89, las siguientes candidaturas independientes:
GRISELDA REYES, contadora-auditora, empresaria, presidenta de “Venezuela en Positivo” y promotora vecinal, para alcaldesa del municipio Baruta.
ÍTALO ZAPATA, administrador, dirigente municipal y presidente de Fenacomunal, para alcalde de Chacao.
MANUEL ISIDRO MOLINA, para alcalde de Libertador.
JOSÉ LUIS CASTAÑEDA, dirigente comunal de Petare, para alcalde del municipio Sucre.
· DE MI PROGRAMA DE GESTIÓN POR CARACAS: “Auditoría pública y ciudadana de la gestión municipal, con decisiva participación de las comunidades a través de las asociaciones vecinales y comunales, dentro del proceso de Contraloría Social y defensa de la pulcritud administrativa y la diligente aplicación del castigo penal correspondiente a quienes vulneren tan importante principio de honestidad y servicio público”.
@manuelisidro21 - @manuelisidroXXI
* Ex presidente del Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela
* Licenciado en Comunicación Social - Universidad Central de Venezuela
* Especialista en Ciencia Política - Universidad Simón Bolívar
* Columnista del semanario LA RAZÓN
Asesor en análisis de entorno político y social
Coordinador del Movimiento Popular Alternativo (MPA)
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