Por Manuel Isidro Molina (*)
Conocida
públicamente, la motivación del llamado a reforma de la Ley de
Ejercicio del Periodismo (1994) luce innoble y premeditada a favor de la
censura, la mentira y la opacidad impuesta por los gobiernos de los
presidentes Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro Moros, sin solución de
continuidad.
De entrada,
se observa desconocimiento y maniqueísmo por parte de quienes lo
promueven desde el llamado "Movimiento del Periodismo Necesario", que
agrupa a colegas periodistas empleados por el gobierno, muy sumisos y
complacientes con los lineamientos autoritarios de censura y opacidad,
coacción y control de medios mediante prácticas extorsivas, telematicas y
judiciales. Igual ocurre con algunos voceros parlamentarios de la
mismísima Comisión del Poder Popular y Comunicación de la Asamblea
Nacional, instancia parlamentaria que no tiene idea de lo que se propone
con dicha "reforma".
Las cosas en su lugar
La
Ley de Ejercicio del Periodismo, vigente desde 1994, es una ley de
ejercicio de una profesión universitaria, como lo son las de la
Medicina, la Ingeniería, el Derecho o la Contaduría y la Administración,
entre otras. Todas de rango universitario, deontológico y metodológico
al servicio de la sociedad, y de la preservación y actualización del
conocimiento especializado y las capacidades profesionales para servir
mejor las potencialidades del desarrollo armónico de Venezuela.
Tenemos
una particularidad en Venezuela: los principales gremios periodísticos
del país, fueron los promotores de los estudios universitarios en
comunicación social. La Asociación Venezolana de Periodistas (AVP, 1941)
y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP, 1946)
solicitaron a la Junta de Gobierno, presidida por Rómulo Betancourt
(1945-1948), la creación de la "Escuela de Periodismo" en la Universidad
Central de Venezuela; y así fue aprobado en 1946.
Pese
a las arremetidas dictatoriales militares del lapso 1948-1958,
periodistas y gremios venezolanos mantuvieron su vigor en defensa de la
libertad de expresión, el derecho a la información y el ejercicio
profesional del periodismo, signados por ideales de justicia social,
libertad y transparencia en la función pública, siempre en conflicto con
los sucesivos gobiernos de turno a partir de 1959. La exaltación de esa
ejemplar historia es hoy, por la clara intención del legislador
"chavista" de manosear premeditadamente la vigente Ley de Ejercicio del
Periodismo.
1972: La primera Ley
En
1957, se reanimó la lucha contra la dictadura militar de Marcos Pérez
Jiménez. Un periodista, Fabricio Ojeda, presidía la Junta Patriótica que
articuló el derrocamiento del régimen dictatorial -corrupto, torturador
y asesino-, impulsada políticamente por los partidos políticos de la
epoca: Acción Democrática (AD), Partido Comunista de Venezuela (PCV),
Unión Republicana Democrática (URD) y Partido Socialcristiano COPEI. Es
historia, y nadie la podrá alterar.
Dirigentes
del gremio periodístico (AVP/SNTP) organizaron y activaron la "Huelga
de Prensa" del 21 de enero de 1958, que sirvió de catalizador final para
el derrocamiento de la dictadura, el 23 de enero. Este episodio
histórico elevó el prestigio de la profesión de periodista, cuyos
gremios insistieron en el impulso de la creación de otras escuelas
universitarias de periodismo, luego transformadas a "comunicación
social".
Unidos los
periodistas, dirigentes gremiales, docentes y estudiantes universitarios
promovieron la discusión y aprobación de la primera Ley de Ejercicio
del Periodismo, sobre la base responsable de un proyecto de ley
redactado y avalado por la AVP, el SNTP y las escuelas universitarias de
comunicación social, aún con la reticencia de algunos sectores
empresariales de los medios asociados con factores políticos. Esas
resistencias fueron superadas arduamente, con apoyo de la opinión
pública, y en 1972 fue aprobada y decretada nuestra Ley de Ejercicio del
Periodismo, puesta en vigencia por el presidente Rafael Caldera.
Durante
cuatro años, se cumplió el proceso de creación del Colegio Nacional de
Periodistas, cuyo primer presidente electo fue el querido profesor
Héctor Mújica, en libre y pareja competencia democrática con otros dos gremialista connotados, Omar Pérez y Eleazar Díaz Rangel,
último presidente de la Asociación Venezolana de Periodistas y
coorganizador de la referida Huelga de Prensa del 21 de enero de 1958.
1994: Aprobación de la ley vigente
En
1984, correspondió al entonces presidente del CNP, Gilberto Alcalá,
introducir el primer proyecto de reforma de Ley comentada, texto sobre
el cual cayó el silencio cómplice de los parlamentarios de la época.
Luego de los estremecimientos que sufrió la sociedad venezolana en el
lapso 1989-1993, el gremio periodístico reactivó el proyecto de reforma,
en marzo de 1994. Eduardo Orozco presidía el CNP, y quien esto escribe
presidía la Comisión Permanente de Medios de Comunicación Social, ente
parlamentario en el cual recayó el análisis y discusión del proyecto de
reforma.
La nueva ley fue
aprobada por unanimidad en el Congreso de la República, después de una
ardua discusión nacional con todos los sectores comunicacionales
involucrados. Realizamos foros abiertos en las principales ciudades del
país con apoyo logístico de las Asambleas Legislativas de los estados,
las 27 seccionales del CNP y las escuelas de CS. No fue un madrugonazo
politiqueros ni, mucho menos, una pretensión sectaria innoble, artera, a
espaldas del gremio periodístico y la pluralidad nacional, como se
pretende hoy. ¡Gran diferencia!
Derrota asegurada
La
anunciada y desconocida "reforma" -sin proyecto ni claridad de
propósitos- es una piratería más de quienes no se cansan de estropear el
derecho del pueblo venezolano a estar veraz y oportunamente informado; y
el libre y ético ejercicio profesional del periodismo.
Los
promotores y promotoras de la anunciada "reforma" fantasma, tienen una
derrota asegurada. Ni el gremio periodístico ni la inmensa mayoría de la
sociedad venezolana les acompañará en este nefasto y frustrado zarpazo
antidemocrático. Acostumbrad@s a conspiraciones de todo tipo contra los
desarrollos armónicos de nuestra sociedad, se muestran envalentonad@s
para cumplir su tarea. ¡Pésima señal!
Los
argumentos para promover la "reforma" -al menos los difundidos- son tan
genéricos e infundados, que permiten imaginar la maltrecha ley que
emergería de sus turbios propósitos.
Sin
embargo, no es difícil inferir que dicha "reforma" apunta a la
desprofesionalización del ejercicio del periodismo, por motivos
principalmente sectarios monopartidistas, como lo han hecho en todos los
ámbitos de la vida venezolana desde 1999 hasta hoy. El país destrozado y
desestructurado que somos en la actualidad, sumaría un nuevo capítulo
de agresión monopartidista y desafuero académico muy involutivo, si
llegaren a materializar este zarpazo en contra del CNP, el ejercicio
profesional del periodismo y el derecho a la información veraz y
oportuna del pueblo venezolano.
La
actualización de la Ley de Ejercicio del Periodismo debe ser asumida
democráticamente, a partir de 2026, luego de la renovación de la
Asamblea Nacional en 2025 y la elección presidencial de 2024.
(*)
Ex presidente del Colegio Nacional de Periodistas
Ex presidente de la
Comisión Permanente de Medios de Comunicación Social de la Camarera de
Diputados del Congreso de la República
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