domingo, 12 de mayo de 2019

TEMAS ESTRATÉGICOS / Los tormentos de Trump

28 meses después de su juramentación como presidente de Estados Unidos de América (EEUU), todos los problemas internacionales que Donald Trump ha enfrentado (o se ha buscado) se han agravado.


MANUEL ISIDRO MOLINA

Ya con el sol en la espalda, Donald Trump no tiene un solo trofeo internacional en sus manos para mostrar a sus votantes ni a la sociedad estadounidense, que mayoritariamente lo rechaza, no lo comprende ni lo acompaña en sus traumáticas aventuras.

28 meses después de su juramentación como presidente de Estados Unidos de América (EEUU), todos los problemas que ha enfrentado (o se ha buscado) se han agravado: ni uno solo evoluciona bien o en forma favorable a su política exterior, desde Venezuela hasta China, Rusia, Irán o México; tampoco, en su propio país.

Su caótica manera de hacer política -como si la Casa Blanca fuera la "Torre Trump", donde nadie discute sus decisiones caracterizadas por arriesgadas triquiñuelas y agresivas estrategias de competencia mercantil- lo ha llevado a entramparse, cada vez más.


Presidente minoritario

Trump obtuvo 2,7 millones de votos menos que su principal
contrincante, la demócrata Hillary Clinton
No es novedoso decirlo, pero sí indispensable recordarlo en un marco evaluativo de la gestión del jefe de Estado del país más poderoso del mundo: Trump es un presidente minoritario, jamás ha sido mayoría en la sociedad estadounidense, es decir, no ganó el voto popular en 2016, pues obtuvo 2,7 millones de votos menos que su principal contrincante, la demócrata Hillary Clinton; y como si fuera poco, en diciembre de 2018 su partido Republicano perdió la mayoría que ostentaba desde la era de su predecesor Obama, en la Cámara de Representantes.

Su acceso a la Presidencia solo fue posible por el sistema electoral de EEUU, de segundo grado mediante Colegios Electorales, en los cuales los delegados electos incluso pueden cambiar su voto a favor de un candidato distinto al votado por sus electores. Algo impensable en los países democráticos, hoy en todo el mundo, pero así lo pauta su Constitución, aprobada originalmente el 17 de septiembre de 1787.

Ciertamente, no es la primera vez que un candidato minoritario en voto popular llega a la Casa Blanca, pero sí lo es que un presidente minoritario actúe como si no lo fuera y con un estilo tan agresivo e impetuoso frente al entorno mayoritario que lo adversa. Más que "estilo", lo de Trump es su concepto mediocre de la vida y del poder, básico y brutal, intimidatorio, extorsivo.


Catástrofe mundial para EEUU

Los 28 meses de ejercicio de Donald Trump en la Casa Blanca, pueden calificarse como una catástrofe política para EEUU en el plano internacional, aunque en la Casa Blanca y el Pentágono no lo reconozcan todavía. Y como puede parecer exagerada esa evaluación, veamos un resumen referencial:

El presidente chino Xi Yinping y su par estadounidense
Donald Trump juegan duro en el plano estratégico mundial.

* Con la República Popular China, la "guerra comercial" iniciada por Trump no ha hecho más que provocar una peligrosa espiral confrontacional, que hasta el rancio Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado de sus muy negativas consecuencias sobre el comercio y la economía global. Pero además, nada ha logrado en materia de contención militar del empuje del gigante asiático en el Mar Meridional de China, donde el Ejército Popular de Liberación ha construido islas artificiales con fines estratégicos frente a todos sus vecinos y la propia Armada de EEUU. China mantiene invariable su posición sobre Taiwan (República de China), considerada por Pekín parte inextricable de su territorio, una "provincia rebelde", incluso no reconocida por la Organización de Naciones Unidas (ONU).


Trump no ha logrado variar la dura y estratégica posición
del Kremlin en Crimea y frente a Ucrania, a pesar de la
intensificación del cerco militar de la 
Organización del
Tratado del Atlántico Norte
 (OTAN) sobre la vasta
frontera occidental de Rusia.
* Con la Federación de Rusia, comparativamente modesta desde el punto de vista económico pero gran potencia nuclear -a la par de EEUU, aunque superior en número de ojivas nucleares- y armamentística mundial, Trump no ha logrado variar la dura y estratégica posición del Kremlin en Crimea y frente a Ucrania, a pesar de la intensificación del cerco militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre la vasta frontera occidental de Rusia, el país más extenso del mundo. La superioridad rusa en Siria ha sido una verdadera derrota de la política de Trump, que ha provocado el humillante retiro de la avanzada de del poderoso Ejército de EEUU. Rusia tampoco ha dado su brazo a torcer frente a la política de Trump en Corea del Norte (República Popular de Corea), Irán, Turquía y Venezuela. Pero por si fuera poco, Rusia ha hecho gala de alta competencia científica y tecnológica en innovaciones militares que le han estropeado el sueño a los estrategas del Pentágono y sus aliados de la OTAN, especialmente en aviación de quinta generación, misiles supersónicos indetectables de alcance medio y mundial, sistemas antiaéreos y antimisilísticos (S-300, S-400) probados suficientemente en Siria, y sistemas secretos de guerra electrónica capaces de "enceguecer" los sistemas de armas enemigos en radios tan asombrosos de hasta 300 kilómetros. Este desbalance a favor de Moscú parece haber motivado el retiro de EEUU del  Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) , anunciado por la administración Trump en febrero pasado, causando asombro e inestabilidad mundial.

Ambas potencias mundiales -Rusia y China- tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU -igual que EEUU, Gran Bretaña y Francia-, lo que asegura la imposibilidad de cualquier resolución a ese nivel, sin la complacencia de Pekín o Moscú, como recientemente ha quedado más que claro en las dos votaciones sobre Venezuela promovidas infructuosamente por Washington.


El ayatolá Jamenei calificó a EEUU de ser la 
"personificación fiel de la arrogancia global".
* Con la República Islámica de Irán, Trump ha llevado a máximo riesgo de una confrontación bélica que convertiría en un verdadero caos al Golfo Pérsico, área estratégica para el comercio mundial de hidrocarburos. Más atado que nunca a la política de Israel contra Palestina e Irán, Trump autorizó el retiro solitario de EEUU del Acuerdo Nuclear con Irán y más recientemente impuso una "prohibición" unilateral de las exportaciones de petróleo iraní, que ahora parece tratar de materializar con el empleo de uno de su portaaviones y su grupo de batalla, ya desplegados frente a las costas de Irán.


El sueño se topó con la realidad, y Norcorea reanudó
sus pruebas misilísticas y mantiene intacto el programa nuclear,
así como su incipiente programa espacial. 
* Hacia la República Popular de Corea, Trump lanzó una retahíla de amenazas bélicas, incluyendo "desaparecer a Corea del Norte" con un masivo ataque nuclear, si el gobierno de Kim Yong Un no paralizaba y revertía su ofensivo programa nuclear con detonaciones subterráneas y pruebas misilísticas de mediano y largo alcance. En medio de tales tensiones se produjo una inesperada reunión Trump-Kim, en la cual ambos líderes firmaron una declaración para la "desnuclearización de la Península Coreana", lo que erróneamente fue celebrado por Washington y los medios de comunicación occidentales como "desnuclearización de Corea del Norte", confusión que determinó el fracaso de la segunda reunión cumbre EEUU-RPC en Vietnam. El sueño se topó con la realidad, y Norcorea reanudó sus pruebas misilísticas y mantiene intacto el programa nuclear, así como su incipiente programa espacial. Junto con la "desnuclearización de la Península Coreana" (que para Norcorea significa exclusión de armamento nuclear estadounidense en aeropuertos y puertos de Surcorea), Pionyang exige la suspensión de las maniobras militares semestrales de EEUU y Corea del Sur (República de Corea).


* En Afganistán, EEUU sigue empantanado, lejos de materializar el anunciado retiro significativo de las tropas que ni han derrotado a los rebeldes islamistas ni han podido arrinconarlos a niveles tolerables para el control del inestable y asediado gobierno de Kabul.


La estrategia del gobierno sirio y su experimentado Ejército
cuenta con el decidido y eficiente apoyo de Rusia
* Siria ha sido un escenario terrible para Trump. La estrategia del gobierno sirio y su experimentado Ejército cuenta con el decidido y eficiente apoyo de Rusia, potencia que ha logrado impactar mundialmente con la eficacia imbatible de su renovada tecnología militar (aviación, misiles navales y aire-tierra, sistemas de interceptación de aviones y misiles, guerra electrónica, etc.). La derrota del Estado Islámico y grupos rebeldes sirios aliados de EEUU, ha permitido la recuperación de vastos territorios y la reunificación nacional de Siria bajo el control de Damasco, mientras el rol de las tropas estadounidenses y del gobierno de Trump se ha diluido hasta la irrelevancia, incluso frente a su antiguo gran aliado, Turquía.


Erdogan se ha convertido en uno de los principales 
nuevos aliados del gobierno venezolano del presidente 
Nicolás Maduro, cuyo desconocimiento ha encabezado 
Trump internacionalmente.

* El caso de Turquía es notorio: de ser un estrecho aliado miembro de la OTAN, desde el ascenso de Trump a la Casa Blanca las políticas de Washington han sido tan torpes e injerencistas que el presidente Erdogan ha tomado el rumbo menos deseado por el Pentágono. Ankara viró hacia Moscú y entró de lleno en la "Ruta de la Seda" impulsada por China, gigantesco plan multinacional de desarrollo, infraestructura, comercio e inversión que ha cautivado a decenas de países de Asia, Europa y Medio Oriente, sin que la administración Trump haya podido afectarlo en mínimo grado. Especial contrariedad ha generado en Washington, la decisión de Turquía de adquirir -ya sin retorno- los sistemas antiaéreos y antimisilísticos rusos "S-400", cuyas capacidades superan ampliamente las del sistema "Patriot" de EEUU. Por si fuera poco, Erdogan se ha convertido en uno de los principales nuevos aliados del gobierno venezolano del presidente Nicolás Maduro, cuyo desconocimiento ha encabezado Trump internacionalmente.


EEUU está pendiente de responder a la contrapropuesta
del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
* México es otra muestra del descalabro de la política exterior de Trump, quien ha alejado a su más importante aliado en América Latina, vecino sureño y socio junto con Canadá en el NAFTA, acrónimo inglés del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Su acelerado empeño en "construir el muro" en la frontera que incluye territorios arrebatados a México en la cuarta década del siglo XIX, imponiendo a su vecino el "pago" proporcional de tal inversión, lo ha llevado a querellarse no solo con los mexicanos sino con la mayoría demócrata y parte de la representación republicana en el Congreso de EEUU, con serio riesgo de ser procesado y destituido por irrespeto al parlamento en materia presupuestaria. Además de los frecuentes insultos al gentilicio mexicano en boca del propio Trump, las complicaciones binacionales van hasta el NAFTA, cuyas bases fueron quebrantadas por Trump y ahora EEUU está pendiente de responder a la contrapropuesta del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

* Con su muy estrecho aliado del norte, Canadá, también ha habido fricciones por el NAFTA y por la imposición unilateral de mayores aranceles, igual que las ha habido con la Unión Europea (UE) y China.


Un "atolladero" llamado Venezuela  


La crisis venezolana se ha convertido -según reporte de The Washinton Post en un "atolladero" para Trump y sus halcones del departamento de Estado (Mike Pompeo), la consejería de Seguridad (Jhon Bolton) y la comisionaduría para Venezuela en manos de Elliot Abrams, quienes han presionado a los jefes del Pentágono y concretamente del Comando Sur del Ejército para concebir y poner "listo" para actuar, un plan de invasión que lleva por nombre "Freedom Venezuela 2".

El titular de TWP es suficiente referencia: "Trump frustrado, cuestiona estrategia de su gobierno en Venezuela" ( https://bit.ly/2JAuzeh ). El 3 de mayo, The New York Times fue específico: "Desde entonces, Guaidó ha anunciado una serie de huelgas laborales que pretenden mantener vivo el impulso de la oposición, y ha seguido exhortando a las fuerzas armadas a dar la espalda a Maduro. Esta estrategia, que es poco realista, ya está desgastada" ( https://nyti.ms/2LGALnw ).

Los subsiguientes llamados de Guaidó tampoco han tenido eco significativo, con algunos de los involucrados en el golpe frustrado del 30-A refugiados en varias embajadas (España, Argentina, Italia) y el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, arrestado en el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN).

Ahora, al "frustrado" Trump solo le queda mantener el duro bloqueo financiero, económico, petrolero, comercial y político contra Venezuela, que ya genera reacciones negativas tanto en la sociedad venezolana como en el entorno internacional; o lanzarse a la aventura bélica, según lo pautado en el plan "Freedom Venezuela 2", que la dirigencia opositora de turno llama sin mucha creatividad "Operación Libertad", para lo cual apenas falta una "petición" formal de Juan Guaidó como "presidente encargado" reconocido por EEUU y unos cincuenta gobiernos más, aunque tanto el Grupo de Lima como la Unión Europea, han expresado y reafirmado su oposición firme a una invasión militar estadounidense contra el simbólico territorio de la patria del Libertador Simón Bolívar, que en el siglo XIX devastó el poderío imperial colonial del Reino de España, luego de lo cual advirtió suficientemente sobre la política expansionista de EEUU hacia América Latina y el Caribe.
MIM/mayo 2019