Manuel Isidro Molina
El presidente Nicolás Maduro está demostrando escaso respeto a la Constitución y a la ética en el desempeño de sus altas funciones públicas. No es un antojo personal. Es un concepto de ejercicio del poder, que arropa al PSUV, sus satélites y testaferros.
No se trata de algo novedoso, es herencia de la era Chávez, en toda su complejidad: abuso de poder, corrupción generalizada, peculado de uso como norma, enriquecimiento ilícito al calor de la actividad política y su aplicación en tiempo electoral, fusión partido-Estado, censura y manipulación de medios de comunicación social, apropiación corrupta de medios de comunicación privados a manos de testaferros del partido-gobierno, coacción de beneficiarios de servicios públicos, activación de esquemas represivos y manipulación de las funciones de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en lo que destaca la Milicia Nacional Bolivariana, cuyos integrantes están adoctrinados para apoyar y complementar la vocación autoritaria y de control político del PSUV.
Colectivos armados y tolerados
Marginalmente, pero no menos importante, está el accionar de los mal llamados "colectivos", formaciones parapoliciales armadas, financiadas y controladas por el gobierno con abierta tolerancia por parte de la FANB, SEBIN, CICPC, DGCIM, PNB y la Fiscalía General de la República, cuyas competencias antidelictivas declinan frente a las fechorías cometidas por aquellos.
Estos grupos parapoliciales han derrapado con toda impunidad, al control mafioso de zonas de comercio informal, reventa de productos sustraídos o reciclados del sistema de alimentos subsidiados CLAP. También, al cobro de "protección" a las tiendas del comercio formal; y la distribución y venta de drogas, fenómenos que la autoridad publica se niega a combatir.
"Como loquito"
En su desespero por mantenerse en Miraflores hasta 2031, Maduro, el PSUV, sus satélites y testaferros desesperan frente a la posibilidad cierta de ser derrotados en la elección presidencial del #28Jul. Saben perfectamente que el Ejecutivo es la nuez del poder en Venezuela y del control para la disposición de los recursos públicos.
Programas de televisión que muy pocos ven, ofertas demagógicas todos los días, micro-créditos a granel, creación improvisada se ministerios y misiones, oferta de "obras" y anuncio de "proyectos" sobre un mar de colapso institucional, deterioro de servicios públicos, caos y ruina en empresas públicas y empobrecimiento generalizado de la población, hacen de hazme reír al gobernante reelecciónista fracasado.
Popularmente, en Venezuela decimos "anda como loquito" al ver a alguien desencajado y frustrado actuando erráticamente. Así es percibido el Maduro reelecciónista por la inmensa mayoría de la población.
La quiebra de un modelo político fracasado por delincuente, autoritario, inepto y violador de Derechos Humanos, se está manifestando en forma irreversible. Es lo que se perfila hacia el #28Jul.
Lo que está ocurriendo es el colofón de una etapa de pillaje, fracaso administrativo y traición a los derechos del pueblo iniciado en 1999, luego del esperanzador triunfo del Polo Patriótico en diciembre de 1998, con la candidatura presidencial de Hugo Chávez Frías, quien prefirió darle rienda suelta a su autocratismo militarista y al manejo sucio de los recursos del Estado a beneficio de su entorno familiar, personal, militar y político.
manuelisidro21@gmail.com
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