Foto ilustrativa, archivo web.
Reproducimos el texto oficial de las resoluciones de la Asamblea Ordinaria Plenaria de del Obispos de Venezuela, realizada en Caracas:
CXVI ASAMBLEA ORDINARIA PLENARIA
EXHORTACIÓN PASTORAL “TODO REINO QUE SE DIVIDE, CORRE A LA RUINA” (Mt.12, 25)
1.
Los Obispos de Venezuela, reunidos en nuestra CXVI Asamblea Ordinaria
Plenaria, como pastores y hermanos, queremos compartir con todo nuestro
pueblo venezolano un mensaje de esperanza en el amor de Dios y de
compromiso personal y comunitario para la refundación de nuestro país,
en medio de tantas calamidades y sufrimientos que nos aquejan.
LA ACTUAL REALIDAD DE VENEZUELA
2.
Es conocida por todos nosotros la grave crisis que vivimos en el país y
que, en repetidas ocasiones, la hemos planteado. Esta se ha agudizado
con el aumento exponencial que estamos sufriendo con la pandemia del
COVID-19. Somos muchos los venezolanos que, víctimas de esta terrible
enfermedad, nos hemos visto afectados, tanto por la pérdida de seres
queridos como por el sufrimiento que significa padecerla. Para agravar
la situación, se añade la crisis sanitaria: los hospitales carecen de lo
necesario, los médicos y el personal de enfermería no cuentan con el
equipamiento adecuado, las personas tienen que proveerse de los costosos
insumos, medicinas, y como siempre, el pueblo empobrecido es el que más
sufre. A esta grave situación, debemos agregar la falta de un serio
plan de vacunación. No se puede jugar con el derecho sagrado a la salud.
3.
Ante esta grave crisis sanitaria, hacemos un llamado al Gobierno
nacional para que se aboque a equipar los hospitales de lo necesario
para atender la salud de nuestro pueblo, sobre todo en lo referente a la
pandemia del COVID 19. Igualmente, urge la necesidad que se implemente
una auténtica y seria política de vacunación que beneficie por igual a
toda la población y con vacunas reconocidas y autorizadas por la OMS. A
este respecto, las diferentes academias científicas de Venezuela han
hecho el llamado de no implementar la vacunación en el país con la
vacuna denominada “Abdala”, pues, es considerada por ellas “un
experimento biológico no autorizado”. Ante la realidad de vacunar a
nuestro pueblo se deben deponer todas las posiciones interesadas,
parcializadas e ideologizadas.
4.
Desde algunos años, y actualmente con la pandemia del COVID 19, el
sistema educativo está muy afectado. Los docentes son víctimas de la
compleja crisis humanitaria que vive todo el pueblo, su salario no cubre
lo mínimo que establecen los indicadores mundiales para considerar que,
por lo menos, no se encuentren en pobreza extrema; además, hay una
alarmante deserción escolar. Pretender que la educación formal se haga
por Internet es una ilusión, pues, menos del 20% de las familias tienen
acceso a este servicio. Frente a esta crisis educacional, es preciso
atender a los docentes: sin ellos no hay proceso educativo. Las
políticas educativas deben mirar a crear un Pacto Educativo Global, que
involucre a todos, que ponga sobre la mesa el tema de la educación no
solo en el ámbito docente y familiar sino también en el ámbito
gubernamental, en el campo empresarial, artístico, religioso, y con
especial incidencia en lo social, lo político, lo económico, lo
cultural, partiendo de alianzas educativas que hagan constituir a
Venezuela en una Sociedad Educadora. Para que esta política educativa se
haga realidad, debe existir un compromiso por parte del Estado
venezolano y sus entes gubernamentales con responsabilidad en el campo
educativo, en querer establecer diálogos con todos los actores para
poder garantizar los compromisos mancomunados.
5.
Como ya lo expresamos en el Comunicado de la Comisión Permanente el
pasado 9 de julio(1), deploramos la situación de violencia que en los
últimos días ha ocurrido en la ciudad capital, provocada por grupos
armados irregulares y bandas criminales, que también tienen presencia en
el resto del país. Esto evidencia el debilitamiento en la misión que
deben cumplir las instituciones de seguridad del Estado Venezolano;
refleja la crisis político-social en la que hemos estado sumergidos en
las últimas décadas. Nos solidarizamos con las victimas que esta
situación ha generado y exhortamos a las instituciones del Estado a no
violentar el principio de la centralidad y dignidad humana, por lo que
hay que anteponer la seguridad personal de los ciudadanos por encima de
cualquier otro interés.
6.
En múltiples oportunidades, hemos denunciado las violaciones a los
derechos humanos que han sufrido y sufren personas e instituciones en
nuestro país. Estas violaciones han sido confirmadas en los diversos
informes presentados por la Alta Comisionada para los DDHH de la ONU. En
los últimos días, hemos sido testigos de algunas situaciones
irregulares, como la de una ONG dedicada a la defensa de los derechos
humanos a cuyos miembros se les violentaron estos mismos derechos, en
particular el debido proceso, al ser detenidos y trasladados, sin
permitir comunicación alguna con sus familiares y con sus abogados.
Exhortamos a las autoridades competentes, encargadas de resguardar la
seguridad y el cumplimiento de esos derechos, a que cumplan su misión
como lo propone la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
en el art. 2, por el cual, “Venezuela se constituye en un Estado
democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores
superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la
libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la
responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos
humanos, la ética y el pluralismo político”. Por lo tanto, exigimos
resguardar la integridad física y la liberación inmediata de los
miembros de Fundaredes y de todas las organizaciones que velan y luchan
por los derechos de todos los venezolanos.
7.
Queremos advertir a los miembros de la Asamblea Nacional y a todos los
hombres y mujeres de buena voluntad, el peligro real de imponer la
llamada “ideología del género”. Ella contradice la verdad científica y
el sentido común. Es una colonización ideológica que procede de grandes
intereses económicos. En aras de la “libertad”, se desdibujan los
contornos naturales ente el varón y la mujer, para dar cabida a una
sexualidad llamada “diversa”. Esto trae unas consecuencias imprevisibles
en la educación de niños, niñas y adolescentes. Es urgente que todos
contribuyamos a defender a los más débiles, que son los más pequeños que
crecen día a día en el desarrollo de su afectividad y su identidad
sexual.
8. Es preocupante
la progresiva división que existe entre los diversos actores políticos
del país y su desconexión con los problemas del pueblo. Tanto en el
gobierno como en la oposición se producen fuertes antagonismos basados
en ambiciones personales, sectarismos y ansias de poder, que se han
agudizado ante la convocatoria a las próximas elecciones. Se lucha por
ocupar cargos de gobierno y poco se piensa en el bien común de nuestro
sufrido pueblo y en la solución de sus problemas básicos,
lamentablemente es la población quien sufre las consecuencias. Las
elecciones son una excelente oportunidad para fortalecer liderazgos
locales y regionales y para que los aspirantes vean allí una ocasión
para servir a nuestros conciudadanos y promover el bien común. “La
grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por
grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo”(2). Se
deben deponer intereses particulares, y buscar con acciones concretas el
bienestar de todos y atender las necesidades de los más empobrecidos.
LLAMADOS A LA SOLIDARIDAD Y LA UNIÓN
9.
Como pastores, nos preocupa la situación de deterioro general que sufre
el país, pero mantenemos y animamos la esperanza que brota del
Evangelio que si se puede revertir tal deterioro. Nos hacemos eco del
mensaje de la Presidencia de la CEV del pasado 22 de junio acerca del
legado que nos ha dejado la Batalla de Carabobo: “la vocación libertaria
recibida para dar una respuesta en todo momento con un compromiso que
permita seguir adelante y vencer las batallas que las circunstancias
puedan generar en el país”(3). Estamos conscientes que solo si unimos
esfuerzos y voluntades podremos sacar al país adelante. Es urgente que
cada uno de nosotros, como personas y como pueblo, contribuyamos a la
reconstrucción de nuestro país. Esta preocupación ya la encontramos en
las palabras del Libertador Simón Bolívar en su última proclama: “Mis
últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye
a que cesen los partidos y se consolide la unión yo bajaré tranquilo al
sepulcro”(4). Por tanto, el compromiso personal y comunitario por
prepararnos y cultivarnos en el afán de servicio a los más necesitados,
es indispensable.
10.
Para lograr dicho objetivo, tenemos que unir esfuerzos para que haya una
verdadera participación de todos los ciudadanos en la refundación de
nuestra nación. “Todo reino que se divide, corre a la ruina; no hay
ciudad o familia que pueda durar con luchas internas”(5). Solo tomando
“conciencia del protagonismo de todos los miembros del pueblo
venezolano, único y verdadero sujeto social de su ser y quehacer”(6),
podemos alcanzar la meta tan deseada por la inmensa mayoría del pueblo:
reconstruir nuestra nación. “Para refundar la nación, una de las más
importantes tareas que tenemos pendiente los venezolanos es volver a
recobrar la fuerza de ser “sujetos”, recobrar la autonomía y la libertad
como ciudadanos y como nación ante la invasión político-cultural
extranjera en la que nos encontramos. No puede haber libertad sin un
“sujeto” que asuma ese valor”(7).
11.
El Papa Francisco nos invita a que “seamos parte activa en la
rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas. Hoy estamos ante
la gran oportunidad de manifestar nuestra esencia fraterna, de ser otros
buenos samaritanos que carguen sobre sí el dolor de los fracasos, en
vez de acentuar odios y resentimientos”(8). Esta invitación requiere no
tener miedo, porque la iniciativa, el emprendimiento, los procesos
solidarios para promover la dignidad de las personas y luchar
positivamente por la justicia, siempre que estén revestidas por la
caridad de Cristo, estarán lejanas de las ideologías.
12.
Nunca podremos alcanzar la meta del bien común para nuestro país y,
especialmente, nunca podremos erradicar la pobreza y la miseria material
y moral de nuestro pueblo, si no unimos esfuerzos y caminamos todos
juntos hacia un objetivo común que implique la liberación y el
desarrollo humano integral del pueblo. Jesús en su Evangelio nos llama a
hacernos cercanos y presentes ante el que necesita ayuda(9). Todos y
cada uno podemos y debemos considerar que tenemos una cuota personal y
comunitaria en la construcción del bien común.
13.
En la actualidad, se respira en la Iglesia un aire muy esperanzador
expresado por el Papa Francisco en estos términos: “El camino de la
sinodalidad es el camino que Dios quiere para la Iglesia del tercer
milenio”.(10) La Sinodalidad es un aporte importante que la Iglesia da a
nuestro país, invitando a caminar juntos. Todos debemos acompañar a
nuestro pueblo en la búsqueda de las formas más auténticas de
desarrollo. Esto significa también la necesidad de ahondar en el
acompañamiento y en el discernimiento de las causas de los sufrimientos,
fatigas y calamidades, así como también de los gozos y esperanzas de
nuestro pueblo a fin de construir un nosotros interpelante. Nos ilumina
el pasaje bíblico de Emaús(11). En esa experiencia pascual de los
discípulos, el encuentro con Jesús hace que emanen la pasión por la
verdad, la capacidad de compartir, la alegría por la vida y por el
Evangelio. “Caminar y trabajar juntos” implica disponibilidad a dejarse
moldear por el Espíritu para poder testimoniar el amor de Dios en
nuestra sociedad.
14.
Dios en estos momentos nos llama a la solidaridad, que es pensar y
actuar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre
la apropiación de los bienes por parte de algunos. La solidaridad
implica escuchar el grito angustioso y esperanzador de los pobres,
analizar la situación y promover la organización comunitaria, social y
política para luchar contra las causas estructurales de la pobreza(12).
15.
Nos encomendamos a la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto,
Patrona de Venezuela y del Beato José Gregorio Hernández, a fin de que
nos acompañen en la refundación de nuestra nación como compromiso al que
nos llama Nuestro Señor Jesucristo.
Con nuestra afectuosa bendición episcopal.
Caracas, 12 de julio de 2021.
Arzobispos y Obispos de Venezuela
___________________________________________________
REFERENCIAS:
(1) Comunicado de la Comisión Permanente de la CEV 09-07-2021
(2) Papa Francisco, LS. 178
(3) Mensaje de la Presidencia de la CEV del 22 de junio del 2021
(4) Última proclama del Libertador, Santa Marta, 10 de diciembre de 1830.
(5) Mt. 12, 25.
(6) Mensaje de la Presidencia, #9, 23 de junio de 2021.
(7) Palabras de apertura de Mons. José Luis Azuaje Ayala, Arzobispo de Maracaibo, Presidente de la CEV, 07 de julio de 2021.
(8) FT. 77.
(9) Cf. Lc. 10, 25-37.
(10) Discurso en ocasión de la conmemoración del 50 aniversario de la institución del Sínodo de los Obispo, 17 de octubre 2015.
(11) Cf. Lc.24, 13-35
(12) Cf. FT. 116
Difundido por: _Secretariado Diocesano de Catequesis_
Diócesis de San Cristóbal - Venezuela
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