martes, 28 de abril de 2020

DESDE LA CUARENTENA / Pandemia Petrolera




"En los países de economía emergente e insuficientemente desarrollados, las consecuencias agravarán los males existentes y probablemente provoquen explosiones sociales"

José Rafael Zanoni
zanoni_jr@hotmail.com

Los movimientos del petróleo afectan de manera contagiosa a toda la actividad económica, tal como una pandemia. Lo Sucedido en estos días es la expresión cabal de que el mercado funciona: 
Sobre oferta provocada por un nivel elevado de producción, almacenamiento full y vencimiento de petróleo a futuro. Por otro lado, las medidas para protegernos y evitar la propagación del COVID 19 han repercutido negativamente en la economía. 

Las consecuencias inmediatas de los acontecimientos que provocaron la caída estrepitosa del precio del petróleo podrían resumirse en lo siguiente: 

- La opción del presidente Trump de sustraer el petróleo para depositarlo en sus reservas estratégicas va a ayudar a bajar la sobre oferta. 

- La OPEP y los otros productores estarán obligados a nuevos recortes en la producción. Pero esta decisión es difícil porque con precios bajos y niveles de producción baja, los ingresos petroleros de estos países pueden impactar sus economías originando un déficit fiscal. 

- La información científica de la pandemia indica que su fin no está cercano y que pareciera que lo sensato es buscar las maneras que garanticen la protección de la población y que sus efectos sobre la economía sean lo menor posible. El elemento dinamizador de estos procesos es lograr relanzar la economía, que ya está bastante complicada con la posibilidad de recesión y con el agravamiento producido en los males que ella venía soportando; hambre, miseria, desigualdad, concentración de la riqueza, empleo, perdida del salario y falta de infraestructura adecuada para tener una buena calidad de vida. 

Por ello debe concebirse un programa que permita las limitaciones necesarias para detener el avance del virus y un entorno económico que garantice la incorporación al trabajo y el impulso general de la actividad económica. 

Pareciera que estamos obligados a convivir con el virus y para ello debemos actuar con responsabilidad, conciencia y vivir adecuadamente en esta nueva situación. 

El impacto mayor se sentirá en los Estados Unidos por ser el mayor consumidor de petróleo y la economía más grande del mundo. 

En Europa los impactos serán menores dado que la demanda petrolera en los principales países europeos venía disminuyendo y además por la presión de los movimientos ecologistas que han obligado a los gobiernos a tomar medidas que limiten el uso de los combustibles fósiles, como evidenció la pandemia, porque son la fuerza promotora de la contaminación, el calentamiento global, convirtiéndose así, en un impulsor de lo que podría ser en el futuro una catástrofe ambiental. En Alemania, Francia y otros países europeos se hace esfuerzos por fuentes energéticas no fósiles y no contaminantes, e igualmente las grandes empresas automovilísticas han hecho inversiones sustanciales para la producción de los vehículos que utilizarán combustibles no líquidos y que probablemente dada esta situación aceleren sus planes para capitalizar el mercado. Todo ello producirá una baja en el consumo de las energías no fósiles. 

China también sufrirá un impacto menor porque han adelantado planes especialmente para la producción de electricidad con el uso de las energías de origen no fósiles. 

En los países de economía emergente e insuficientemente desarrollados las consecuencias agravarán los males existentes y probablemente provoquen explosiones sociales en muchos países en donde especialmente la población depende de la economía informal tal como en Colombia, Venezuela y otros países de América Latina y otras regiones.

Los gobiernos y las grandes compañías multinacionales debería hacer el esfuerzo por comprender que el mundo está cambiando y una nueva civilización se está dando paso y que la base energética de ella no será el petróleo sino una combinación de energías no fósiles que garanticen un ambiente limpio y propicio para la vida. 

El capitalismo se ha extendido y ha demostrado que es el sistema de producción más adecuado; pero es necesario que sea un sistema económico sustentable. Ello es posible si se enfrentan los problemas descritos con acciones, programas y con un impulso al desarrollo de las regiones más deprimidas del mundo. 

Vale la pena considerar que la República Popular China es ahora un país capitalista y tiene un plan de expansión basado en inversiones, créditos blandos, compra de acciones y asociaciones con las compañías multinacionales más grandes para ampliar el mercado y garantizar su futuro. Occidente, los gobiernos y las multinacionales debe considerar esta competencia por el liderazgo que hoy tienen con China. 

Todo indica que el mercado petrolero seguirá convulsionado, los precios no se estabilizarán, la demanda y la oferta dependerán del ritmo en que se vaya resolviendo la convivencia entre la pandemia y la economía. Aunque hoy solo se ve contrariedad, penalidades y se sienten las angustias, el mundo podrá resistir y vencer, así como lo ha hecho a lo largo de la historia de la humanidad. 

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