domingo, 24 de marzo de 2024

AQUÍ, AHORA / Llegó la hora del cambio verdadero


Manuel Isidro Molina

Después de un cuarto de siglo de insensateces, la familia venezolana está nuevamente ante la posibilidad cierta de superar la tragedia histórica que nos asfixia socialmente y amenaza nuestra existencia como país próspero, pujante, solidario y futurista.

Es nuestro derecho histórico seguir luchando juntos, para el bien común; también, nuestro deber ineludible. La fuerza decisiva de las trabajadoras y trabajadores activos, jubilados y pensionados está en marcha para cerrar democráticamente este capitulo que por irresponsabilidad de dos bandos de poder   tremendamente codiciosos, nos ha plagado de pobreza, desnutrición, enfermedad y muertes prematuras en todos los grupos etarios. 

El gobierno de Nicolás Maduro, el PSUV, sus satélites y testaferros son los principales responsables de esta tragedia histórica; y les llegó la hora de entregar la Presidencia de la República: un tsunami de votos los echará de Miraflores democrática y firmemente el próximo 28 de julio; y el 10 de enero de 2025, comenzará el ciclo de reconstrucción integral de Venezuela, con suficiente apoyo y decisión popular para el cambio verdadero.

Somos gente de palabra. Llegó la hora de ese pueblo y empobrecido, saqueado y traicionado, que ha visto emigrar a más de 7,7 millones de sus hijas, hijos, nietas, nietos, hermanas, hermanos, padres y madres en busca de mejores condiciones de vida y sosiego en el exterior. 

El protagonista principal será la gente honrada y solidaria con ánimo futurista. Le dedico este capitulo de mi vida a las trabajadoras y trabajadores activos, jubilados y pensionados de nuestra patria, de toda Venezuela, tan injustamente vulnerados en sus derechos por el madurismo. 

He dedicado mi largo recorrido vital al bien común, y lo saben bien quienes han sido mis condiscipulos en el liceo Luis Razetti de la avenida Morán, en Caracas; en la Universidad Central de Venezuela, donde me formé con magníficos docentes e investigadores de la Comunicación Social; y en la Universidad Simón Bolivar, donde compartí el privilegio de ampliar y reafirmar mis conocimientos en Ciencia Política, estimulado y orientado por nuestros profesores y profesoras. Mi agradecimiento a quienes me formaron para servir mejor a mi Patria y mi Pueblo queridos. 

Saben que soy hombre honrado, de palabra y comprometido, mis colegas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) y del Colegio Nacional de Periodistas (CNP); y también, las trabajadoras y trabajadores del Congreso de la República, donde durante una década serví como Diputado, primero por el estado Mérida y después por el Distrito Federal. Me siento feliz con la conciencia limpia de haber servido a mi pueblo y a mi patria. 

Tengo en mente a mis queridos compañeros y compañeras de trabajo y lucha, en el periodismo y la política, la brega social y el empeño gremial. Puedo asegurarles que soy el mismo que han conocido,  reafirmado en sus convicciones y exigencias éticas y morales para acompañar a la gente en defensa de sus derechos humanos, sociales y laborales. Construiremos juntos la paz social con justicia y equidad para el desarrollo armónico de la economía, el ambiente y las articulaciones populares en procura del bien común, con visión futurista. 

Unan a mucha gente de buena voluntad, con mi abrazo fraterno. El anhelo profundo de cambio verdadero nos une y compromete. ¡Triunfaremos!

manuelisidro21@gmail.com 

(Este artículo fue originalmente en el periódico LA RAZÓN/ la razón.net 

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